Cancellara revienta a Sagan

Fabian Cancellara dio una lección al irreverente Peter Sagan, a ese jovencito de 23 años que tanto le irrita “porque no tiene respeto por nada”, como ha dicho más de una vez. La caída de Tom Boonen en el kilómetro 19 había dejado el Tour de Flandes en un pulso entre el suizo y el eslovaco, que se decantó de lado de ‘Espartaco’ por su mayor fortaleza, pero también por su mayor experiencia. Sagan pecó de pardillo dando relevos a su rival antes del último muro, Paterberg… Y allí Cancellara, simplemente, le reventó.

Hasta el penúltimo muro, Oude Kwaremont, a 18 kilómetros de la meta, la carrera venía más bien sosa, con una escapada por delante. Por detrás, Geraint Thomas había enlazado con el grupo principal después de sufrir una caída (a 36 km), y Juan Antonio Flecha había hecho lo propio tras tener una avería (a 34 km). Eso da idea de la falta de batalla.

Pero hasta el rabo todo es toro, y más si por medio está implicado un toro como Cancellara. El suizo arrancó la moto (en sentido metafórico, claro) en Oude Kwaremont. Y solo Peter Sagan pudo resistir su embestida. Por delante fueron rebasando a fugados, entre ellos al siempre activo Michal Kwiatkowski, hasta llegar a la cabeza de carrera que ocupaba en solitario Jurgen Roelandts.

El eslovaco, no se sabe bien por qué, daba relevos a Cancellara. Sagan es más rápido que el suizo y tenía todo a favor si llegaba al sprint, tanto en un mano a mano con 'Espartaco', como si eran cazados por el ya cribado grupo perseguidor. Pero a sus 23 años, el ‘Bicho’ todavía tiene mucho que madurar. La fuerza de sus piernas le ha engañado en más de una ocasión. Ya le ocurrió en la Milán-San Remo, donde Gerald Ciolek le robó la cartera por esprintar antes de tiempo. Y en el segundo monumento del año, otra vez se ha quedado a un peldaño de la victoria.

El trío llegó al último muro, Paterberg: 360 metros al 12,9% de pendiente media y al 20,3% de máxima. Territorio Cancellara. ‘Espartaco’ volvió a activar el motor (otra vez en sentido figurado, claro) a 13 km de la meta. Primero se descolgó Roelandts. Y luego cedió Sagan. A partir de ahí, ya sólo restaba presenciar una nueva exhibición del suizo en solitario. El eslovaco se quedó en tierra de nadie con Roelandts. Y cuando cruzó la meta, Cancellara ya llevaba 1:26 minutos celebrando la victoria, abrazado a su esposa Stefanie. Siempre flotará la duda de qué hubiera ocurrido si Sagan no le hubiera dado relevos. Quizá habría reventado igualmente… O quizá no…