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PAU GASOL, UNA LEYENDA LAKER

La franquicia dorada, el mercado, Tinseltown: Los Ángeles

La trascendencia deportiva y extradeportiva (imagen, marca, personalidad) de Pau Gasol se multiplicó con su traspaso a L.A. La ciudad de Hollywood, el reino de los Lakers.

La franquicia dorada, el mercado, Tinseltown: Los Ángeles
Jayne Kamin-OnceaDIARIO AS

El 7 de marzo, Los Angeles Lakers retirarán el número 16 de Pau Gasol, que se alzará en el techo del pabellón junto a, en púrpura y oro, algunos de los más emblemáticos de toda la historia del baloncesto: el 32 de Magic Johnson, el 33 de Kareem Abdul-Jabbar, el 8 y el 24 de Kobe Bryant, el 13 de Wilt Chamberlain, el 22 de Elgin Baylor, el 44 de Jerry West, el 34 de Shaquille O’Neal… Será un día histórico para el deporte español, el homenaje a unos años que cambiaron para siempre nuestro baloncesto, la cima del mejor de los nuestros y uno de los mejores jugadores europeos de toda la historia. Esta es la historia de los años, los títulos y la gloria de Pau Gasol en Los Angeles Lakers. Años de púrpura y oro.

PRIMERA PARTE: Lo primero, claro, fue el traspaso

SEGUNDA PARTE: Kevin Garnett, Dwight Howard, Kevin Garnett

TERCERA PARTE: Un número 3 del draft en tres ciudades

CUARTA PARTE: Cáceres, el Real Madrid y una maldita apendicitis

QUINTA PARTE: La franquicia dorada, el mercado, Tinseltown

Estados Unidos tiene una superficie de 7.700.000 kilómetros cuadrados y una población de unos 325 millones de personas. Entre Nueva York y Los Ángeles hay tres horas de diferencia y casi 4.000 kilómetros en línea recta, a los que hay que sumar otro buen puñado si se viaja por la resonante Interestatal 80. Con volumen de continente, las diferencias entre un extremo y otro del país son enormes. Dos mundos. Distintos climas, distintos hábitos, distintos perfiles raciales… hasta distintas recetas para la pizza. Y también distinto baloncesto: lo hay de Costa Este y de Costa Oeste, una distinción que desde luego va más allá de las burocráticas Conferencias de la NBA y que se filtra hasta las calles y sus playgrounds. Orgullos de pertenencia y dos puntos cardinales: Nueva York y Los Ángeles.

El primer baloncesto profesional tuvo más que ver con la Costa Este, con el Atlántico. De hecho, de la primera temporada de la NBA, 1946-47, todavía como BAA (Basketball Association of America), sobreviven tres franquicias: Boston Celtics, New York Knicks y los Warriors… que estaban en Philadelphia. Pero en la tercera temporada, en 1949, el campeón fue Minneapolis Lakers, una franquicia que en 1960 hizo las maletas y se fue a Los Ángeles, donde llegó un par de años antes de los Warriors y se convirtió en la gran fuerza de la Costa Oeste. Y, con los años, de toda la NBA. Si Nueva York, la Gran Manzana, tiene nueve millones de habitantes, Los Angeles, Tinseltown, se va a 12 si se considera su área metropolitana. Son las dos grandes ciudades del país y los dos grandes mercados. Seguramente, Nueva York para los negocios, Los Ángeles para la cultura y el espectáculo… que también son negocios. Una es la capital del mundo, la otra es la capital de lo que va más allá del mundo: Hollywood.

CHUS BUENO, ahora director general de Legends en España y Portugal, trabajó para la FEB y fue Vicepresidente de Negocio de la NBA para Europa, Oriente Medio y África: “En la oficina de la NBA en España, creímos que nos había tocado la lotería cuando Pau va a los Lakers. Porque en la NBA, como en la Champions o cualquier Liga de fútbol, hay jugadores buenos y equipos buenos. Y cuando un jugador bueno se va a un equipo bueno, la onda expansiva es doble. Pau pasó de un equipo al que le costaba clasificarse para playoffs y que no peleaba por el título a una de las marcas más valoradas de la NBA, como son los Lakers. Cambió la forma de contar la historia, pasamos de un Pau que hace grandes actuaciones individuales a un Pau que puede ser campeón de la NBA. Imaginad el interés que generaba eso. Y luego llegaron los dos anillos con los Lakers… todo cambió. Tener un compañero como Kobe Bryant, que además le acabó considerando un hermano, la química y las historias que generaban… era un regalo para la marca de la NBA en España”.

