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Ganadores y perdedores del mercado de la NBA: pívot para el campeón, desastre en Dallas...

¿Quiénes salen reforzados y quiénes se van tocados del cierre del mercado de traspasos de la NBA? Porzingis, Westbrook, Harden, Simmons, Ibaka...

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Ganadores y perdedores del mercado de la NBA: pívot para el campeón, desastre en Dallas...
Ron Jenkins AFP

Los traspasos se han cerrado en la temporada 2021/22 de la NBA. No habrá más. El límite estaba en este pasado 10 de febrero, en el que pocos canjes se han cerrado. Más allá quedan, en dos vertientes diferentes, la posibilidad de firmar contratos cortos y la pelea por los jugadores importantes que quedan descartados tras este cierre del mercado, pero eso será harina de otro costal. En las siguientes líneas se ofrece un análisis con algunos de los ganadores y perdedores de la NBA por lo hecho en las últimas fechas del mercado. Todo sea por desbancar a los Bucks del trono de la Liga. Espera una competición apasionante hasta junio y lo ocurrido (y, de igual forma, lo no ocurrido) en el mercado debe tener una importante repercusión en el devenir del curso. Así lo ha visto AS...

Ganadores del Mercado NBA

· Serge Ibaka. El pívot hispanocongoleño estaba encerrado en un cuerpo que no era el suyo. En los Clippers intentó un asalto al anillo de campeón por segunda vez con una plantilla en la que tenía su sitio asegurado, pero la lesión de espalda le mató y Tyronn Lue se ha sentido más cómodo con alineaciones de bajos con Morris o Batum jugando de falso pívot. A Serge le ha costado un mundo encontrar minutos desde que ha salido de la baja médica. La irregular temporada del equipo angelino, unido a que también han caído Paul George para unirse en la enfermería a Kawhi Leonard, hacían un caramelo que Ibaka se pudiera marchar, una oportunidad que él veía con buenos ojos. Ha aportado allá donde ha ido, sus habilidades han mejorado llegando a ser una amenaza por dentro en los tableros y por fuera con los triples, todavía tiene 32 años y puede aportar. Le ha caído un regalo del cielo: llegar al equipo que defiende el título. Y ojo, Milwaukee Bucks también sale ganando, no sólo el jugador. Los de Budenholzer buscaban esa pieza interior que no tenían desde que Brook Lopez tuvo que dejar de jugar a principios de temporada. Ibaka puede cumplir perfectamente en ese hueco. Es candidato firme a igualar a Pau Gasol como español con más títulos de la NBA, dos, y a hacer que los Bucks repitan en lo más alto.

· Goran Dragic. Esperaba una salida de los Raptors, donde no quería jugar. Tensó la cuerda con mucha mano izquierda, pidiendo un tiempo fuera del equipo y manteniéndose en forma mientras llegaba alguna oferta, y le han mandado a unos Spurs donde lo más lógico es que le concedan la libertad. Murray, Walker o Vassell se bastan para lo que Popovich quiere aunque hayan salido otros exteriores como Forbes o White. El esloveno tiene ya puesta la mira en la franquicia en la que quería terminar el pasado verano si no volvía a Miami, donde ha residido en esta alargada espera. Según los reportes de la prensa estadounidense, Dallas Mavericks será su destino si es cortado por San Antonio Spurs. Reunirse con Luka Doncic después de aquel memorable recuerdo del EuroBasket de hace cinco años con Eslovenia dispara la atención en un Dragic que, pese a pasar un tanto desapercibido, es uno de los mejores jugadores europeos de la última década en la liga estadounidense.

· Charlotte Hornets. Poco pero bueno. Querían quitarse a Ish Smith pese a su vínculo con la ciudad de Charlotte, ya que es de allí, pero con Ball y Rozier no hacía falta otro director de juego. Lo que anhelaban era un pívot. Les lleva pasando tres o cuatro años. Es su puesto más débil, con Clifford primero y con Borrego ahora. Para su mercado era complicado que llegara alguien bueno por mucho tiempo, por lo que se quedarán con Montrezl Harrell. Hombre de buenos números e hiperactividad, errores en defensa, gritos y potencia, sólo estará en lo que queda de campaña. No se van a aburrir aunque sean sólo unos meses, en caso de que no renueve cuando se reabra el mercado. Era la pieza que les faltaba y, en un equipo alegre que apuesta descaradamente por la ofensiva, Harrell les puede dar un punto más en la lucha por progresar en la clasificación.

· Phoenix Suns. También han hecho lo justo y con eso son claramente ganadores. Habiendo recuperado a Ayton, con McGee en buena forma, habiendo encontrado a un Biyombo a punto, no tenía sentido tener esperando a Jalen Smith por muy buenas maneras que se le intuyan. Johnson, Bridges y Crowder también le comían minutos cuando Monty Williams jugaba bajo. Sólo tiene 21 años, es de futuro, pero los Suns van con cuchillo entre los dientes a llevarse ese preciado anillo. No pueden esperar. En el traspaso de Smith se llevan a Torrey Craig, un jugador con el que pueden hacer mucha mella en defensa ante rivales de alto voltaje. Los campeones se forjan con soldados como éstos. Al otro chico que se llevan, en otro acuerdo, es a Aaron Holiday: artillería también para fuera del perímetro.

