Javier Guillén

"No repescaremos a los que vayan de chirigota"

Javier Guillén, director de la Vuelta a España, afronta con ilusión la edición de 2011: le apasiona el reto de regresar al País Vasco 33 años después, y de seguir innovando en su carrera.

Dani Sánchez

Le beneficia a la Vuelta la huelga en el fútbol español para focalizar la atención?

Quién sabe. Nosotros solicitamos un adelanto de una semana a la UCI en el calendario, que nos concedieron. El inicio de la carrera coincide con el fin de semana en que empieza la Liga, el fútbol es muy poderoso, pero somos dos deportes totalmente compatibles por horarios.

¿Por qué ese adelanto en las fechas?

Deseábamos aprovechar la última semana de agosto, en la que muchos españoles cogen vacaciones, y consolidar el aumento de los aficionados en las cunetas y de la audiencia en la televisión.

¿Cree que continuarán creciendo en esta edición?

Esa es la tendencia que queremos que se produzca. Para eso hemos trabajado duro, para confeccionar un recorrido atractivo. La calidad de la Vuelta como producto, unida al espectáculo deportivo que ofrecerán los corredores, suponen los ingredientes básicos para que el público confíe en nosotros y sigamos sumando adeptos.

La Roja, el trofeo de Agatha, el trazado Su filosofía se mantiene: innovación.

Así es, todo cuenta. En este 2011 queríamos diseñar una primera semana muy intensa. Partimos con la contrarreloj por equipos y luego se combinará tradición, como Sierra Nevada o La Covatilla, con novedades como Valdepeñas y El Escorial, lo que asegura emoción desde el primer minuto. La segunda y tercera semanas, por la montaña y por tratarse de la parte decisiva, se venden solas. Nos sentimos orgullosos de retomar etapas en Galicia y de descubrir La Farrapona. Pero, sobre todo, de regresar al País Vasco 33 años después.

¿Teme que exista algún problema en Euskadi?

No, las sensaciones que me han transmitido desde el Gobierno vasco son de seguridad y tranquilidad absolutas, y esas son las que transmite la organización de la Vuelta. Se han llevado a cabo los mismos protocolos que en cualquier otra jornada. Todo se encuentra bien atado para que vivamos un gran espectáculo en Bilbao y Vitoria.

¿Ayudará que Igor Antón, natural de Galdakao, sea uno de los grandes favoritos?

Que Antón sea uno de los favoritos da seguridad a la prueba, no porque haya nacido allí, sino porque le consideramos un magnífico ciclista. Sin embargo, que se halle en la baraja de posibles líderes que puedan portar La Roja en las etapas finales, favorecerá que la gente del País Vasco salga a apoyarle. Es un símbolo y sí ayudará mucho. Junto a Purito y Sastre, luchará contra los extranjeros, Nibali, Wiggins, Brajkovic, Klöden o Van den Broeck, en ese juego que tanto nos gusta. Se presenta una Vuelta muy abierta.

¿Se convertirá La Farrapona-Lagos de Somiedo en una nueva cima de referencia?

Estoy convencido de que se tratará del gran descubrimiento de esta Vuelta. Y que San Lorenzo esté tan cerca, aporta un plus de dureza y facilidades para el recorrido. Este año se subirá por primera vez, pero seguro que lo haremos muchas más. Quiero recoger el guante que lanzó en este periódico el alcalde de Pola de Somiedo, Mino Fernández, y asegurar que a la Vuelta le entusiasma el reto de ascender Lagos de Somiedo y Lagos de Covadonga en la misma edición.

¿Qué medidas se pueden tomar para evitar escándalos de repescados como en el pasado Tour o en la Vuelta de 2009?

En primer lugar, aplicamos una regla que estamos en nuestro derecho de utilizar. En segundo, si vemos que los corredores han realizado un enorme esfuerzo, que son numerosos, y unido a la exigencia del trazado, les recalificamos. Otra cosa es que vayan de chirigota, ahí no dudaríamos en dejarles fuera de control. No obstante, tampoco podemos reducir un pelotón a 50 corredores.

¿Y no se adulteran los resultados posteriores?

También se ejerce una norma con la que se les restan puntos. Hay consecuencias negativas para ellos, aunque en la Vuelta no tenemos queja de su profesionalidad.

El caso de Mosquera, segundo en 2010 y ganador en la Bola del Mundo, aún no se ha resuelto. ¿Daña su imagen?

La incertidumbre siempre es perjudicial, pero, hasta que no se produzca un fallo definitivo, debemos esperar acontecimientos.

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