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SACRAMENTO KINGS

Divac sigue en sus trece: “¿Si me equivoqué con Doncic? El tiempo lo dirá”

El exjugador asegura que hay que esperar a ver cómo evoluciona la trayectoria de Fox: “¿Doncic MVP? Le queda cuidar más su físico”.

Divac sigue en sus trece: “¿Si me equivoqué con Doncic? El tiempo lo dirá”
Rocky WidnerDIARIO AS

Vlade Divac (56 años) es uno de los grandes jugadores de la historia del baloncesto. Un pívot adelantado a su tiempo, un 2,16 que se movía como un alero y era capaz de correr la pista, pasar y tirar (además de hacer todo lo que hacían los pívots clásicos tan bien como cualquiera), jugó en la Yugoslavia histórica que, antes de la guerra, maravilló al mundo en el Mundial de 1990 y los Eurobasket de 1989 y 1991. Tres oros que son inolvidables por lo que se consiguió y por cómo se consiguió: el equipo de Roma en 1991 tenía a Djordjevic, Radja, Kukoc, Divac, Paspalj, Danilovic, Perasovic, Savic… Un año antes, en el Mundial 1990, estaban en el equipo Drazen Petrovic y Zeljko Obradovic. Y en 1989: Petrovic, Radulovic, Cultura, Kukoc, Paspalj, Zdovc, Vrankovic, Divac, Danilovic, Radja… un bloque de absoluta leyenda.

Petrovic y Divac eran íntimos y compañeros de generación, pero acabaron separados por el conflicto de los Balcanes (uno croata, el otro serbio) y no arreglaron sus diferencias antes de la trágica muerte del inolvidable escolta de Sibenik, en 1993. Una historia, perfectamente reflejada en el documental Once Brothers (ESPN, 2010), marcada por lo que sucedió después del triunfo contra la Unión Soviética en al final del Mundial 1990, en Argentina. Un aficionado local de ascendencia croata saltó a la cancha con una bandera de Croacia. Divac se la quitó de las manos y la tiró, y ese fue el punto en el que la amistad entre el pívot y Petrovic (entonces ya los dos en la NBA) se rompió. Se llegó a decir que Divac había pisoteado y escupido la bandera croata. En pleno conflicto bélico, unos lo consideraron un héroe nacional y otros un enemigo de la peor calaña. “Yo no quería mostrar rechazo a nadie, solo proteger al equipo y dejar claro que éramos el equipo de Yugoslavia, no de Serbia, Croacia u otra república”, dijo después Divac, en el famoso documental de ESPN.

Pese a que el trágico fallecimiento de Petrovic, en accidente de tráfico, llegó antes de la reconciliación, Divac, que ahora es embajador de la NBA (“el baloncesto siempre será una parte importante de mi vida”) no quiso perderse el maravilloso homenaje a Petrovic que se realizó el pasado 5 de septiembre en Zagreb y que reunió a la flor y nata del baloncesto balcánico. Después de la celebración, un Divac que no suele hablar mucho con la prensa (“ahora es el turno de las nuevas generaciones, yo ya dije todo lo que tenía que decir”) se sentó con el medio croata Index y charló de toda su carrera. De sus inicios, la histórica selección de Yugoslavia, Petrovic, los Lakers, el traspaso por Kobe… y sí, también su decisión, cuando era ejecutivo de los Kings, de no elegir en el draft de 2018 a Luka Doncic. Algo que todavía justifica. Esto es lo más destacado de esa maravillosa entrevista que se puede leer completa en este enlace.

Treinta años sin Drazen Petrovic: “Es triste que ya no está entre nosotros, pero me hace feliz estar en este homenaje. Después de tantos años, nos reunimos todos en un mismo lugar. Drazen nos ha unido. Era el mejor de todos nosotros. Abrió caminos, puertas para nosotros y para los jóvenes de ahora”.

Este baloncesto, el baloncesto del pasado: “Prefiero el de mi época. Claro que las nuevas generaciones dirán lo contrario, pero esa es la belleza del baloncesto. No para de avanzar, introducir nuevas tendencias, traer cosas de vuelta… siempre está cambiando. El baloncesto ahora es totalmente distinto al de mi época, igual que aquel era distinto al de las generaciones anteriores a la nuestra”.

Los apuros de Estados Unidos en París 2024: “Puede que esta selección de Estados Unidos no sea mejor que la de Michael Jordan en 1992, pero no está muy lejos. Es un grandísimo equipo, pero es que el baloncesto europeo ha progresado muchísimo. Solo hay que ver los europeos que había entonces y que hay ahora en la NBA, ahí está la respuesta, por eso nos hemos acercado tanto. Ahora el 30% de los jugadores de la NBA son europeos. Cuando fuimos Drazen, Paspalj, Volkov, Marciulionis y yo, estábamos solos”.

