Parte de lo que los Mavericks pretendían con el traspaso de Kristaps Porzingis en términos de afectar positivamente al equipo de cara a lo que queda de temporada, sin ahondar en la parte financiera (que es la que pusieron por delante), queda reflejado en partidos como el de Miami. Sin ver todavía al Dinwiddie de otros tiempos, el que enamoró en los Nets y tiene que adaptarse a unos bases que no le dejarán mover mucho el balón, sí hemos podido comprobar lo que quieren que sea Bertans. Y, por consiguiente, cómo ven el encaje de estos dos para ganar en compromisos de altura como era el de este martes por la noche. Las defensas cercan a Luka Doncic para que tenga que soltar el balón, yendo al dos contra uno repetidas veces, y contra tres y en superioridad son los demás los que deben decidir. Hasta ahora no ha surtido el efecto esperado, ya que con el esloveno no han superado ninguna ronda de playoffs. El plan tiene ahora, con estos dos jugadores añadidos al plantel, una actualización. Este 2.0 paró en el FTX Arena y se llevó el encuentro por 99-107. Los Heat son uno de los conjuntos potentes de la Conferencia Este, tenían a Tucker, Adebayo, Butler, Robinson y Lowry como quinteto titular, y ganar en su casa con todos ellos disponibles es un lujo.

Los texanos salieron bien parados de una primera parte en la que vieron delante al contrario. Los de Florida se centraban en proteger por dentro y atacar desde corta distancia, en un lado y en el otro, y les resultó positivo, junto al marcaje al que estaban sometiendo a Doncic, hasta que los de Dallas despertaron. Miembros del equipo explicaron bien al terminar el partido cómo habían desestructurado las ideas defensivas. "Si van a doblar sobre mí, alguien se va a quedar abierto. Lo pasamos mal en la primera parte y luego le cogimos el tranquillo. Se abrieron buenos espacios y por ello es por lo que hemos ganado este partido", relató Doncic. "Él ha hecho un gran trabajo absorbiendo el dos contra uno y marcando las jugadas precisas. Daba pases de hockey y los chicos han metido los tiros", replicó Kidd. Efectivamente. El 18/41 en triples, levantado en la segunda mitad de la cita, hizo insostenible esa defensa de los Heat, que anotaron sólo siete tiros más allá del arco. Ni siquiera hizo falta un partidazo de Luka como los que ha protagonizado en las últimas jornadas, metió 21 puntos pero falló 14 de los 19 lanzamientos que intentó. Jalen Brunson y Maxi Kleber, cada uno con 19 tantos, destacaron. El alero Jimmy Butler (29 puntos) fue el máximo anotador de este enfrentamiento.

Dallas vivió mucho mejor a partir del descanso. Les habían hecho mucho daño por dentro y no necesariamente Adebayo o Yurtseven, también esos comodines que son Butler y Tucker. El control no era total por parte de los locales, pero tendían a ello. Las ventajas superaron los diez en los momentos finales del segundo cuarto y tocaba resolver los varios problemas a los que los Mavericks se enfrentaban. Meter los tiros era importante. La primera pincelada del tercer cuarto fue un pase por la espalda de Doncic a Kleber para evitar el doble marcaje; la segunda, un triple de Luka. En ese periodo rebajaron poco a poco la distancia hasta empatar a 76 y, con un 2+1 de Bertans, colocarse por delante. Doncic se mostró vivaz, con cariño por el manejo de balón tanto si era para dársela a un compañero como al romper a los defensores para anotar él. Clave fue la conexión con los dos pívots móviles que tiene como compañeros, Powell y Kleber, para que distribuyeran el caudal de pases. Por eso el esloveno acabó sólo con seis asistencias, esas jugadas tenían que pasar un segundo filtro para llegar de nuevo al perímetro y asestar un golpe más potente a los Heat. También sin Luka sacó ventaja el conjunto dirigido por Jason Kidd y fueron ellos los que se pusieron diez arriba en la apertura del cuarto definitivo, pero ahí sin dejarle posibilidad de réplica al equipo de casa. Kleber sentenció en el último minuto con, cómo no, un tiro de tres puntos.