Movistar Estudiantes: luz verde para la nueva Nevera
La Comunidad de Madrid aprueba 4 millones de euros para levantar de nuevo el templo del Movistar Estudiantes, hundido en 2021 por Filomena.
La mítica Nevera volverá a levantarse. La Comunidad de Madrid aprobó este semana un paquete económico de mejora para diferentes institutos de la región, que incluye una inversión de 4 millones de euros al IES Ramiro de Maeztu para la construcción de un nuevo pabellón que sustituya al hundido en enero de 2021 por culpa del temporal Filomena y que contará con una nueva climatización con energías renovables.
Además, se llevarán a cabo diversas mejoras en el centro educativo, que contará con tres nuevas aulas de informática y mejoras para la accesibilidad. La licitación del concurso para las obras saldrá la próxima semana. Una vez adjudicada, el proyecto se pondrá en marcha a lo largo de este año.
La Nevera se inauguró oficialmente en 1957, casi diez años después de la fundación del Estu, bajo el nombre de Campo Nuevo. El tiempo dejó ese nombre en el olvido, aunque no se sabe a ciencia cierta el motivo de su nuevo bautismo. Pudo ser la imagen de barcelonista Thomas con guantes para jugar (1966-67). No se sabe. Lo que está claro es que le venía al pelo, si atendemos a las palabras de mítico Díaz-Miguel, recogidas en la web del club colegial: “El aire de la Sierra azota al recinto de forma directa por lo que nunca necesitó aire acondicionado; incluso las malas lenguas aseguran que técnicos del universitario Instituto del Frío venían a la Nevera para estudiar su estructura y aprender cómo congelar sin necesidad de utilizar la energía eléctrica”.
Fue la primera cancha propia del club. Construida sin techo, en 1966 se le tuvo que dotar de uno por las obligaciones del campeonato, lo que permitió que se televisará en directo el último partido de la temporada, aquel Estudiantes-Real Madrid con Emilio Seguro de héroe legendario: una canasta suya dio la victoria a los colegiales (77-75) y le entregó la Liga al Joventut en detrimento del eterno rival. “Esa canasta es uno de mis mejores recuerdos en la Nevera”, rememoró Bufalá para AS en 2021. “También el día que empecé con 11 años con la selección de segundo, las veces que hemos ganados al Madrid... Son sentimientos imborrables”.
El campo, dentro de las entrañas del Ramiro de Maeztu, el colegio sobre el que surgió el Estudiantes en 1948, ha sufrido múltiples remodelaciones durante su vida. El campo de tierra que rodeaba la grada pasó a tener superficie de cemento, luego el tejado, las paredes, el parqué… Incluso tableros de ajedrez pintados en el graderío.
Pura historia del baloncesto español que sufrió el peor de los destinos en la madrugada del 10 al 11 de enero de 2021 cuando el techo no pudo aguantar el peso de los 60 centímetros de nieve que acumuló por culpa del temporal Filomena. El caída de la parte superior afectó de manera directa a la estructura del pabellón, que tuvo que tirarse abajo completamente por un coste de 300.000 euros.
La caída de este emblema colegial trajo consigo múltiples mensajes de apoyo al club y de tristeza, y un gran problema: servía para las clases de educación física de los alumnos ramireños y para los entrenamientos de las diferentes categorías inferiores del Estudiantes (el centro deportivo es propiedad del instituto, por lo tanto dependiente de la CAM, y lo comparte con el club). Sin la Nevera, los canteranos colegiales han vivido una auténtica diáspora que parece tener sus días contados… aunque sea más de dos años después de todas las promesas políticas para poner en pie una de las grandes joyas estudiantiles.