Froome, Porte y Bardet salvan una caída en el día de Kittel
Los tres gallos se reintegraron al pelotón tras verse implicados en una montonera a 30 kilómetros. El alemán se impuso al sprint en Lieja.
Marcel Kittel se impuso al sprint en la segunda etapa del Tour de Francia, que abandonó Düsseldorf (Alemania) para dirigirse a Lieja (Bélgica) en un trayecto de 203 kilómetros. Era la primera oportunidad para los lobos del sprint, y no la desaprovecharon. El día después de las retiradas de Alejandro Valverde y Ion Izagirre, las caídas embistieron a otros tres gallos de la carrera, en este caso sin consecuencias tan graves: Chris Froome, Richie Porte y Romain Bardet se vieron implicados en una montonera en el tramo final, pero no hubo hostilidad contra ellos en el pelotón y pudieron enlazar pronto.
Esta segunda etapa, como decíamos, partió con dos hombres menos, dos españoles que el día anterior compartieron varias cosas: una caída en la misma curva y una habitación en el mismo hospital. A Valverde le operaron esa noche de fractura de rótula y Ion Izagirre pasará este lunes por el quirófano para ser intervenido de dos vértebras. La famosa curva se tomó una víctima más durante la jornada de este domingo: Luke Durbridge no resistió los dolores arrastrados y se bajó de la bicicleta. Sus bajas abrieron cierto debate, sobre todo en redes sociales y medios de comunicación españoles, sobre la seguridad en el Tour. Se reivindican colchonetas o fardos en el lugar del suceso. En el seno de la carrera no hay tanta polémica. Son gajes del oficio, riesgos que asumen los corredores e, incluso, malas direcciones desde el coche. La lluvia hizo peligrosa una curva que no lo habría sido en seco. Ahí se cayeron numerosos corredores y hasta una moto. Un técnico tiene la obligación de saberlo y de frenar a sus líderes si es necesario.
Las lluvias persistieron camino de Lieja. Y también los accidentes. A 30 kilómetros del final, Tony Martin se deslizó por los suelos en una glorieta, en cabeza del grupo, y formó una montonera que incluyó a tres corredores con muchos galones, a los dos primeros clasificados del pasado Tour, Chris Froome y Romain Bardet, y al segundo favorito en las apuestas, Richie Porte. El pelotón ralentizó el ritmo y ambos se reintegraron sin problemas, pero habrá que ver las secuelas que dejan esas heridas en días venideros. Al africano se le veía con el culotte roto en la zona del glúteo.
La primera etapa en línea también deparó la primera escapada del Tour 2017. No se hizo esperar. En el kilómetro inicial, a la bajada de bandera, se formó un cuarteto con Taylor Phinney (Cannondale), Laurent Pichon (Fortuneo), Thomas Boudat (Direct Energie) y Yoann Offredo (Wanty). Un póquer de aventureros destinado a hacer mucha publicidad a sus maillots, a agradecer invitaciones del Tour y a ser engullidos en la parte final por la voracidad de los equipos de los velocistas.
Fue un sprint muy especial para su ganador, Marcel Kittel, que se impuso en una jornada que partía de su país, donde ha recibido durante varios días el cariño de los aficionados alemanes. Tras cruzar triunfal la meta de Lieja, Kittel se sentó en el suelo y lloró emocionado. La claridad con la que batió al francés Arnaud Démare y a su compatriota Andre Greipel augura que no hemos narrado su última victoria en esta edición. De momento ya suma diez en el Tour.
No será en la jornada de este lunes, que cambia de tercio en Longwy con una exigente llegada, apta para buenos finalizadores en subida: 1.600 metros con una pendiente media del 5,8% y rampas del 11%. Se echará de menos a Alejandro Valverde. También a Ion Izagirre. Mucho.