· Harden y Simmons. En realidad es una pregunta. ¿Harden y Simmons? Los dos. Sólo uno. O ninguno. Es impredecible. El punto de vista de los jugadores, al estar tan claro que es una victoria para los dos, es lo que decanta la balanza hacia lo positivo del megatraspaso de este año. Del futuro nadie sabe. Aquí hay dos bombas de relojería, de las malas. Simmons ha esquivado a su equipo para marcharse. Harden, por la puerta de atrás, ha pedido irse en la primera salida que ha visto en la carretera. Los problemas de cohesión del barbudo se van a Filadelfia, donde coincidirá con alguien que no anda con chiquitas: Joel Embiid. El australiano, que continúa con poca capacidad para demostrar en partidos importantes cuán bueno es, se las verá con Durant e Irving. La devaluación de valor de Ben ha ayudado a que Matisse Thybulle no tuviera que ser incluido en el paquete, un arma defensiva importante para lo que Rivers necesitará hacer con la plantilla. Perder a Andre Drummond no es un embolado; a Seth Curry duele más. Los dos se marchan con Simmons. Nash deberá gestionar ahora una batería de tiradores, con el también oceánico Mills y el aún lesionado Harris, para unirse a las dos superestrellas. Pero si hay algo que también, todavía en un espectro de teoría y no de práctica, aporta este traspaso a los dos conjuntos es esperanza. Se han reactivado. Los Nets no están dando la talla y los Sixers iban a tener un problema a la hora de luchar eliminatorias. Ahora los dos tienen la atención de todo el mundo, no sólo en una Conferencia Este que puede ser cruenta, y son dos candidatos a aglutinar también algún fichaje de calidad que se presente en las próximas semanas.

Perdedores del Mercado NBA

· Dallas Mavericks. Parecía que se centrarían en colocar el contrato de Tim Hardaway, lesionado, y ha sido Kristaps Porzingis el que tiene que coger la puerta de salida. Era lo que querían hacer en verano y ahora ha sido el momento. Le ha valido a los directivos, al nuevo Nico Harrison y al veterano Mark Cuban, ver que el equipo funcionaba en los partidos en los que el letón no jugaba para valorar la posibilidad de traspasarle. Pero claro, lo que han recibido es el ejemplo perfecto de lo devaluado que estaba el ex del Baloncesto Sevilla. Contrato largo y demasiado poco aguante físico. Lo que se han llevado por él es lo mismo pero multiplicado por dos, de ahí que se entienda poco. Davis Bertans está absolutamente anulado desde que firmó un megacontrato al que no se ha acercado con lo hecho en la pista, puede ser un francotirador alto pero mide menos que Porzingis y está parejo a los porcentajes de tres de Porzingis. No hay ilusión. Tampoco con un Spencer Dinwiddie al que la lesión grave que sufrió en 2020 ha puesto del revés y al que los Wizards querían sacar de la plantilla por, según se filtró, ir a su aire y no recordar al buen jugador que fue en los Nets. El espacio salarial que tendrán en verano ha hecho que se acuerde ya la renovación de Dorian Finney-Smith y que se pueda apretar para lograr la de Jalen Brunson pese al interés de Detroit, pero es que Brunson está haciendo un temporadón como para que Dinwiddie y, posiblemente, Dragic vayan a absorber sus posesiones, de por sí pocas por las que decide Luka Doncic. Un sinsentido.

· Boston Celtics. Han adelgazado el plantel de una forma, quizá, preocupante. Derrick White es una buena adición. El problema es la arquitectura que han hecho para llegar ahí. Buen intercambio con los Magic por dos jugadores lesionados, Dozier y Bol, pero se han marchado también Richardson, Schröder, Langford y Kanter. El fichaje de Theis no cambia mucho en un interior en el que Robert Williams ya se ha hecho con el control junto a Al Horford. Se pierde profundidad y Richardson, cuestionado por su contrato y su mala praxis, podía despertar en cualquier momento. Schröder era una pieza codiciada, se arriesgaron por él en verano fichándole por poco dinero y no han rentabilizado aquel acierto. Generadores con balón sólo habrá dos, Tatum y Brown. El balance es más negativo que positivo.

· Portland Trail Blazers. La salida de McCollum les dio la oportunidad de tener a Nickeil Alexander-Walker. Que quisieran renovar a Simons en verano como recompensa a su rendimiento está genial, pero no se puede desechar así a un jugador que también tiene capacidad anotadora. No andan muy católicos en ese aspecto y habrá que ver si el principal encargado de ello, Damian Lillard, continúa en el proyecto. Norman Powell también voló. No se llega a captar cuál es la estrategia, si una reconstrucción agresiva o alargada en el tiempo. No se están posicionando bien ni para una cosa ni para la otra. La franquicia está cerca de ponerse a la venta, hay un presidente interino tras el despido de Neil Olshey, hay que acertar y el mercado de los Trail Blazers es duro de por sí para atraer talento.

· Domantas Sabonis. Para él la etapa de los Pacers iba a tener un final, pero aparecer en un equipo destarlado como los Kings es una penitencia que puede que no mereciera. No hay ánimo en la escuadra californiana para afrontar una lucha por entrar entre los diez mejores y optar a las series por el título. Sin los triples que metía Hield o el desequilibrio que provocaba en los rivales Haliburton tendrá que ser. El estilo de Fox, además, no casa por ningún sitio con el de Domas. Tendrá las llaves del equipo, pero no va a abrir ninguna puerta secreta con ellas.