AMAYA VALDEMORO es, seguramente, la mejor jugadora de la historia del baloncesto español. Fue tres veces campeona de la WNBA (1998-2000) con Houston Comets: “Cuando yo llegué a Estados Unidos en 1998 no se hablaba del baloncesto español. La sensación que yo tenía, y la que pudo haber tenido antes Fernando Martín, es que competía en los equipos europeos, en los torneos de selecciones… y estaba al nivel de los americanos, pero en esa época prácticamente no te daban oportunidades. Después te vas dando cuenta de que el baloncesto español empieza a tener un nombre global con la generación de Pau. A partir de ahí empiezan a mirar muchísimo el modelo de trabajo de la Federación y los clubes en España. Ese es el impacto que tuvo Pau, un tío que rompió barreras y que estaba a nivel global a la altura de las estrellas estadounidenses de la NBA. ¿A qué se puede equiparar tener la camiseta retirada en ese pabellón? ¿Qué deportistas españoles alcanzan un hito como ese? Me parece increíble. Estamos hablando de que ha hecho historia en la cuna del baloncesto”.

JORDI BADOSA fue ayudante de Pau Gasol durante sus años en Los Ángeles: “Está preparado es traspasado a Los Ángeles porque él es un tío formado. Ya tiene un track record. Además, no llega como primer mercado a Los Ángeles. Es que, aunque desde el principio ya tenía esa formación y esa mentalidad y esa capacidad, ya había sido varias veces all star, había sido Rookie del Año, su familia había estado con él en Memphis, cuando llega en vez de al downtown van a un sitio más tranquilo... Él hizo casi dos años enteros de medicina en Barcelona, está preparado y formado y tiene a su familia. Tiene una base potente, ya había hablado cositas con Kobe... Los Ángeles es una ciudad que para visitar es rara, pero para vivir es una buena ciudad, y los Lakers están muy establecidos en South Bay”.

CHUS BUENO: “Se fue viendo un cambio. Cómo se expresaba, la dimensión que tenía todo. Como si al estar en Los Ángeles pasara a tener la actitud de ‘vale, estoy ya es una liga mayor, vamos a ver de qué manera podemos seguir desarrollando ese potencial’. Es un ganador, y ahí está su currículum. Ese ADN ya lo tenía, pero en los Lakers lo pudo exprimir. Todos nos ponemos las pilas cuando tenemos un gran reto delante, y eso elevó todavía más su competitividad hasta que fueron campeones. Dijo ‘esta es mi oportunidad, si quiero ganar la NBA es ahora’. Cuanta más exposición tienes, mejor es el altavoz. Y tener uno como los Lakers… se multiplicaba por diez todo lo que podía haber hecho en los Grizzlies o con la Selección. Eso da una visibilidad que muy poca gente tiene, la oportunidad de ser un ejemplo e inspirar. De trascender a una dimensión más global. De ser Pau Gasol, aquí o en Japón”.

JORDI BADOSA: “Cuando llega a Lakers sabe que es su oportunidad y tiene un cambio de mentalidad en el sentido de que sabe que esos son sus años. Él piensa que está con Kobe, que es mega híper top, y tiene una oportunidad histórica. Y luego a nivel de imagen y business, de lo que le requiere la ciudad y los contratos de marcas grandes, sobre todo deportivas. Estas te marcan unos mercados importantes, los big markets, en los que saben que pueden exigir más de ti más prestaciones. Creo que son Los Ángeles, Chicago, Boston y Nueva York, aunque luego el equipo no sea competitivo. Es exponencial el nivel de repercusión que él tiene en todos los sitios desde que llega a los Lakers, en España y en Estados Unidos. Imagino que también lo son la responsabilidad y la presión por todo lo que circunda a una organización como los Lakers”.

