El Chase Center de la Bahía de San Francisco vivió un cuarto de locura en la victoria de Golden State Warriors ante los deshilachados Utah Jazz (111-107), que llegaron a ganar por 21 puntos en el segundo periodo (28-49) y estaban 16 arriba (83-99) al alba del último cuarto. Desde ese momento, los de Salt Lake City se quedaron completamente secos, solo anotaron 8 tantos más con un parón de 6:32 hasta conseguir de nuevo una canasta en juego.

En poco más de 9 minutos, los Warriors sacudieron de lo lindo. Sin ese temor que surge cuando ya no tienes nada que perder. Fue un parcial de 25-4 para pasar del 83-99 al 105-103 con Klay Thompson como verdugo. El escolta hizo 11 de sus 36 puntos en ese lapso con 3 triples (finalizó con 8 de 17). También aportó Jordan Poole (31), que sin Stephen Curry ha adquirido un importancia fundamental en Golden State. Y hubo un víctima: Rudy Gobert. El pívot francés fue el eslabón débil que emplearon los locales para asegurar su presencia en los próximos playoff.

Mala idea

Una y otra vez, el ataque de los Warriors trataba de quedarse emparejado con él. ¿Por qué? Porque el galo se hundía cada vez que el exterior cogía el balón en el cambio, lo que dejaba al tirador tanto espacio como tiempo para cargar, disparar y acertar. Mala apuesta cuando tienes enfrente a jugadores tan excelsos desde el perímetro como Klay Thompson. La entrada de Bogdanovic por Juancho Hernangómez también descabalgó a Utah. El español, 5 puntos y 3 rebotes en 17 minutos desde el banquillo, daba mayor estabilidad defensiva que el croata.

Esta es la 6ª derrota de Utah en los últimos siete partidos. Su única víctima, los Lakers. Una racha que les ha hecho hundirse en la parte alta de la Conferencia Oeste: Denver empata con ellos y está a un resbalón de los Jazz de robar la 5ª posición. Los Warriors, por su parte, cogen aire en la 3ª, con Dallas Mavericks al acecho, solo un partido por detrás.