Pierriá Henry se marcha de Vitoria

Después del partido de Euroliga contra el Maccabi en Vitoria, llegaron los responsables de los controles antidopaje y, en una habitación preparada para ello, le hicieron la prueba al estadounidense Pierriá Henry. Era el 3 de noviembre y, varias semanas después, trascendió que el resultado de la misma no era ni positivo ni negativo, sino nulo. Se especula con la posibilidad de la existencia de orina sintética en la operación. El 13 de enero ya no jugó contra el Partizán en Belgrado. Se adujo una lesión de sóleo. Cuatro partidos después saltó la alarma.

Pero desde el club se piensa que pudo haber deterioro de la muestra en la conservación posterior al test. Eso mismo dice el jugador, que se ha refugiado en su familia y entorno. Voló a Barcelona y luego regresó a la capital alavesa para presenciar el Baskonia-EFES. “El club tiene un problema, el equipo tiene un problema y el jugador tiene un problemón”, dijo en la previa su entrenador Joan Peñarroya.

“El jugador está seguro de que ha obrado de manera correcta, es una situación muy compleja. Pero yo estoy bien, el equipo está bien, estamos sanos y no se ha muerto nadie. Sé que el tema ha generado muchas dudas y debates en las redes sociales. No hay precedentes en baloncesto de la situación que nos afecta ahora y aunque muchos piensen que no, el comunicado del club es muy claro”, añadió el de Tarrasa.

Según Peñarroya, “el equipo es consciente de la situación desde hace varios días y no ha sido cómodo vivir esa tesitura. Pero era lo que tocaba. Tiene pinta de que el proceso no va a ser cosa de unas pocas semanas y esto se puede alargar. A día de hoy no hay un jugador que pueda sustituir a Henry pero buscamos a uno que se pueda acoplar y que nos ayude a poder mejorar. Alguien llegará”, sentenció.

Ahora hay que analizar la segunda muestra de orina y ver el resultado final para conseguir un dictamen concluyente. La sanción, en caso de positivo, puede ir de los tres meses a la suspensión de por vida si tienes antecedentes, cosa que no ocurre con Henry. Pero lo que sí es obvio es que el club le ha incoado un expediente (no tenía otra elección), que le apoya públicamente pero que, en definitiva, que tiene que olvidarse de él.