Seis años seguidos con el MVP de la NBA concedido a jugadores nacidos fuera de Estados Unidos: “Si me lo hubieran dicho entonces, habría pensado que era ciencia-ficción, pero hoy no se puede imaginar la NBA sin los jugadores no estadounidenses. Me alegra mucho que Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic, especialmente Nikola, hayan demostrado que son los mejores entre los mejores”.

¿Es Jokic ya el mejor europeo de siempre? “Eso dicen los números y los resultados. Y la base del deporte son los resultados, así que creo que no hay dilema”.

Divac, Radja y Kukoc en el Hall of Fame de Springfield: “Es fascinante, algo increíble, milagroso. Fue una generación especial. Incluso si te olvidas de los resultados. Seguimos en contacto. Hablamos, sabemos cómo les va a las familias, nos queremos. Sasa Djordjevic también podría estar en el Hall of Fame de Springfield, pero no tuvo la carrera NBA que sí podría haber tenido por puro talento”.

La increíble derrota de Yugoslavia (ganaba por nueve a falta de 41 segundos) contra la URSS en la semifinal del Mundial 1986, incluida su catastrófica pérdida de balón en los últimos segundos: “Fue una de las situaciones más difíciles de mi vida, hasta pensé en dejar el baloncesto. Tenía 18 años y todavía jugaba solo por diversión, pero ahí me di cuenta de que en nuestros territorios el baloncesto era algo gigante, más grande que la vida. Perdimos una ventaja de nueve puntos en 45 segundos, y la conmoción en nuestro país fue algo sin precedentes. Aunque solo era un niño, me dieron por todos lados, me atacaron mucho. En el partido por el bronce contra Brasil, Kresimir Cosic me puso en el quinteto titular solo para que recuperara el ánimo, para que dejara de pensar en la derrota. La noche después de la derrota fue terrible, pero tuve el apoyo de todos en la selección”.

La Yugoslavia del Eurobasket de 1989: “Creo que sí que era la mejor selección de la historia, que nunca ha habido un equipo tan dominante, tan poderoso si excluimos el Dream Team de Barcelona 92. Fue la mejor muestra de la belleza del baloncesto, la explosión de una generación con un talento sin precedentes. No jugábamos para anotar canastas, sino para disfrutar anotando esas canastas. Recuerdo acciones en las que Kukoc y yo nos pasábamos la bola cinco veces antes de meterla. Fue una generación maravillosa”.

Su llegada a los Lakers, en 1989: “Recuerdo perfectamente la primera vez que entré en el vestuario y vi la taquilla en la que ponía ‘Magic’. Me pellizqué porque estaba seguro de que era un sueño. Entonces ninguno veíamos partidos de la NBA en directo, solo gracias al as cintas que íbamos consiguiendo. Nos las pasábamos y las veíamos tantas veces que las desgastábamos, hasta que ya no se veía nada. Magic tenía una mentalidad similar a la de Drazen. Tenía un espíritu competitivo increíble, quería ganar a toda costa. Solo con su carisma hacía a todos mejores de lo que éramos e inmediatamente se dio cuenta de que jugar conmigo podía ser beneficioso para él. Yo era un pívot joven, con mucha movilidad, corría contraataques… eso le venía muy bien por su forma de jugar, corriendo y pasando en transición. Le encanté desde el primer momento. Kareem Abdul-Jabbar se acababa de retirar, pero se quedó una temporada en la franquicia para trabajar conmigo individualmente. Intento enseñarme su gancho, pero eso es innato. Es una jugada tan particular que sólo él podía ejecutarla con ese nivel de perfección”.

Su salida de los Lakers para facilitar la llegada de Kobe Bryant: “Sé que es una pregunta de concurso: qué jugador fue traspasado a Charlotte Hornets a cambio de Kobe Bryant… y que la respuesta es Vlade Divac. Yo era el único del equipo anterior que quedaba cuando Magic y los demás se fueron retirando, y los Lakers quisieron hacer ese traspaso en la renovación del equipo. En realidad, querían traspasar a otro jugador, pero los Hornets se empeñaron en que fuera yo. Y los Lakers, además, tenían que hacer espacio salarial para fichar a Saquille O’Neal. Yo estaba enfadado, claro, no quería que me traspasaran. No quería irme pero, visto con perspectiva, yo también me habría traspasado por Kobe”.

Su negativa a ir a Charlotte estuvo a punto de impedir la llegada de Kobe a L.A.: “Cuando me lo dijeron, me negué. Les dejé claro que jugaba por amor y que no haría algo que no quería hacer. Que si tenía que dejar de jugar, lo haría. El dinero está muy bien, pero jugaba por placer y si no, no iba a jugar. Cuando se dieron cuenta de que no me iban a convencer, cambiaron de estrategia. Se reunieron conmigo y me pidieron que fuera a Charlotte al menos dos o tres semanas para que viera si aquello me gustaba. Había pasado días muy malos, pero cuando fui a Charlotte me gustó, vi que podía estar bien para mí y acabé aceptando”.

