Pau en la versión plena de Kobe
Kobe Bryant y Pau Gasol se entendieron de forma instantánea, formaron una pareja de leyenda en la pista y llevaron su relación mucho más allá de sus carreras profesionales.
El 7 de marzo, Los Angeles Lakers retirarán el número 16 de Pau Gasol, que se alzará en el techo del pabellón junto a, en púrpura y oro, algunos de los más emblemáticos de toda la historia del baloncesto: el 32 de Magic Johnson, el 33 de Kareem Abdul-Jabbar, el 8 y el 24 de Kobe Bryant, el 13 de Wilt Chamberlain, el 22 de Elgin Baylor, el 44 de Jerry West, el 34 de Shaquille O’Neal… Será un día histórico para el deporte español, el homenaje a unos años que cambiaron para siempre nuestro baloncesto, la cima del mejor de los nuestros y uno de los mejores jugadores europeos de toda la historia. Esta es la historia de los años, los títulos y la gloria de Pau Gasol en Los Angeles Lakers. Años de púrpura y oro.
PRIMERA PARTE: Lo primero, claro, fue el traspaso
SEGUNDA PARTE: Kevin Garnett, Dwight Howard, Kevin Garnett
TERCERA PARTE: Un número 3 del draft en tres ciudades
CUARTA PARTE: Cáceres, el Real Madrid y una maldita apendicitis
QUINTA PARTE: La franquicia dorada, el mercado, Tinseltown
SEXTA PARTE: El corazón latino de la vieja Los Ángeles
SÉPTIMA PARTE: Pau Gasol, en la versión plena de Kobe
Mientras los aficionados de los Grizzlies, y los de los principales aspirantes del Oeste, creían que Jerry West, entonces en lo despachos de los Grizzlies, estaba haciendo un favor a sus Lakers dándoles a Pau Gasol a cambio de muy poco, los angelinos se preparaban para ensamblar un equipo campeón, que conservaba del threepeat 2000-02 a Derek Fisher y, claro, Kobe Bryant y Phil Jackson. Ronald Lazenby, en su fantástica biografía de Kobe (“Showboat”), cuenta que para Tex Winter, el ideólogo del triángulo ofensivo en el que se apoyó Jackson en modo Zen, Pau era “la joya definitiva”. Y que Kobe, que sintió que su ventana competitiva volvía a abrirse de par en par con 29 años, se acerco en cuanto a su archifamoso entrenador en cuanto vio operar a Pau y le dijo “vamos a ir a las Finales”. Fueron. Tres años seguidos. Y apunta, por último, a las claves de un impecable match, un encaje divino, que “salvó la reputación de los jugadores europeos”. Con foco en un asunto vital, casi de supervivencia: Pau llegó a Los Ángeles cuando más lo necesitaban. Kobe... y todos los demás en la franquicia.
Era febrero de 2008. Siguieron juntos hasta el verano de 2014, cuando todos los intentos de revivir los años de gloria (los dos anillos en 2009 y 2010) habían fracasado. Pau se había hartado de los líos con el entrenador Mike D’Antoni y optó por ser agente libre después de una temporada 2013-14 en la que cobró 19,3 millones de dólares que fueron casi 50 para los Lakers, metidos hasta el cuello en las penalizaciones del impuesto de lujo. Por primera vez libre en las aguas del mercado, con 34 años y después de trece en la NBA, firmó con Chicago Bulls por tres años y 22,3 millones.
Kobe y Pau jugaron 357 partidos de regular season juntos. En ellos, Kobe promedió 26,5 puntos, 5,4 rebotes y 5,1 asistencias. Pau 17,6, 9,8 y 3,5. En su primera versión ganadora, la del threepeat 2000-02, Kobe jugó 461 partidos con Shaquille O’Neal. La trascendencia de Pau en la carrera de Kobe, el cable gigantesco que le echó para quitarse de encima el fantasma de Shaquille y su anillo en Miami Heat (su anillo sin él) lo resumió Kobe cuando, en un acto previo a la gala de los Oscar 2018, el periodista español Antonio Martín Guirado le preguntó si creía que los Lakers acabarían retirando el número 16 de los Lakers: “No hay debate. Su número estará en el techo del pabellón un mes después de su retirada. Porque la realidad es que no habría ganado esos dos últimos anillos sin Pau. Los Ángeles no tendría esos títulos sin él. Lo sabemos, todo el mundo lo sabe”. Kobe se equivocó solo en el timing.
