NBA | WARRIORS 112 - MAVERICKS 87 (1-0)

Aviso de los Warriors: paliza a los Mavs y destrozo a Doncic

Los Warriors destrozan a los Mavs y ponen el 1-0 en las finales del Oeste. Doncic no carbura ante la defensa de Wiggins. Los suplentes salieron con 5 minutos para el final.

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Ni los Warriors son los Suns ni los Mavericks son los que hemos visto en semifinales. De momento, esa es la conclusión inicial que deja el primer partido de las finales de la Conferencia Oeste, que nada tuvo que ver ni de épico ni de titánico. Rapapolvo total del equipo de San Francisco, que ni siquiera tuvo que ser brillante para imponerse a unos texanos que ni llegaron ni se les esperó en el Chase Center. El resultado final llegó a un 112-87 para los locales y al partido le sobraron 5 minutos en el que jugaron los suplentes. Steve Kerr volvía al banquillo tras su baja por coronavirus, Jason Kidd seguía en el suyo y tiene que pensar un rato bien largo y la única variable que se espera en la serie es la de Andre Iguodala, todavía vestido de calle pero que puede regresar para el segundo asalto. Otro hombre más para defender a Luka Doncic más allá de un fantástico Andrew Wiggins. Otro soldado para los Warriors.

Steve Kerr nunca ha perdido una eliminatoria de playoffs en el Oeste como entrenador de los Warriors. De hecho, ha ganado el primer partido de cada serie que ha disputado en todas las series menos en una: 17-1 en total, cayendo solo en el duelo inaugural de las finales del Oeste de 2016, cuando el último reducto de los Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook les llevó aun 3-1 que 10 triples de Klay Thompson en el sexto encuentro y un esfuerzo espectacular remontaron, antes de sufrir de su propia medicina ante los Cavs de LeBron en la temporada del 73-9. Durant, que luego se fue a los Warriors, hoy está en los Nets. Westbrook, denostado. Los Thunder, en una reconstrucción eterna. Pero el equipo de Golden State, para variar, sigue optando al anillo tras dos años sin jugar nada en playoffs pero pensando mucho, recuperando lesionados y regresando a lo grande. Buscando lo máximo. Como en esos viejos tiempos que no son tan lejanos, pero que sí lo parecen.

En el primer cuarto, los Maveris llevaban ya un ignominioso 3 de 19 en triples, y al descanso sumaban un 7 de 29 y perdían de 9 puntos... con 4 de 14 en tiros de campo entre Stephen Curry y Klay Thompson, un 0 en anotación para éste último. Fue un espejismo: en cuanto ambas estrellas se pusieron a descerrajar desde fuera y a penetrar con acierto, la brecha se abrió. Curry acabó con 21 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias un partido en el que no estuvo brillante, pero sí seguro; Klay con 15+5+4, todos los tantos convertidos en la segunda mitad y una capacidad para mejorar en acierto e intensidad que solo tienen los más grandes. La mejora de ambos provocó que en el tercer cuarto (34-24 de parcial) se fueran hasta un 88-69 prácticamente insalvable. A algo más de 6 minutos para el final, mejoró hasta el 100-74. Y todo con un Andrew Wiggins espectacular, que sostuvo a su equipo hasta el descanso (15 puntos) y acabó con 19+5+3 y una defensa increíble sobre un Doncic que no consiguió arrancar en ningún momento.

Los Mavs han demostrado muchas cosas en estos playoffs, todas ellas importantes, y pase lo que pase en esta serie su temporada es de matrícula de honor y su proyecto va hacia delante. Pero, hasta ahora, han sido un equipo de tendencias claras capaz de cambiar entre partidos, pero con mucha dificultad para mejorar dentro de un único encuentro. Las derrotas contra los Suns fueron en partidos que empezaron perdiendo y no pudieron dar la vuelta, como esta de los Warriors. Las victorias, en enfrentamientos que controlaron desde el principio y en los que fueron abriendo cada vez más distancia. Esa será una de las claves del equipo de Jason Kidd, que deberá también buscar soluciones cuando no entran los primeros tiros y cuando los lanzadores colapsan: hoy, 3 de 10 en triples para Reggie Bullock, 0 de 5 para Jalen Brunson o 0 de 4 para Davis Berrtans. Doncic, negado y con un arañazo en la cara desde el primer cuarto por obra y gracia de Wiggins, acabó con 3 de 10 desde ahí y se fue a 20 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, pero un 6 de 18 en tiros, 7 pérdidas y un -30 con él en pista. Objetivamente, un partido nefasto.

Los Mavericks ya se han visto en una situación similar en la serie ante los Suns, pero dejar tus esperanzas a remontar un 2-0 no siempre es la mejor opción. El anárquico Jordan Poole (19 tantos, con 8 de 12 en tiros) fue una variable que no pudieron controlar, como tampoco los buenos minutos de Otto Porter o el arbitraje casero, permisivo con los contactos en las penetraciones (una fuente de ingresos muy grande para los Mavs) y con las protestas constantes y eternas de un Draymond Green (10+9+3+2+1) que ya hace mucho tiempo que no nos deja distinguir a la persona del personaje. La energía inicial de Kevon Looney (15+5+4) y la lucha por el rebote (51-36 para los Warriors) supusieron derrotas amargas, igual que la ausencia de movimiento de balón (solo 14 asistencias, por 24 de los Warriors). Mucho que mejorar de un partido a otro en una serie que, de todas formas, pasará por el nivel que muestren los Warriors en Dallas. Eso sí, ahí los Mavs no pueden esperar al mismo equipo que encontraron en los Suns. Necesitan respuestas urgentes para tener opciones. Y necesitan a Luka Doncic. Sin él, imposible.