Ciclismo | Tour de Francia

Contador: "¿Cómo se ganan siete Tour, Lance?"

Armstrong fue ovacionado por 10.000 espectadores en Mónaco

reportaje gráfico: jesús rubio / afp

Al Tour de Francia del morbo le quedan 24 horas para nacer, en Mónaco, el Principado del morbo, de los coches y los yates. Y entre todo ese lío de bocinas, las bicis. Y una presentación de más de dos horas en pleno puerto.

El morbo es por Alberto Contador y Lance Armstrong. Ayer fue imposible fotografiarles juntos. Comparten el maillot del Astaná y, por lógica (Contador) y tradición (Armstrong) son los favoritos al amarillo en París con permiso del que lo lucirá mañana en la crono, Carlos Sastre. "Me gustan que hablen poco de mí, pero soy el rival a batir", dice con toda razón.

Ovación.

Al filo de las 20:00, tras dos horas de presentación, Daniel Mangeas, speaker del Tour, volvió a dar la bienvenida al siete veces campeón de esta carrera. La ovación, de lujo, fue unánime por parte de los 10.000 espectadores que abarrotaron las gradas de mecanotubo. Armstrong tenía razón cuando, por la mañana, decía haber sentido "el cariño de la gente" mientras se entrenaba por Niza. Ante el auditorio, con guiño especial para Merckx e Hinault, el texano asumió no tener "la misma confianza que antes" pero que intentaría "llegar hasta el final".

Instantes después, Contador tomó la palabra como figura del ciclismo actual. "Sé que nadie me lo va a poner fácil porque ya no tengo el factor sorpresa de 2007. Sin embargo he madurado". Es, en definitiva, el mejor ciclista. El entrevistador le brindó un guante de seda. "Pídale un consejo a Lance", le dijo. El de Pinto no vaciló: "¿Cómo se ganan siete Tours?". Ahí se acabó la puesta en escena del Astaná. Lance se fue bromeando con Zubeldia, y entonces compareció el dorsal 1, Sastre, con Cervélo y un maillot nuevo, blanco.

Tampoco pasó desapercibido Cadel Evans que, como siempre, es el llanero solitario australiano del Silence-Lotto. Segundo tras Sastre hace un año, ahora declara: "Quiero hacerlo mejor. Y ya estoy listo para intentarlo".

Mañana empieza el Tour en Mónaco y a la organización parece que se le han pasado todos los males. Ni siquiera incomoda la presencia de Armstrong, un ciclista que representa para los rectores de ASO la antítesis del "ciclismo creíble" con el que definieron, y siguen haciéndolo, la victoria de Sastre.

Christian Prudhomme, el director de la prueba, encontró "sexy" esta edición de 2009. Argumenta que los años acabados en 9 no hay que perdérselos. "En Barcelona celebraremos los 50 años del triunfo de Bahamontes, el 69 fue el primer mordisco de Merckx, en el 79 ganó Hinault, Lemond le ganó por 8 segundos a Fignon en el 89 y en el 99 empezó a vencer Armstrong. Ojalá en este 2009 haya emoción hasta París", dijo en su discurso.

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