Doncic y el traspaso de Porzingis: "Me estaba echando la siesta"
En la intrahistoria del traspaso de Porzingis, Doncic asegura que los Mavs le llamaron para comunicarle el movimiento... pero que estaba dormido. "Le deseamos lo mejor", asegura.
El mercado ha tenido de casi todo, y una parte se ha movido en los Mavericks. El equipo de Luka Doncic ha sido uno de los protagonistas al haber realizado uno de los traspasos del cierre: Kristaps Porzingis ponía rumbo a los Wizards a cambio de Spencer Dinwiddie y Davis Bertans. Una sorpresa, ya que el pívot no era de los favoritos para ser traspasado, pero también un movimiento del que ya se había hablado en el pasado. Porzingis no ha terminado de explotar, su asociación con Doncic generaba dudas y tiene un contrato tóxico que es parte de un jugador sobrepagado, que se embolsará 31 y 33 millones los dos próximos años, además de poseer una player option de 36 millones que a buen seguro y si tenemos en cuenta su valor actual en el mercado, ejercerá cuando llegue el momento.
Se ha hablado mucho de este movimiento. Llegan Dinwiddie (17,18 y 18,9 millones, de los cuáles 10 son garantizados ) y Bertans (16, 16, 17 y 16, de los cuáles 5 son garantizados), dos jugadores con buenos salarios que paliarán la posibilidad de que se complique la renovación de Jalen Brunson, que saldrá a la agencia libre cuando acabe la temporada y busca un contrato (ya lo ha filtrado) de 4 años por 80 millones de dólares, exigencias que los Mavericks, en teoría, van a intertar cumplir. Es decir, Cuban y el General Manager Nico Harrison hacen dos cosas en el mismo movimiento, que permite al equipo texano cubrirse las espaldas de cara al futuro más inmediato. Teniendo en cuenta que, recordemos, es más fácil mover dos contratos de 16 millones que uno que supera los 30 y liberar ese espacio salarial para renovar a Brunson si así lo consideran.
De todas formas, el movimiento también genera algunas dudas: se pierde poder interior, se ganan dos jugadores que están objetivamente lejos de su mejor momento y se monopoliza todo definitivamente en torno a Doncic. Ya lo estaba, pero ahora más todavía: si todo funciona, Dinwiddie le puede ayudar a subir el balón y que el esloveno no se fatigue tanto y Bertans meterá los triples. En caso contrario, pueden ser dos hombres que salgan del equipo en verano y busquen por eso nuevas alternativas, ya sin arrastrar a un Porzingis cuyo valor actual en el mercado, desgraciadamente para él, se ha demostrado en este traspaso. Eso es lo que vale ahora el letón, dos jugadores venidos a menos con indudable talento, pero también dificultades para cuadrar en los Mavericks. Y la asunción de errores por parte de los Mavs, que con el traspaso potenciado por Nico Harrison asumen la equivocación que tuvieron al dar semejante cantidad dinero a Porzingis en su día.
En Dallas son optimistas
A pesar de todo, no hay pesimismo en los Mavericks, que buen con esperanza la situación. Al final y al cabo, están en un gran momento: el equipo texano suma cuatro victorias consecutivas y 17 en los últimos 22 partidos, cifras absolutamente magistrales que contrastan con un inicio de curso dubitativo y que dejan al equipo que dirige Jason Kidd (de momento, con acierto) con un récord de 33-23, a 1,5 partidos del cuarto puesto que les daría ventaja de campo en primera ronda y, sobre todo, muy lejos de ese play-in que nadie quiere jugar pero que ha llegado para quedarse. Y la exhibición de Doncic unas horas después del traspaso de Porzingis (51 puntos, 28 con 7 triples en el primer cuarto) ha dejado claro que el esloveno va a liderar la entidad, con o sin su hasta ahora compañero.
Además, los mensajes son optimismas. Jason Kidd ha recordado que los Mavericks ganaron en 2011 el anillo con una sola estrella, Dirk Nowitzki. Una frase que supone estirar al máximo la verdad: al alemán le acompañaba un equipo con veteranos talentosos y jóvenes explosivos y revolucionarios. Shawn Marion, DeShawn Stevenson, el propio Kidd, Tyson Chandler, JJ Barea y un largo etcétera de grandes jugadores que conquistaron el anillo ante los Heat del big three. Una buena referencia por parte del hoy entrenador de los Mavs, que esconde otro hecho más que comprobable: Mark Cuban siempre ha cuidado de sus estrellas con extraordinaria delicadeza. Y si en 2004 de negó a traspasar a Nowitzki por Shaquille O'Neal y mandar al alemán rumbo a los Lakers, no dejará que nadie toque a su segunda gran perla europea, Luka Doncic.
Por otro lado, la parte más humorística la ha puesto el propio Doncic. El esloveno, claro, se ha encargado de desear lo mejor a Porzingis, que le ha estado a su lado durante los últimos años como no siempre fiel escudero, pero sí como compañero. Con él se lleva varias experiencias vividas y algún mal rollo que queda atrás con un traspaso eternamente postergado y finalmente llevado a cabo. Uno del que no se enteró Doncic. "Nico me llamó para comunicarme el traspaso, pero me estaba echando la siesta", aseguró el base jocosamente. En fin, una anécdota más dentro de una situación que ya veremos si perjudica o beneficia a los Mavericks. Y cosas que pasan, claro. También en la NBA.