Nueva York presume de los Knicks pero también del instituto de St. John’s y del streetball de Rucker Park, en el Harlem del que emanaron los Rens y los Globetrotters, hechos sociales en tiempos muy duros. Boston es el orgullo verde de los Celtics mientras que entre Durham y Chapel Hill se articula la esencial rivalidad universitaria Duke-North Carolina. Pero Los Ángeles es la estirpe ganadora en NCAA de los chicos de UCLA y las chicas de USC. Es una producción constante de talento para el baloncesto profesional, es la leyenda de la Drew League en el circuito callejero y es, por encima de todo, el corazón morado y amarillo de los Lakers. Porque los Yankees son el equipo de Nueva York por delante de los Knicks y su folclórico Madison, los Celtics no se acercan a lo que significan los Red Sox en Boston (ni, en los últimos años, los Patriots) y los Bulls están por detrás de White Sox y Bears en Chicago por mucho que significaran, que significaron, los dos threepeats de Michael Jordan. Pero Los Ángeles ha sido, tradicionalmente, la única de estas grandes ciudades cuyo eje deportivo es un equipo de la NBA: los Lakers. Aunque en los últimos años la distancia con los Dodgers (MLB) se ha reducido al mínimo. Eso dicen las encuestas.

PEPE MANTILLA es un periodista mexicano que lleva desde 1993 narrando (ESPN, KWKW...) los partidos de Lakers en español, para la comunidad latina de L.A.: “Los Lakers siempre quieren tener a los jugadores de más categoría, igual que sucede ahora con LeBron James y Anthony Davis. Y, además, los jugadores quieren jugar para los Lakers. Porque son campeones, porque están en Los Ángeles, que es una ciudad muy hermosa... Hay muchas cosas para todos. Está Hollywood, está Beverly Hills, están la playa y el clima. Y cuando vas a jugar un partido, en primera fila están Denzel Washington, Jack Nicholson, Jennifer Hudson, Leonard DiCaprio... Juegan ante grandes artistas y los jugadores siente que también son artistas”.

PATRICK GREEN es director y aficionado acérrimo de los Lakers. Ha dirigido un documental, ‘Sincerely Los Angeles’ sobre los murales en honor a Kobe Bryant en las calles de L. A.: “Los Lakers son una de las cosas que unen a la ciudad. Cuando van bien y ganan... hay muy pocas cosas iguales por cómo está la ciudad. Hay mucha vida, todo el mundo lleva camisetas y ropa del equipo, todo el mundo quiere que haya fiesta. Es una gozada, todo el mundo quiere formar parte de la Laker Nation”.

ANTONI DAIMIEL es periodista especializado en la NBA desde 1995: “Que Pau consiguiera lo que ha conseguido con los Lakers era impensable, inimaginable. Ni siquiera los más atrevidos lo podían soñar. Sobre todo gente de mi generación, los que habíamos vivido ya como adolescentes la llegada de la NBA a España. Nos parecía un género de ciencia ficción. Estaban La Guerra de las Galaxias y la NBA, veíamos las cosas como de otro color, a otra velocidad. Algo muy lejano al baloncesto que conocíamos y disfrutábamos aquí”.

SERGIO SCARIOLO es el seleccionador de España y uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto FIBA: “Pau había tenido una trayectoria excelente en la NBA, con prestaciones de altísimo nivel y ayudando a su equipo a jugar playoffs, pero en un equipo de nivel más bajo. El salto de calidad para entender lo que le faltaba para convertirse en una estrella de valor absoluto se produjo, o esa sensación tuvimos, por incorporarse a una franquicia que era ganadora, como los Lakers”.

JOSÉ MANUEL CALDERÓN jugó en la NBA entre 2005 y 2019 y fue compañero de Pau Gasol en la Selección española: “Es el momento en el que llega, los Lakers sabían que necesitaban un jugador como Pau para dar el siguiente paso y él, después de su etapa en Memphis, sabía que necesitaba un jugador como Kobe para dar el siguiente paso también. Lo que se escuchaba en los corrillos de la NBA era más que los Lakers se llevaban exactamente al jugador que necesitaban que ‘uf, no sé si Pau podrá jugar con los Lakers’. Era el jugador perfecto para el estilo de juego que tenían los Lakers. Y para Kobe, por su estilo de juego y porque además le quitaba presión”.