Cuando Pau aterrizó en plena gira de los Lakers por el Este, Kobe fue a verle a su habitación de hotel en Washington, en plena noche. Quería que se sintiera recibido y querido, pero quería decirle también que tenían que ganar y que más les valía ponerse a ello cuanto antes. Cuando perdieron las Finales de 2008, Kobe usó los Juegos de Pekín, con España mirando a los ojos a Estados Unidos, a medir la reacción de su compañero, a incendiar su instinto, a saber que estaría preparado. En la temporada 2008-09 ganaron 65 partidos y el anillo. Juntos y como, finalmente después de su revancha de 2010 contra los Lakers, una de las grandes parejas de la historia de la NBA. No debería dar vértigo decirlo.
ANTONI DAIMIEL es periodista especializado en la NBA desde 1995: “Pau Gasol es condición indispensable para entender el legado y la carrera de Kobe Bryant. Mucha gente puede pensar ‘bueno, si no hubiera llegado él a los Lakers en ese momento, lo habría hecho otro gran jugador’. Pero eso estaría por ver, porque además no depende solo de ser un gran jugador para que se cree ese grado de complicidad y química que les permitió jugar tres Finales y ganar dos anillos. Creo que Kobe es consciente casi desde el principio, y va dando esos pasos públicos de reconocimiento. Y Phil Jackson también es absolutamente consciente de que Pau era la pieza ideal para revivir la carrera de Kobe. Para el legado de Kobe es muy importante demostar que se podía competir y se podía ganar después de todo lo que le había pasado. Así que una estrella que aportara tanto en la pista, no solo a nivel numérico sino también a nivel de eficacia y de respuesta competitiva y que fuera, entre comillas, tan permisivo con una figura como Kobe dentro de un vestuario como seguro que fue Pau Gasol... todo eso fue determinante. Así que no cabe duda de que la relación de Pau con Kobe, y la posibilidad de reverdecer a los Lakers que ofreció, es fundamental en el reconocimiento que le llega ahora por parte de la franquicia”.
ANTONIO MARTÍN GUIRADO era corresponsal de EFE en Los Ángeles durante los años de Pau Gasol en la franquicia: “Siempre hay que poner en el contexto todo lo que estaba pasando con Kobe Bryant. Había dicho que estaba harto, que se quería ir. Y de repente la llegada de Pau significa que los Lakers vuelven a ser súper competitivos. Y aunque nunca se sabe cómo va a ser el encaje, como va a funcionar, desde el principio se ve que hay complicidad y una relación excelente entre ambos que salpica de buen rollo a todos los demás”.
JOSÉ MANUEL CALDERÓN jugó en la NBA entre 2005 y 2019 y fue compañero de Pau Gasol en la Selección española: “Fueron las personalidades, la forma de ser de cada uno. El querer competir, ganar. El respeto mutuo que se tenían, el momento en el que llega Pau... Pau y Kobe necesitaban las skills del otro. Y para como quería jugar ese equipo... Pau no solo anotaba sino que podía pasar, te hacía ser mejor. Por eso el amor a primera vista. Aunque al principio había sus más y sus menos por cómo se exigían mutuamente y se retaban. Dieron con la pareja perfecta”.
