Loewe, el primer patrocinador del ciclismo en el Siglo XIX
El carnet de la Unión Velocipédica Española, que costaba 5 pesetas, daba derecho a una cartera de Loewe, que era proveedor de la federación.
La empresa de marroquinería Loewe, actualmente una casa de moda española de lujo, ocupaba el número 39 de la céntrica calle Príncipe a finales del Siglo XIX. Cuando se fundó la Unión Velocipédica Española ya era un negocio afianzado, que había nacido en un taller madrileño en 1846 y se había relanzado con el artesano alemán Enrique Loewe Roessberg en 1872. La marca también forma parte de la historia del ciclismo, porque se convirtió en el primer patrocinador de un deporte que siempre ha vivido de la esponsorización.
El primer carnet de la UVE daba derecho a una cartera de Loewe. La que recoge esta fotografía pertenece actualmente al coleccionista Ricardo Carreño. En publicidades de la época se puede leer: “E. Loewe, proveedor de la Unión Velocipédica Española”.
Loewe también proveyó de un zurrón a los participantes de la Estafeta Barcelona-Madrid de 1897, una carrera por postas que organizó Adolfo González, uno de los fundadores de la UVE. Se celebró en mayo, en coincidencia con la llegada del general Polavieja tras aplacar la insurrección de Filipinas. Madrid congregó a más de 60.000 personas. Paradójicamente, Adolfo González sería luego expulsado de la Unión Velocipédica por hacer trampas en la Estafeta Madrid-Cádiz: atajó en un tren.