Una de las grandes historias del deporte mundial

Jerry Buss, el legendario Doctor Buss que falleció en 2013 con 80 años, se hizo con unos Lakers que solo habían ganado un anillo en L.A. (en 1972: Wilt Chamberlain, Jerry West, Gail Goodrich…) y tenían la moral consumida por las derrotas contra los Celtics, el intimísimo enemigo que se convirtió en obsesión hasta el punto de que Jerry West se sentía físicamente enfermo cuando la rondaba el color verde. En 1980, los Lakers ya fueron campeones empujados por la sonrisa inacabable de Magic Johnson y aupados sobre los ganchos celestiales de Kareem Abdul-Jabbar. El inicio de una nueva era para la franquicia, desde luego para la NBA y en muchas cosas, también para el deporte estadounidense. El Doctor Buss, Magic, el Showtime, Hollywood: los Lakers.

Los duelos entre Lakers y Celtics (2-1 para los angelinos en los ochenta, 7-0 para los Celtics entre 1959 y 1969), entre Magic y Larry Bird, redimensionaron una NBA que parecía herida de muerte a finales de los setenta. Se podría decir que esas dos gigaestrellas desbrozaron y asfaltaron el camino que después Michael Jordan convirtió en una autopista sin límite de velocidad. Pero la realidad es que, sencillamente, Magic y Bird fueron el camino.

El Doctor Buss convirtió a los Lakers en una extensión de su personalidad: arrolladora, magnética y movida por impulsos de pura adrenalina. Fue el propietario que transformó el concepto de franquicia y las noches de partido, coreografías de un espectáculo integral que derivó en ese mítico Showtime, el punto álgido y febril de una vida social de Los Ángeles que empezaba en las gradas, seguía por la pista al ritmo del recién llegado Magic Johnson y acababa en el club nocturno del propio pabellón, donde se barajaban las cartas de las estrellas de Hollywood y donde apenas se dejaban ver las parejas de los jugadores. Todo el Forum era, o eso se decía entonces, ‘un gran pub de moda con canastas’. Se descartó el organillo y se metió en directo a la banda de USC y se introdujo a las Laker Girls adaptando por primera vez para la NBA el exitoso formato de cheerleaders de los emblemáticos Dallas Cowboys (NFL).

El impacto fue sísmico y los partidos de una NBA hasta entonces previsible y aburrida pasaron a ser algo muy parecido a lo que son hoy... y una cita imprescindible del ocio en la ciudad del ocio, la dorada Los Ángeles de los años 80. La narrativa era arrebatadora, la máquina de fabricar leyenda estaba en marcha. Los Lakers, la franquicia de las estrellas, el equipo de los 17 anillos, la madre de todas las marcas deportivas. Y un equipo cuya lista de camisetas retiradas corta la respiración: el 8 y el 24 de Kobe Bryant, el 13 de Wilt Chamberlain, el 22 de Elgin Baylor, el 25 de Gail Goodrich, el 32 de Magic Johnson, el 33 de Kareem Abdul-Jabbar, el 34 de Shaquille O’Neal, el 42 de James Worthy, el 44 de Jerry West, el 55 de Jamaal Wilkes, el 99 de George Mikan... y desde ahora, también el 16 de Pau Gasol.

ANTONI DAIMIEL: “Cuando llega a los Lakers está la duda sobre cómo podría encajar. Los Lakers eran un equipo muy especial, con las particularidades de Kobe, de Phil Jackson... Había que ver cómo respondía Pau, y ahí me llamó la atención la seguridad con la que veía lo que iba a pasar antes incluso de empezar a jugar con ellos. Yo creo que hablé con él cuando solo había entrenado un día con los Lakers, y me dijo con total seguridad que sus estadísticas no se van a ver afectadas. Normalmente, el jugador franquicia de un equipo menor que se va a los Lakers con una estrella como Kobe, tiene que conceder cosas. Pero él no, él decía por ejemplo que en rebotes iba a mantener sus números. Llegaba con mucha confianza”.