JUAN CARLOS NAVARRO es el responsable de la sección de baloncesto del Barcelona. También leyenda de Pau Gasol, es amigo íntimo de Pau Gasol con el que compartió vestuario en el Barça, los Grizzlies y, claro, la Selección: “Es que coincidieron en un momento clave para la franquicia, importante. Y en el prime de los dos, así que crearon un vínculo de jugar y ganar. Eran killers en la pista. Ganaron grandes cosas pero también pasaron momentos duros, de rivalidad. Kobe siempre ha sido muy exigente, muy ganador, súper profesional. Y Pau aprendió muchas cosas de él. Siempre me hablaba maravillas de él, no solo como jugador”.
ANTONI DAIMIEL: “No debía ser fácil compartir vestuario con Kobe, y Pau había aprendido a reivindicar el valor propio en una Liga tan de egos y tan competitiva como la NBA. Pero Pau manejaba muy bien la arena y la cal en las declaraciones, los guiños, los momentos de reivindicación también contra Phil Jackson y el propio Kobe. Se manejó muy bien, y luego Kobe hacía un balance general y veía que Pau solo le había aportado cosas buenas y no le había incomodado. En esa relación, por la manera de ser y de vivir de los dos, era más fácil ser Kobe que ser Pau. Y Pau estuvo por encima del nivel en cómo tenía que actuar, cuándo tenía que contar hasta diez por el bien de su equipo”.
MARTÍN GUIRADO: “En el rato que podías entrar al vestuario antes de los partidos, Kobe te dejaba claro con la mirada que ni de coña ibas a poder hablar con él en ese momento. Pero después de los partidos eran casi siempre ellos dos, Kobe y Pau, los últimos en salir. Estaban con los masajes y todo lo demás, y a a Pau no le gustaba mucho vestirse delante de los periodistas. Y en esos ratos se les veía siempre dentro juntos, hablando, tumbados en las camillas analizando el partido. Veían repeticiones de jugadas, charlaban... Podían estar discutiendo o riéndose, buscando la complicidad, según como huiera ido el partido. Y muchas veces salían juntos también a atendernos a los periodistas”.
JORGE GARBAJOSA es presidente de la FEB y excompañero de Pau en la Selección española: “Una vez, cuando yo estaba en Toronto le hice daño a Kobe en una jugada, sin querer. Se torció el tobillo. Ya sabemos cómo son las jerarquías allí, que acojonan un poco. Y primero pensé en hacerme el duro y no acercarme, pero después me dio cosa. Y le pregunté si estaba bien y me dijo ‘sí, me he hecho daño, pero te respeto porque juegas duro’. Eso ejemplifica perfectamente a Kobe. En los Juegos de 2008 tuvimos algunas conversaciones, en las sillitas de plástico que ponen en la Villa Olímpica. Y recuerdo que hasta cuando estábamos riéndonos, Pau y Kobe se chinchaban, se metían pullitas... Había como una tensión divertida en sus conversaciones, un pique sano, como si te picas con tu hermano. Con el que más discutes pero al que más quieres. Y yo recuerdo pensar ‘joder, no descansan los tíos’. Kobe venía con compañeros de Selección y creo que era una forma de presentar sus respetos, sabían que éramos el rival que podía ganarles, aunque luego no nos llegó. Entonces no entendimos muy bien esas visitas, pero con el paso del tiempo creo que fue como diciendo que nos valoraban, que nos iban a ganar pero nos valoraban”.
ANTONI DAIMIEL: “Durante esos años se notaba que Kobe valoraba mucho lo que hacía Pau. Por los resultados y porque podía ser como quería ser. No tenía que hacer concesiones, no tuvo momentos de incomodidad por la vida más fácil que le proporcionaba Pau como compañero y alter ego”.
MARTÍN GUIRADO: “Kobe tenía una publicista a la que yo le caía bien y conseguí que pudiéramos juntarlos y que hablaran un poquito en español. Y guardo en la memoria eso, habían ganado el primer título y fue antes del comienzo de la temporada siguiente, y tengo a Kobe diciendo ‘aquí mi hermano y yo os prometemos que vamos a ganar otra vez este año’ o algo así. Es de los recuerdos más bonitos que tengo de ellos juntos”.
