Cavendish ya tiene la primera etapa

Únicamente hizo falta una etapa para que Alberto Contador dejara claro a compañeros y rivales quién es el corredor en mejor estado de forma en Astana y probablemente en el pelotón mundial. Tras una soberbia crono por las glamurosas calles de Mónaco, hoy el Tour enfilaba la Riviera Francesa en busca de la Costa Brava española que se unirá a la fiesta el próximo jueves. Para eso quedaban cuatro etapas llanas con algunos repechos que sólo iban a poner algo de emoción en estas primeras jornadas. La de hoy tenía final en Brignoles y un trazado propicio para que los verdaderos velocistas sacaran la cabeza de los caparazones tras la crono de ayer y jugaran por primera vez sus cartas.

El abanico de jugadores era amplio. Boonen, Hushovd, Benatti, el español y último maillot verde de la Regularidad del Tour Óscar Freire y el mayor especialista en llegadas, el inglés Mark Cavendish, siempre escoltado por un gran equipo como es el Columbia. Y es que si ayer era el turno para el suizo Cancellara, hoy estaba escrito un final al sprint donde la victoria de Cavendish era lo más previsible. El británico, al que casi nadie puede hacer sombra hoy en día en esta disciplina, encima se aprovechó de una caída en los últimos metros y apenas sintió resistencia para adjudicarse su primera etapa del Tour de Francia.

Antes, el pelotón se tomó con calma la salida, sin implicarse más de lo debido y algunos franceses se lo tomaron como una invitación para dejar el primer regusto a sus aficionados. El primero en sumarse al plan fue Samuel Dumoulin (Cofidis) pero antes del kilómetro 18, coincidiendo con la subida a la Turbie, otros cuatro ciclistas relevaron al galo y emprendieron su huida del pelotón. Stef Clement (Rabobank), Jussi Veikkanen (Française des Jeux) y los locales Cyril Dessel (AG2R) y Stéphane Augé (Cofidis) se lanzaron al ataque consistentemente hasta cultivar una ventaja de más de 5 minutos.

Por detrás, todavía se respiraban aires de irresponsabilidad a la hora de echar por tierra la escapada y únicamente asomaba el equipo Saxo Bank para hacer la goma y controlar la diferencia con los de alante. Pasaban los puertos y los fugados se mantenían entorno a los cinco minutos y por esas Clement era el maillot amarillo virtual y el finlandés Veikkanen recibía algo real, el maillot de la montaña que ayer se enfundó en la crono Alberto Contador. En la parte posterior de la carrera, Igor Antón (Euskaltel) y Frank Schelck (Saxo Bank) se vieron implicados en una caída que dejó descolgado al luxemburgués durante unos kilómetros. Los problemas del gallego Óscar Pereiro (Caisse D'Epargne) fueron en forma de pinchazo pero el campeón del Tour 2006 no tuvo problemas para conectar con el grueso.

Pero ya lo decíamos, hoy era el día de los sprinters y una vez superados los cuatro repechos del día, los equipos engrasaron las cadenas y se pusieron manos a la obra. Entre todos, destacó la implicación del equipo del líder que desde el principio trabajó para Fabian conociendo en todo momento las diferencias de los escapados con el suizo. Aún así, el esfuerzo era insuficiente para neutralizar a los fugados y a los del equipo danés se les tuvo que aliar el Columbia y así aprovechar para tirar la caña y esperar que Cavendish pescara la etapa. La ventaja de los escapados se evaporaba a pasos agigantados y con el trabajo medio hecho, el resto de escuadras enseñaron a sus principales velocistas, sabedores del final que se presagiaba.

Antes de la neutralización de Clement, Veikkanen, Dessel y Augé, el corredor ruso Ignatiev (Katusha) buscó la gloria antes de la pancarta de los diez kilómetros pero los que venían por detrás no estaban para este tipo de bromas. Le dejaron tirar en un repecho antes de meta pero cuando el terreno fue favorable, el pelotón se lanzó como un torrente de agua en busca de un final para grandes rodadores. Columbia, Lampre, Milram, Garmin y Silence Lotto se vigilaban y cualquier acto de ataque servía para agitar todo el pelotón. Cuando todo estaba preparado para una bonita llegada, una caída de Koldo Fernández (Euskaltel) partió el grupo delantero en dos y Cavendish, al que no le hace falta suerte para ganar este tipo de etapas, pasó primero sin problemas con Farrar (Garmin) segundo, Feillu (Agritubel) tercero y Hushovd (Cervelo) cuarto. Mañana, la carrera partirá de la ciudad de Marsella y se pondrá punto y seguido en La Grand Motte, a 196 kilómetros de la salida con dos puertos de cuarta categoría.