PATRICK GREEN: “Muchos deportistas llegan a Los Ángeles y parece que se trata del flash, de dejarse ver por ciertos clubs nocturnos, de ir a este sitio o a aquel. Con Pau se veía que él no era así. Era más como tu vecino de al lado. Y esas estrellas son las mejores, las personas reales. Y creo que a veces hay confusión con lo que es Los Ángeles. La gente auténtica de la ciudad sabe quién es pura fachada y quién no. Y con estos últimos hay una conexión al momento. Por eso queríamos tanto a Kobe Bryant. Y lo mismo con Pau, ponía pasión en la pista pero también fuera, en las cosas que le importaban en su vida. Creo que los aficionados de los Lakers le arroparon desde que llegó. Los Ángeles es una ciudad muy internacional, es una comunidad de gente que viene de otras partes para hacerse un nombre, para crecer. El mismo Kobe también fue un ejemplo de eso. Hay en L.A. una cultura de reinventarse a uno mismo, de intentar cambiar. Y Pau encajaba, vino sin haber podido ganar ningún partido de playoffs hasta aquel momento”.

JORDI BADOSA: “Él establece conexiones con Antonio Banderas, Plácido Domingo, con algunos actores españoles que están por allí... Es muy diferente a lo que están acostumbrados en Los Ángeles. Con mucho discurso, se expresaba muy bien también cuando hablaba en inglés... Él allí, por ejemplo, iba a la ópera de vez en cuando. Y allí conocía a familias importante que también tenían palcos para los partidos de los Lakers, y estos iban viendo cómo era Pau. Sentían que se estaba implicando, que vivía la ciudad. Y era la verdad. Pau estaba contento de estar allí, iba entendiendo cómo funcionaban las cosas en cada barrio... eso es algo que allí apreciaban de Pau más allá de la cuestión deportiva. En Memphis ya tenía relación con el St. Jude Children’s Hospital, del que era embajador. Y así conoció a la gente del Children’s Hospital de Los Ángeles, y empezó una relación en la que Pau hacía visitas por su cuenta, que muchas veces no eran retransmitidas ni amplificadas”.

ANTONIO MARTÍN GUIRADO era corresponsal de EFE en Los Ángeles durante los años de Pau Gasol en la franquicia: “Cuando él se va de Los Ángeles en 2014, teníamos todos la sensación de que había dejado un poso, un legado importante. El de alguien que es extranjero, que viene y se hace a sí mismo y consigue hacer mejores a todos a su alrededor. En Estados Unidos es muy duro triunfar, sobre todo si llegas de fuera. Pero si lo haces, te esfuerzas, te amoldas a sus valores... entonces les das pero también recibes. Te saben valorar”.

CHUS BUENO: “Ha sido un grandísimo embajador para la NBA. Los que le conocemos, sabemos de su inteligencia, también emocional, de su lectura amplia de las cosas, de su inteligencia competitiva. Es la dimensión como persona, la capacidad para liderar, pensar, comunicar. Para nosotros era un privilegio tenerle por los valores que representaba. Eso es muy importante en su legado y va en las dos direcciones. Pau nos hacía el trabajo, los que estábamos en la NBA entonces lo teníamos mucho más fácil gracias a él: era embajador de España en Estados Unidos… y de la NBA en España. Pau, Marc, Raúl López, Calderón… aceraron la NBA a los aficionados porque eran nuestros héroes nacionales, de la Selección… La gente los seguía mucho en la NBA gracias a sus éxitos con España. Eso acerco mucho la NBA al aficionado general, que gracias a ellos conocía más la Liga y entonces empezaba a gustarle ese tal Klay Thompson, ese tal Stephen Curry… Así que Pau ha sido un gran embajador de la marca España en EE UU, pero también un gran embajador de la marca NBA en España, que se convirtió en el mercado número 1 para la Liga en Europa en cuanto a seguidores, ingresos. Nos generaba muchísimo impacto, y se trataba de que a través de él la gente conociera a los rivales, a los equipos contra los que jugaba... Era una segunda capa, teníamos que enseñar a sus compañeros de vestuario, mostrar nuestra marca de una forma cada vez más amplia. Pau era un catalizador para nosotros, el embajador perfecto para mostrar la NBA en España”.

PEPE MANTILLA: “Que te retiren la camiseta los Lakers es.... en España, sería como si el Real Madrid retirara, que no si se allí retiran camisetas o no, la camiseta a Di Stéfano y a los más grandes que han jugado allá. A Gento... Y de repente, retirarn la de alguien más joven y lo ponen al lado de los más grandes del Real Madrid. Es lo mismo. La camiseta con su número 16 no la va a usar nadie nunca más. Su número y su nombre van a estar en todo lo alto del pabellón junto a Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, West, Baylor, Kobe...”.