MARCO NÚÑEZ fue jefe de fisios en los Lakers y trabajó mano a mano con Pau Gasol durante sus años en la franquicia: “Pau Gasol trabajaba muy duro. Al principio estaba todavía viendo cómo iba a ir todo con los Lakers, pero entendió que encajaba perfectamente. Y, a la vez, Kobe entendió que necesitaba a Pau para ganar campeonatos. Así que se puso a trabajar con él y le enseñó lo que tenía que hacer para ganar, la dedicación que era necesaria. Pau era un grandísimo competidor, lo tenía dentro, así que Kobe solo tenía que tirar de ahí, sacarlo. En pista se vio pronto que se complementaban. De todos los jugadores con los que he trabajado, Pau era uno de los que más talento tenía. Podía usar las dos manos, porque hay muchos jugadores que no hacen nada si no pueden usar la derecha. Y entendió que tenía que ser más fuerte, más físico. Y eso lo supo cuando vino a los Lakers. Entrenó mucho más en el gimnasio, en Memphis creo que se limitaban más solo a jugar al baloncesto. Aquí entendió que tenía mucho talento pero tenía que ser también fuerte, jugar físico. Empezó dos días a la semana, luego tres, cuatro... él y Kobe iban juntos a levantar pesas. Si estaba Kobe, iba Pau también. Entendieron que eran compañeros, que tenían que hacer las cosas juntos, no solo en la pista sino también fuera”.
AMAYA VALDEMORO es, seguramente, la mejor jugadora de la historia del baloncesto español. Fue tres veces campeona de la WNBA (1998-2000) con Houston Comets: “La imagen que yo tengo de Pau es de una jugada con Kobe Bryant que refleja su inteligencia. Es una en la que con los ojos le dice dónde tiene que colocarse. Era la furia que tenía entonces, era un jugador distinto hasta con el pelo y la barba...”.
PATRICK GREEN es director y aficionado acérrimo de los Lakers. Ha dirigido un documental, ‘Sincerely Los Angeles’ sobre los murales en honor a Kobe Bryant en las calles de L. A.: “En cierta manera, creo que Pau y Kobe jugaron mejor juntos que Kobe y Shaqille O’Neal. Es que Shaq era una fuerza de la naturaleza. Le gente dice que Kobe y Shaq eran como Batman y Robin, pero yo creo que eran Batman y Supermán. Eran los dos imponentes, pero al final eran distintos, tenían mentalidades diferentes. Si lo ves así, Pau complementaba mejor a Kobe. Era apasionado pero muy cerebral. La forma que tenía de entender el juego era casi poética, lírica. Y tenía ese background europeo al ser español... tenía mucha capacidad para adaptarse y se notó muy rápido”.
PEPE MANTILLA es un periodista mexicano que lleva desde 1993 narrando (ESPN, KWKW...) los partidos de Lakers en español, para la comunidad latina de L.A.: “La camaradería entre ellos era increíble, eran como hermanos. Y Pau no tenía ese ego de otros que querían ser la estrella principal. Pau asumió que Kobe era el jugador franquicia y se dedicó a hacer lo que se le pedía. Y lo hizo siempre. Y Kobe le quería mucho, y él quería mucho a Kobe. Sus abrazos no eran solo de compañeros, eran fraternales. Y eso contagiaba a todos los aficionados de los Lakers, a todos los que amamos a ese equipo. Se sentía esa conexión”.
PATRICK GREEN: “Otra cosa muy importante fue que con Pau vimos otra cara de Kobe Bryant. Con Shaq, al principio era como un hermano pequeño y luego fue surgiendo aquella animosidad entre ellos. Con Pau nunca hubo nada de eso, eran como hermanos. Pau tenía la personalidad ideal. Entendió que Kobe era el jugador principal y que así podía ser él mismo, tener su rol. Y a la gente le encantaba eso, a la gente le encanta ver que se juega en equipo, que se juega como es debido. Y si encima ganas, pues tienes algo que todo el mundo quiere ver, de lo que todos quieren participar”.
