El calvario de John Wall: “Pensé en suicidarme, fui a terapia”
A las puertas de una nueva etapa en los Clippers con Paul George y Kawhi Leonard, John Wall relata sus terribles problemas personales.
Empieza una nueva etapa para John Wall, que tras una pesadilla infernal con las lesiones y el ostracismo en Houston Rockets, ha firmado con Los Angeles Clippers para relanzar una carrera en la que ha conocido todo, el mejor y el peor lado de ser una estrella del deporte profesional.
El base, que la próxima semana cumplirá 32 años, aseguró la cartera activando su player option para la temporada 2022-23: 47,4 millones de dólares a cuenta de Houston Rockets, el equipo con el que no jugó la pasada temporada pese a cobrar 44,3, millones, uno de los salarios más altos de la historia de la NBA. En plena renovación y con un proyecto joven, los Rockets querían dar el mando del juego exterior a Jalen Green y Kevin Porter Jr. Acordaron con Wall la búsqueda de una salida y que el base estuviera apartado mientras tanto. Pero como no hubo opción de traspaso con un salario tan exagerado, Wall consumió la temporada sin jugar. Después de asegurar sus 47,4 millones, llegó a un acuerdo de buyout con los Rockets. Perdonó unos 7 millones y se comprometió por una cantidad similar (unos 6,5 millones), ya como agente libre, con Los Angeles Clippers. Así acabó una etapa en los Rockets que comenzó como intercambio de Russell Westbrook (un contrato monstruoso por otro) antes del inicio de la temporada 2020-21. En ella, y después de un año en blanco por una lesión del tendón de Aquiles, Wall jugó 40 partidos y promedió 20,6 puntos y 6,9 asistencias.
Ahora, Wall jugará en unos Clippers que serán uno de los grandes favoritos al anillo si se mantienen sanas sus dos grandes estrellas, Paul George y un Kawhi Leonard que no juega desde los playoffs 2021 por una grave lesión de rodilla. El que fuera número 1 del draft de 2010 (Washington Wizards), y superestrella en Kentucky, tuvo un tremendo primer tramo de carrera NBA: cinco veces all-star (seguidas, 2014-18) y billete para el Tercer Mejor Quinteto de la Liga en 2017 y después de su mejor temporada (2016-17): 23,1 puntos, 4,2 rebotes y 10,7 asistencias. Sus Wizards llegaron a segunda ronda de playoffs y solo cedieron en el séptimo partido contra Boston Celtics. Parecía que el futuro en la capital era brillante. Wall, con 26 años, firmó una extensión de cuatro años y 170 millones de dólares que en ese momento parecía absolutamente lógica pero que se convirtió en uno de los peores contratos de la historia de la NBA. Graves lesiones de rodilla y tendón de Aquiles, problemas personales y solo 73 partidos totales en sus últimas tres temporadas en Washington. En Houston, esos 40 nada más llegar y después, otra vez fuera de las pistas, finalmente sano pero con su acuerdo de alejamiento con Houston Rockets.
Ahora, Wall ha hablado con absoluta sinceridad y franqueza sobre los últimos 30 meses de su vida, un calvario en lo deportivo pero sobre todo en lo familiar: “Es el lugar más oscuro en el que he estado. En un punto llegué a pensar en suicidarme. Me rompí el Aquiles, mi madre enfermó y después falleció y un año después murió mi abuela, esto en plena pandemia de COVID, con todo lo que estaba pasando. Ir a las sesiones de quimioterapia y ver a mi madre exhalar su último aliento, tumbarme a su lado en el sofá con la misma ropa puesta durante tres días… Si he podido pasar por esto, puedo superar lo que sea en la vida. Que los aficionados me sigan apoyando, que quieran seguir viéndome jugar, significa muchísimo para mí. Tuve que buscar ayuda, terapia. Mucha gente piensa que no necesita apoyo, que puede salir de las cosas cuando quiera. Pero tienes que ser sincero contigo mismo y descubrir que es lo que realmente necesitas. Y es lo que yo hice”.