La NBA tiene un cosa maravillosa, la capacidad casi ilimitada de crear relatos. Historias que enganchan, narrativas que dan trascendencia a partidos insulsos si no eres aficionado de los equipos que se enfrentan. Y uno de esos relatos se vivió esta madrugada en Nueva York, en la victoria de Atlanta Hawks (111-117) frente a los Knicks. ¿El protagonista de la obra? Trae Young. ¿El escenario? Un Madison que ha encontrado un nuevo villano a la altura de Reggie Miller (aunque con diferencias, claro).

Y a Young le encanta el papel de malo. Lo interpretó de cine en la primera ronda de los playoffs 2021 cuando eliminó a los neoyorquinos en cinco partidos y con actuaciones soberbias que no bajaron de los 30 puntos en el Madison. Esta madrugada, continuó el recital donde lo había dejado. Incluso se superó: se disparó a los 45 puntos, su récord en La Meca del baloncesto, con un 7/15 desde el triple. Uno de ellos, clave para empatar a 105 a falta de tres minutos.

La actuación de Trae Young

180 segundos finales que rompieron el duelo. Todo desde el perímetro: el mencionado de Young y luego uno de Bogdanovic y otro de Hunter para un 105-111 insalvable. Bogdanovic cerró su mejor actuación de la temporada con 32 tantos. Para rematar, Young dejó sentado a TJ Gibson con un crossover espectacular que acabó en canasta (105-113). “Necesitábamos ganar este partido. Es una victoria muy necesaria para nosotros”, aseguró Nate McMillan, entrenador de Atlanta, que palpa el play-in: son 5,5 partidos por encima de Washington Wizards, su perseguidor. Los Knicks, por su parte, ya están desahuciados. Otra temporada más para olvidar.