LOS ANGELES LAKERS

Medvedenko: de campeón de la NBA a combatir por Ucrania

Stanislav Medvedenko es uno de los combatientes en Ucrania con pasado en la élite del deporte. En su caso, en el baloncesto. A sus 43 años defiende Kiev.

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Stanislav Medvedenko
Jeff Gross GETTY IMAGES

La invasión de Ucrania tiene protagonistas deportivos que, en ayuda a su país, están defendiendo las ciudades de la ofensiva de Rusia. Relacionados con el baloncesto se había publicado, por ejemplo, el de Sasha Vólkov. Además en España se tuvo el testimonio de primera mano del equipo nacional masculino cuando, en plena explosión del caso, tuvieron que jugar unas ventanas de clasificación por orden de la FIBA. También se conoce a otro famoso jugador que estaba de reservista y del que no se sabía testimonio hasta que Bill Oram (The Athletic) ha accedido a él después de que lo peor haya pasado en Kiev: Stanislav Medvedenko. El doble campeón con los Lakers en el inicio del siglo XXI ha pasado de esa vida de éxito a ver amenazada su nueva realidad.

Medvedenko, a sus 43 años de edad, fue uno de los 30 voluntarios con los que se activó un plan de emergencia en Kiev, la capital ucraniana. Estuvo ahí desde el primer momento, concretamente desde el día siguiente al de la primera ofensiva rusa, para conformar la 29ª Formación del Batallón 128 para la Defensa Territorial de Kiev. "En los siguientes tres días llegamos a ser cien. Una semana después se dobló el número. Ya éramos como una organización policial", cuenta. Miembros del ejército nacional repartían armas a los hombres adultos que, por orden gubernamental, tenían la obligación de aparecer en combate. El ex-jugador de la NBA tiene un rifle de forma particular, ya que no es suficiente para ir a la guerra, y se le otorgó un AK-47 de la época soviética. "Ésa ha sido la mejor decisión de nuestro presidente, la de dejar que todo el mundo lleve arma", opina. Él, sin embargo, era uno de los que podía abandonar el país pese a estar en la franja de los 18 a 60 años y ser hombre, ya que una de las excepciones es tener tres o más hijos y es su caso (aunque una de ellas, Alona, esté en Estados Unidos). "Sentí que tenía que quedarme y ayudar a nuestra nación a entenderse a sí misma. Es la oportunidad de ser fuerte. La gente de Ucrania me ha sorprendido por lo unida que se ha mostrado", añade. Slava, como se acorta habitualmente su nombre completo, no tenía formación militar previa a este suceso aunque su labor de compromiso con el país había quedado patente al pasarse a la política presentándose en una lista para el Ayuntamiento de Kiev en 2020 (sin poder entrar al no tener los votos necesarios, yendo el 11º en una en la que sólo se validaron los nueve primeros). Además de ir por su barrio en busca de saqueadores o infiltrados del bando contrario, su trabajo ha sido el de vigilar desde un puesto de control improvisado en uno de los edificios más altos de Kiev, lo cual no deja de ser curioso midiendo él 2,07 metros. "¿Lo podéis imaginar? ¿Te sientas en el 'check-point' y ves un puto cohete enorme sobre ti? La guerra es algo que te abre algo nuevo dentro de ti. Yo estaba como en la primera fila de un cine", relata. Con su arma al lado y unos prismáticos de alto alcance ha pasado muchas horas desde aquel 25 de febrero. "Cuando estás en este proceso no hay tiempo de aterrarte", cierra.

Desde que dejó Ucrania tras jugar allí tres años su carrera deportiva estuvo ligada a la NBA. No fue elegido en el Draft de 1998, el suyo, pero aterrizó en 2000. Llegaba a una plantilla campeona, la de los Lakers de Kobe, Shaq y Phil Jackson, y en ella dejó patente su indudable calidad en los minutos que se ganaba como suplente aunque fuera altamente criticado por no dar su máximo. Se quedó en un número redondo, 300 partidos, entre regular season y playoffs en los seis años que pasó en el baloncesto estadounidense. Fue campeón en dos ocasiones con los angelinos hasta que la química se rompió dentro del equipo, los Spurs y los Pistons les arrebataron los siguientes títulos y él fue en un claro declive por culpa de las lesiones hasta que terminó su periplo en 2007. En el último curso fue liberado de su contrato en los Lakers y lo finalizó en los Hawks.

Hace unas semanas ha creado una fundación junto a otro voluntario de la guerra, Mikola Vásilkov. En ella piensan en un futuro cercano mientras navegan el presente más crudo. "El plan se ha vuelto lo más básico posible. Queremos ayudar a las escuelas a tener ropa deportiva para cuando las clases se reinicien en septiembre", indica. El ex-jugador ya tiene en mente un campus en junio, con los Cárpatos como lugar de encuentro, para niños con traumas derivados del conflicto armado. Slava aprovecha este testimonio para extender una invitación al que fuera su compañero Shaquille O'Neal  aprovechando que otros famosos, como el grupo musical U2, ha pisado suelo ucraniano hace poco para amplificar el foco sobre este enorme problema territorial en Europa. Como parte de la FlyHigh Foundation se organizó el 15 de mayo un torneo solidario de baloncesto en Leópolis, otra ciudad castigada por Rusia, haciendo un alto en el camino entre tanto combate y penuria para ver a viejos amigos y conocidos. "Me sentí como si no hubiera una guerra, me sentí alguien normal", replica. Pero esto no para ni un segundo: en la mañana siguiente diez misiles rusos arrasaron una parte de Leópolis, sabiendo Stanislav Medvedenko que la invasión de este país está en estos momentos lejos de darse por finalizada.