ACB | BURGOS 66 - FUENLABRADA 83
El presidente del Burgos obliga al equipo a arrodillarse y pedir perdón
"No se debe pedir perdón cuando se pierde y has sido un buen profesional", asegura Pedro Martínez, uno de los más críticos con la actitud de Félix Sancho, presidente del Burgos.
El Hereda San Pablo Burgos descendió a la Liga LEB Oro, junto al MoraBanc Andorra en la última jornada de la temporada 2021-22 de la Liga Endesa. Un golpe muy duro para el equipo castellano, que llegaba vivo aunque con menos opciones (apenas un 37,5%) de salvarse que el resto de implicados en una lucha que se resolvió por completo en la última fecha del calendario.
No solo es: el Burgos dio una muy mala imagen en el día en el que se la jugaba y cayó con estrépito en su pista (66-83) y contra otro de los implicados en la misma lucha, el Urbas Fuenlabrada, que selló la permanencia.
Desde luego, es un varapalo muy fuerte para el Burgos, que en solo cinco años en esta etapa en la elite del baloncesto español había logrado dos Champions FIBA (2020 y 2021) y una Intercontinental (2021), además de un billete para la Copa del Rey y dos para los playoffs de la ACB. Hace solo dos años, en 2020, fue la sensación del reinicio de la Liga ACB en la burbuja de Valencia. En esa fase final dejó fuera de semifinales al mismísimo Real Madrid y se metió entre los cuatro mejores equipos, aunque perdió en semifinales contra el Barça.
Después del partido, los jugadores estaban abatidos y el ambiente era también de tristeza y resignación en la grada. Entonces, el presidente del club, Félix Sancho, bajó a la pista y obligó, con gestos de mucha tensión y gritos, a la plantilla a arrodillarse sobre el parqué para pedir perdón a sus aficionados. Una actitud que ha sido muy criticada en las redes sociales, entre otros por Pedro Martínez, entrenador del Manresa: “No se debe pedir perdón cuándo se pierde si has sido un buen profesional. Menos aun, obligar a hacerlo por parte del que toma decisiones. Bien es verdad que tampoco se deben tomar decisiones si no se tiene ni idea".
La actitud agresiva y nerviosa del presidente y dueño de casi la totalidad de las acciones del club ha llamado mucho la atención y ha aireado el debate sobre si era lo más apropiado en un momento de total abatimiento para unos jugadores que, hasta donde se sabe, sencillamente no habían cumplido con su objetivo deportivo.