Doncic ya no es ‘supermax’

Luka Doncic ya era, antes de un traspaso que ha dejado en shock a todo el universo NBA, una de las grandes estrellas de la gran liga. Esa condición de gigante del baloncesto global se va a disparar ahora, en los focos más brillantes, los de los Lakers. Más presencia televisiva, más contratos publicitarios… de súper estrella a megaestrella. Por ahí, por lo económico, también va a ganar el esloveno en su nueva etapa, claro, aunque las cuentas básicas, las de sus contratos deportivos, le han dejado sin un puñado de millones.

Y no solo porque la fiscalidad es mucho más exigente en California que en Texas. Es que ahora, y por normativa, Doncic ya no podrá llevarse el contrato más alto de la historia de la competición. En principio, este verano iba a firmar una extensión con los Mavericks por cinco años y 345 millones. El total más alto de siempre ya que iba a dejar atrás los 315 millones por cinco temporadas que le dieron los Celtics a Jayson Tatum antes de esta temporada.

Doncic aspiraba al 35% del espacio salarial de los Mavs porque se había ganado la condición de supermáximo, la opción de firmar con la condición de designated veteran. Para ello, para pasar de max a supermax, se requieren unas cuantas condiciones: llevar siete u ocho años de servicio en ese equipo en el momento de firmar la extensión (cuando queden uno o dos años más de contrato por delante) y no haber cambiado de camiseta salvo si ha sido por traspaso durante las cuatro primeras temporadas, situación en la que el jugador mantiene (no si cambia de aires como agente libre) la opción de ser supermax.

Además, algo que Doncic ya había hecho, hay que cumplir uno de estos requisitos: ganar el MVP una vez en las tres temporadas anteriores, entrar en los quintetos All NBA (primero, segundo o tercero) en la temporada anterior o en dos de las tres anteriores o ser elegido Defensor del Año en la anterior o en dos de las tres anteriores. La extensión podría llegar a un máximo de seis años totales en función de lo que quede de contrato (se firma por cuatro si quedan dos vigentes o cinco si es uno) y no puede bajar del 30% del cap con tope (suele quedar así fijado) en el 35. Doncic, con sus selecciones All NBA en el bolsillo, aspiraba al supermax, en su caso esos 345 millones por cinco años. De media, casi 70 millones de dólares al año.

Pero en los Lakers, el próximo verano, solo podrá firmar, como máximo, una extensión de cuatro años y un total de 229 millones. De media, 57,2 millones. Más de doce millones menos por año y, en volumen total (de 229 a 345) unos 116 millones menos garantizados. En cuatro años en vez de cinco.

El súper máximo al que optaba en Dallas no lo puede firmar en L.A. porque ya no está en el equipo que lo eligió en el draft ni en su primer contrato como jugador de la NBA (los cuatro años de contrato en la escala salarial para rookies de primera ronda). En los Lakers, este verano, bajaría en su nueva extensión al rango 30% del espacio salarial del equipo, en el año inicial de esa extensión y como punto de partida para calcular los totales. Así que, si lo que quiere es maximizar sus bazas económicas de futuro, tiene otra opción: firmar en verano con los Lakers una extensión de tres años y 165 millones con una player option en 2028. Entonces (llegó a la NBA en el draft de 2018), habrá cumplido 10 años como jugador de la NBA y podrá firmar, otra vez, por el 35% del espacio salarial del equipo, la versión supermax.

En resumen, Doncic tiene ahora garantizados 115 millones (incluida la player option de 48,9 millones para la temporada 2026-27). Puede firmar una extensión máxima en verano por cuatro años y casi 229 millones. Esta comenzaría en 51 y acabaría en 63,3 en la temporada 2029-30. Pero puede jugar con la opción de firmar por tres años y 165 millones, con player option en la tercera temporada (2028-29). Después, al cumplir 10 años en la liga, daría un gran golpe con un contrato por cinco años y unos 418 millones que comenzaría en el curso 2028-29. Si quisiera firmar como agente libre sin extensiones, puede hacerlo en 2026 con los Lakers por cinco años y 296 millones o en otro equipo por cuatro y 219.

Los Mavs salen del impuesto de lujo

Con el traspaso de Doncic, algo que despierta suspicacias entre aficionados de los Mavs que creen que ahí puede estar parte del quid de una cuestión difícil de entender, la franquicia texana abandona la barrera del impuesto de lujo. Antes de la operación, la superaba y se veía abocada a pagar, al cierre del curso, 7,7 millones de dólares. Ahora está por debajo de ese límite y también (por 6,3 millones) del del primer apron. Para ayudar a eso, y a que el equipo pueda operar antes del cierre de mercado del jueves, Anthony Davis ha renunciado al bonus que tenía por contrato, que le garantizaba casi 6 millones extra a través de un 15% de su salario del año como compensación por ser traspasado.

Los Lakers, por su parte, pagarán casi 50 millones de impuesto de lujo (superan el límite por más de 16 millones) pero siguen por debajo del peliagudo segundo apron. Además, en los próximos veranos podrían tener hasta ocho millones extra para invertir en plantilla, en la situación actual, por la diferencia entre el salario de Doncic y el de Davis: la próxima temporada, 45,9 millones por 57,6. El esloveno tiene, ahora, una player option para el verano de 2026 por 48,9 millones. Y Davis tiene asegurados 62,2 millones en la temporada 2026-27 con una player option de 66,8 la siguiente, 2027-28. Entre eso y que Doncic no puede firmar por el supermáximo y se tiene que quedar en el rango de máximo (un 5% menos del cap para él), las cuentas económicas también son positivas para los angelinos después de uno de los traspasos más impactantes de la historia de la NBA.

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