EUROLIGA | MADRID 57 - EFES 58

Los pecados del Real Madrid

El equipo blanco tuvo la Undécima Copa de Europa muy cerca, pero no pudo cerrar la final contra el duro Efes. Cometió errores graves y aparecieron fantasmas de toda la temporada.

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El Real Madrid perdió una oportunidad de oro contra el Efes en la final de la Euroliga 2021-22. El equipo cayó en la final con menos puntos de la historia: 115 entre los dos equipos (57-58) cuando el mínimo hasta ahoraeran los 123 que en 2012 combinaron Olympiacos y CSKA (62-61). También era la primera que en un equipo anotaban solo cinco jugadores. El Efes fue campeón con puntos solo de Micic (23), Pleiss (19), Larkin (10), Singleton (4) y Dunston (2).

Al equipo blanco le tocó estar en el reverso de la misma moneda que le había aupado a la final en el partido contra el Barça: esta vez fue él el que tuvo ventajas serias en el tercer cuarto (40-31 superado el ecuador, +9 en un duelo de ritmo anotador ínfimo) pero no las supo mantener. Y esta vez fue él el que tuvo menos finura, o espíritu de supervivencia, en los minutos finales.

Bien es cierto que los últimos segundos fueron una moneda al aire y que el Real Madrid se quedó a un punto en la final cuando hace semanas hasta su presencia en la Final Four era cuestionada por muchos. Lo tuvo en la mano y los análisis serían muy distintos. Pero, por esa regla de tres, también pudo caer en una semifinal que, del mismo modo, se resolvió en los últimos ataques y pudo ir para cualquier lado.

En el día clave, en Belgrado, aparecieron algunos de los problemas que ha arrastrado el equipo y se sumaron otros puntuales para completar un partido frustrante y nada vistoso en el que el Real Madrid fue durante muchos minutos el menos malo, pero que no supo cerrar para alzarse con la Úndecima:

-UN ERROR DE CÁLCULO DE PABLO LASO: Los últimos segundo pesarán como una losa para el Real Madrid y sus aficionados. Llull anotó (57-58) a falta de 45 segundos y el Real Madrid no recuperó la posesión. Como no estaba en bonus, una teórica ventaja que no supo gestionar hasta el punto de que se volvió en su contra, permitió demasiados segundos entre cada falta que volvía a dar 14 segundos de posesión al Efes, que jugó con la calculadora y acabó con un triple fallado por Larkin a cuatro segundos del final. El rebote no fue limpio y el tiempo se consumió. El Madrid ni siquiera tuvo un intento, y Pablo Laso reconoció después que no fue la gestión ideal de esos instantes decisivos. “Pensé que, con el tiempo restante, más de tres segundos, podíamos defender y tener la última posesión, incluso coger el rebote con claridad, pero no pudimos ni siquiera atacar. Si me preguntáis ahora si hubiera hecho falta, hubiera hecho falta, pero tampoco sé lo que hubiera pasado”.

Laso optó por una táctica arriesgada y le salió mal. Y también recibió críticas tras el partido por la gestión de la rotación interior y los minutos que pasó en el banquillo Tavares después de ser determinante en el primer tiempo. Gran parte del trance decisivo lo jugó Poirier, una decisión cuestionable pero que, sin embargo, había funcionado de maravilla dos días antes contra el Barcelona.

-EL AGUJERO EN EL PUESTO DE BASE: Antes del inicio de la temporada, el Real Madrid partía con una rotación de bases muy renovada. Un asunto que ha sido delicado en los últimos tiempo porque no se termina de dar con la tecla, más si se recuerda los directores de orquesta que tenía el equipo blanco cuando ganó la Euroliga de 2018: Luka Doncic, Facu Campazzo y los minutos en el uno de un Sergio Llull con cuatro años menos (30 entonces).