MARCO NUÑEZ: “Kobe era un competidor incréible. En todo lo que hacía tenía que ganar, así que hacían muchas bromas entre ellos. Cuando Kobe lo hacía no era para mal, lo que quería era motivar a Pau. Estaban mucho juntos, salían a cenar cuando estábamos de gira... Pau venía al gimnasio con su rutina y se lo tomaba muy serio. Trabajaba, veía imágenes de los partidos para prepararse, siempre estaba concentrado. Igual que Kobe, llegaban a la vez, cada uno tenía su camilla y comentaban la jugadas, se daban consejos mientras hacían sus tratamientos físicos”.
JORGE GARBAJOSA: “Yo creo que la figura de Phil Jackson es clave para el encaje de Pau y Kobe. Él era el que tenía que encajar las piezas. Y si había dudas sobre cómo encajaría, Pau nos las quitó en dos días, como hacía siempre”.
ANTONI DAIMIEL: “Pau era una esponja en cuanto a las exigencias de sus entrenadores, y Phil Jackson era muy exigente con él. Seguramente, el entrenador más exigente que ha tenido. Yo creo que eso le suponía un estrés a Pau, que era una persona difícil de estresar. Pero Jackson estaba convencido de que así sacaba mucho más de él. Y Pau le respondía. Con una cuota de minutos altísima, con una exigencia física tremenda para un jugador de su tamaño. Cuando después Pau hizo balance de los entrenadores que había tenido en la NBA, recuerdo que estimaba y quería más a los que le habían apretado más. Es curioso. Hubie Brown era su favorito, y era el que le redujo más los minutos, los tiros y por tanto el protagonismo en ataque... Pero, seguramente, apreciaba el clima general del desarrollo del equipo en cuanto a sentimiento colectivo y trabajo en el día a día. Y luego ha tenido entrenadores como Phil Jackson, Mike Brown, D’Antoni, Thibodeau... Y apreciaba más a los que le habían apretado más”.
SERGIO SCARIOLO es el seleccionador de España y uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto FIBA: “El propio Pau cuenta el impacto que tuvo, lo importante que fue para él Phil Jackson. No solo como jugador, también como persona. Para ayudarle a hablar con más franqueza, de una forma más directa consigo mismo; A conseguir los recursos competitivos, de reflexión, de digestión de lo que iba viviendo... Ese salto de exigencia que tuvo en los Lakers seguramente fue impulsado por la presencia de Phil Jackson, y también de Kobe, que eran dos personajes extremadamente dados a sacar de las personas que les rodeaban en un equipo lo mejor de ellos mismos”.
ANTONI DAIMIEL: “A Phil Jackson le gustaba jugar con equipos grandes. No le gusta tener, entre comillas, muchos virgueros si podía tener una gran referencia como Michael Jordan, Kobe Bryant... Tampoco le gustaban los jugadores demasiado finos, señoritos. Prefería jugadores esforzados. Creo que él ve enseguida que Pau no era como la fama que tenía, pero yo creo que con él fue con el que más exigente era de los principales de los Lakers. A la hora de exprimirle y de que cuando no podía más, le pedía más. Él estaba convenvido de que así sacaba más de Pau. Creía que en la acumulación de estrés, exigencia y esfuerzo, el límite de Pau iba más allá. Y el equipo se veía beneficiado por ello. No debió ser fácil para Pau la aceptación de un entrenador como Phil Jackson. Pero cuando se va de los Lakers, Pau va dándose cuenta de lo que había conseguido Phil Jackson”.