Su fichaje por el Estrella Roja, pese a ser una leyenda del Partizán, durante el lockout de la NBA en 1999: “Fue por un conjunto extraño de circunstancias, como una aventura de la vida. Pero ni siquiera me criticaron mucho en el Partizán, sabían que yo jugaba por amor para ellos y para mi selección y que todo lo demás era solo trabajo. Todo empezó como una broma. Cuando llegó el cierre patronal en la NBA, un amigo me preguntó si querría ir al Estrella Roja. Dije de broma que sin problema, pero eso llegó al club y ellos sí se lo tomaron en serio. Y dijeron a todo que sí: el dinero que pedí, el seguro que tenían que pagar, que todo se abonara por adelantado… a todo lo que pedía me decían que sí, así que hubo un punto en el que no me pude negar”.

La inolvidable derrota de su equipo, Sacramento Kings, contra su ex, los Lakers, en la final del Oeste de 2002, incluido el triple en el último segundo de Robert Horry en el cuarto partido: “No sueño con ese tiro de Horry, me da igual, no necesito un anillo de la NBA para saber cómo jugué. Teníamos un gran equipo y creo que ese año éramos mejores que los Lakers. Si hubiéramos ganado también habríamos barrido a los Nets, como hicieron ellos (4-0 en las Finales). Estoy muy orgulloso de aquel equipo de Sacramento Kings. Para mí, ganamos nosotros. Igual que considero que Serbia salió como vencedora real del torneo olímpico en París. Los Kings eran un equipo pequeño, con menos posibilidades económicas y mucha menos atención mediática que los Lakers. Pero demostramos que podíamos jugar al baloncesto mejor, y más bonito, que ellos”.

Su entrenador en los Kings, Rick Adelman, le pidió que hiciera su presentación en el Hall of Fame. Años antes, dirigió a Petrovic en los Blazers y no le dio oportunidades: “Me pidió que hiciera su presentación porque los resultados en los Kings fueron lo más importante para que entrara en el Salón de la Fama y ese fue el primer equipo de la NBA que jugó al baloncesto a la europea. Por allí pasaron también Stojakovic, Turkoglu, Songaila… Es curioso que él, que hizo tanto con otros jugadores europeos, no diera ninguna oportunidad al mejor europeo de todos los tiempos. Pero Adelman tenía entonces en el jugador exterior de los Blazers a Porter, Drexler, Young, Ainge… en la NBA, especialmente entonces pero todavía hoy, hay una regla: si eres novato, no importa la edad ni qué has hecho antes en Europa. Tienes que pasar por una fase de adaptación. Allí la jerarquía es muy importante. Drazen no tuvo paciencia y no era culpa de Adelman porque tenía jugadores muy buenos en esas posiciones. Así que Drazen tenía claro que tenía que irse para no pasarse el tiempo sentado en el banquillo”.

Luka Doncic como posible próximo MVP europeo de la NBA: “Por talento y nivel de juego, está en camino. Pero Nikola Jokic se cuida mucho. Me encantaría que Doncic ganara el MVP, pero tiene que cuidar más su cuerpo”.

Su decisión, cuando era ejecutivo de los Kings, de no draftear a Doncic: “Ya teníamos de base a De’Aaron Fox, al que habíamos elegido solo un año antes. Y yo creía que Fox iba a ser nuestro próximo jugador franquicia. El tiempo dirá si me equivoqué. Ahora mismo parece que sí, pero tengo fe en que Fox tendrá una gran carrera. Doncic y Kyrie juegan juntos porque Kyrie puede hacer de anotador más puro pero Fox, como Doncic, necesita tener la bola en las manos. Podría haber elegido a Doncic, pero tendría que haber traspasado a Fox. Es curioso porque los Suns, que tenían el número 1, tampoco eligieron a Luka y tenían como entrenador a Igor Kokoskov, que le había entrenado en Eslovenia. Los Hawks lo draftearon, pero lo traspasaron a Dallas Mavericks. Me encanta ver a Luka, me gusta mucho cómo juega, pero tenía mis razones para hacer lo que hice. Quizás me equivoqué, el tiempo lo dirá…”.

La relación con Sasa, el padre de Doncic: “Decían que no elegía a Luka por la mala relación que tenía con su padre, pero eso eran tonterías que se dijeron en la prensa. Conozco muy bien a Sasa, le aprecio mucho. No tuvo nada que ver con eso. Sigo a Luka y va por el buen cambio. Solo le queda, repito, cuidar su físico”.

Su quinteto histórico de jugadores europeos: “Empezaré por el final: pívot puro Kreso Cosic, a su lado Nikola Jokic, de alero Toni Kukoc, de escolta Drazen Petrovic y de base Sasa Djordjevic. Es difícil, hay muchos más jugadores fantásticos. Y he dejado fuera a Radja, pero estoy en deuda emocional con Kreso. Son todos de la antigua Yugoslavia, pero aparte de Arvydas Sabonis no veo quién más, del resto, podría entrar ahí. ¿Tony Parker por Djordjevic? No, de ninguna manera”.

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