Contador se despide en la Vuelta de las estrellas

Entre la constelación de estrellas que tomarán parte desde hoy en la Vuelta, dos, quizá las que más han brillado en lo que llevamos de siglo, acaparan la atención en las horas previas. Alberto Contador y Chris Froome se verán las caras por última vez en una carrera con significado diferente para ambos. Para el madrileño, porque ha decidido que sus últimos destellos sean en la carrera de casa, esa que para él es sinónimo de éxito y donde se ha subido a lo alto del podio en tres ocasiones. Para el británico, por su parte, porque quiere que su brillo se quede permanentemente en la historia, conquistando al fin la carrera que le vio nacer como astro y poder firmar así un doblete Tour-Vuelta que nadie ha conseguido desde que la ronda cambió sus fechas al final del verano.

Ellos centran el protagonismo en las horas previas, pero son muchos los nombres que aspiran a eclipsarles. De hecho, tanto Contador como Froome han coincidido en señalar un nombre: Vincenzo Nibali. El italiano parece llegar fresco tras ser tercero en el Giro y no disputar el Tour. Mayor incógnita presenta su compatriota Aru, ganador en 2015, tras una temporada donde una caída le trastocó todos los planes. En cuanto al resto, el Orica de Chaves y los hermanos Yates impone; los franceses Barguil y Bardet juegan al despiste mientras nombres como Zakarin, Majka o Kruijswijk pueden opositar a sorpresa de una carrera en la que otro atractivo estará en ver qué nuevo talento español es capaz de dar un paso adelante.

Recorrido

Y si esta Vuelta puede sacar pecho por la participación, el recorrido sigue fiel a su filosofía. Hoy, crono por equipos en Nîmes, donde la organización dejará su impronta con el singular paso por Las Arenas. La primera toma de contacto con la montaña llegará ya en la tercera etapa de Andorra, tendrá nueve finales en alto, pocas oportunidades para los sprinters (salvo Degenkolb, tampoco han venido muchos…) y un punto clave: una crono de 40 km decisiva en la última semana. Ese parece ser el as en la manga de un Froome favorito a esta Vuelta sobrada de estrellas, de las que empiezan a brillar, deslumbran o se apagan.