MARCO NUÑEZ: “Me encantó trabajar con Phil Jackson porque era diferente. Una cosa que hizo cuando llegó a los Lakers fue quitar un reloj que teníamos en las instalaciones de entrenamiento. Entrenábamos como de once a una y los jugadores me preguntaban al final ‘qué hora es, qué hora es’. Y yo les pedía cinco minutos más, diez, media hora... Pero él quitó el reloj y dijo ‘no importa el tiempo que estemos aquí. Tengo una lista de lo que hay que hacer. Cuando lo hagamos todo bien, nos vamos. Si es en treinta minutos, nos vamos. Si hay que estar tres o cuatro horas, estamos. A mí me da igual, es cosa vuestra’. Y eso creo para los jugadores era una motivación. Phil dejaba a los jugadores que controlaran ellos como tenían que ser las cosas. Y recuerdo un partido en el que íbamos perdiendo y los asistentes le decían que pidiera tiempo muerto y él les decía que no, que los jugadores tenían que aprender a manejarlo, a solucionarlo. Él daba mucha responsabilidad a los jugadores, pero también les daba después mucho más crédito que otros entrenadores”.
ANTONI DAIMIEL: “El carácter intelectual de Pau seguro que Phil Jackson lo agradecía. Pero tengo la sensación, desde la lejanía, de que Phil no creía que él y Pau fueran tan parecidos. Como jugadores, nada. Jackson era, con todo el cariño, un leñador. Aunque los dos eran muy inteligentes en la pista. Y en Estados Unidos estaba el tópico de que un europeo de clase media podía ser más acomodado, haber tenido una vida más fácil, lo que podía ser una traba a la hora de buscar esa exigencia máxima. Pero yo creo que la relación era muy buena, Phil Jackson mentalmente siempre estaba varios pasos más allá de sus jugadores. Cuando les decía algo era porque sabía la reacción que podían tener. Cuando repartía libros, Pau se quejó alguna vez porque le mandó algúno de Roberto Bolaño de estos de 800 páginas, y a otros del equipo les daba otros mucho más cortos. Pero lo leía y respondía al reto del entrenador, lo que demuestra también cómo era Pau”.
PATRICK GREEN: “Veo la forma en la que Pau habla de Kobe y cómo le echa de menos, y muchos sentimos lo mismo, esa pérdida que él expresa. Y vemos en las redes sociales su relación con Vanessa y la chicas... es como el tío Pau. Eso nos hace sentir muy bien a los aficionados de los Lakers, saber que Pau está ahí con ellos. Siempre quieres ver que hay quien se comporta así ante el sentimiento de pérdida. Con Pau ahí, sabemos que Vanessa y las niñas están en buenas manos. Y el tributo defintivo fue cuando Pau y su mujer llamaron a su hija Elizabeth Gianna. Es muy bonito el recordatoria a Gianna, y a la vez es un golpe fuerte porque te hace recordar la tragedia”.
MARCO NUÑEZ: “Hay una fotografía de Kobe y Pau abrazándose cuando ganamos el primer campeonato. Y no es tanto un abrazo normal entre compañeros como una cuestión de gratitud: entendieron que tenían que hacerlo juntos, ganar juntos. Siempre me pareció una imagen distinta a los abrazos entre otros jugadores”.
MARTÍN GUIRADO: “Kobe y Pau están ligados para siempre. Tan importante para los Lakers es la pareja Kobe-Shaquille O’Neal como la pareja Kobe-Pau. Porque la llegada de Pau permite a Kobe ganar esos títulos que le decían que no iba a poder conseguir sin Shaq. Cada vez que coinciden después de que Pau haya dejado los Lakers dejan la imagen del abrazo fraternal. No siempre fue todo a pedir de boca, pudo haber fricción, malentendidos, discusiones... claro que hay choques, es alta competición. Pero al final queda lo conseguido, la relación humana y la química. Cuando va a L.A. Pau, desde Chicago o desde San Antonio, se escenifica con ese abrazo: ‘tú y yo no nos vamos a separar nunca, lo que hemos logrado queda para el resto de los días’. Ocurre la tragedia de Kobe y Pau no tiene ningún complejo en mostrar el dolor y esa cercanía con la familia que hasta entonces quizá no se hubiera visto, no al menos a ese nivel. Y como toda historia de Hollywood, incluso las trágicas, todo se eleva y lo vemos con un nivel todavía mayor de épica”.