Para el presente curso, se contaba con el crecimiento de Carlos Alocén (21 años) y se fichó a Thomas Heurtel, tras su fea salida del Barça, y a Nigel-Williams Goss. Pero en la final de Belgrado, ninguno de los tres estuvo en pista. Alocén sufrió una grave lesión de rodilla en febrero: rotura completa del ligamento cruzado. En abril, Heurtel (que ya dejó el Barça por cuestiones de indisciplina) fue apartado por Laso junto a Trey Thompkins. El francés no ha vuelto a jugar, y aunque el técnico especuló con su disponibilidad para la final, no hubo sorpresas ni tenía mucho sentido esperarlas después de todo lo sucedido en las últimas semanas. Para colmo, Williams-Goss solo jugó 52 segundos en la semifinal. Nada más empezar, sufrió una lesión de tobillo que está pendiente de pruebas para conocer su disponibilidad en los playoffs de la ACB que, para el Real Madrid, comienzan el miércoles contra el Baxi Manresa, su rival en cuartos.

De esta forma, ninguno de los bases más puros estuvo en la final y esta vez fallaron los parches que funcionaron en la segunda parte con el Barça. Llull estaba cansado, con menos chispa, Abalde trabajó en defensa pero estuvo negado en ataque. Junto a ellos, hicieron puntualmente de conductores en ataques jugadores como Causeur, Hanga… pero obviamente, el Real Madrid echó en falta un playmaker de elite. El de base es uno de los puestos que tendrá que revisar después de la temporada. Fichará seguramente uno, y posiblemente dos en función de las salidas.

-SIN TIRO EXTERIOR. El Real Madrid anotó 52 puntos en la segunda parte contra el Barça… y 57 en toda la final. Laso habló de “unos cuantos tiros que si hubieran entrado…”. Desde luego, cuando a base de trabajo defensivo y rebote el equipo sumó ese +9 del tercer cuarto y el Efes parecía a punto de irse a la lona, sin ideas, se fallaron algunos ataques que podían haber abierto la brecha, no sabemos si definitivamente. En el tiro de tres, el balance final fue 6/33, un terrible 18%. Ha pasado más veces durante la temporada. Sin especialistas (la extraña salida de Jaycee Carroll dejó un rol obvio sin cubrir en la rotación), el Real Madrid es un equipo irregular desde la larga distancia, capaz de tener trances letales pero también de ahogarse por falta de puntería. Esa ausencia de tiradores se notó de forma dramática cuando se podía poner contra las cuerdas al Efes. Dos de los seis triples los firmó, además, un Anthony Randolph que solo jugó siete minutos y cuyo es residual desde que regresó tras su grave lesión en el tendón de Aquiles. Si se quita el 2/3 del ala-pívot, queda un 4/30 para el resto. Con un 0/19 entre Causeur, Yabusele, Rudy Fernández y Abalde. Por ahí se fueron muchas de las opciones del Real Madrid.

-FICHAJES SIN PESO DIFERENCIAL. El Real Madrid hizo cuatro fichajes en verano. A ellos hay que sumar, si se quiere, a un Poirier que llegó en el último tramo de la pasada temporada y ya jugó los playoffs 2021 de la Liga Endesa. Y a Gabriel Deck, repescado en enero tras su rápido y frustrante paso por la NBA. De esos cuatro, dos ni jugaron (los citados Williams-Goss y Heurtel) y no han sido soluciones en ningún momento de la temporada, el francés lejísimos de sus buenos tiempos y finalmente apartado, el estadounidense con un nivel muy pobre y, para colmo, su lesión en esta Final Four. Quedan Adam Hanga y Guerschon Yabusele. El primero ha cumplido como jugador de trabajo y rotación, pero con 33 años también está lejos del nivel que le convirtió en un alero diferencial. Yabusele (26) sí ha sido una buena contratación pero es un jugador irregular, y por ello más apropiado para ser importante en la rotación interior pero uno de los pilares del equipo. Después de su excelente semifinal (18 puntos, 8 rebotes, 4/6 en triples, 24 de valoración), enseñó su peor cara contra el Efes: 3+3. 0/6 y -3. Además, Deck, cuyo trabajo siempre es importante, pasó muy desapercibido en ataque. En total, solo jugaron tres de las cinco caras nuevas y sumaron un 5 de valoración con 13 puntos y un 2/12 en triples. Entre los tres.