MILWAUKEE BUCKS

Ibaka optará a un nuevo anillo: aterriza en los Bucks de Giannis

Los Clippers traspasan a Serge Ibaka a los Bucks, donde podrá optar al segundo anillo de su carrera. El equipo de Giannis pierde a Donte DiVincenzo.

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Los Clippers traspasan a Serge Ibaka a los Bucks, donde podrá optar al segundo anillo de su carrera. El equipo de Giannis pierde a Donte DiVincenzo.
Meg Oliphant Getty Images

Serge Ibaka cambia de aires. Era una de las posibilidades más claras del mercado de fichajes en lo referente a jugadores españoles y se ha dado. El ala-pívot, hasta ahora en Los Angeles Clippers, llega a los Bucks, vigentes campeones y máximos candidatos a repetir título. El hispanocongoleño se ha visto incluido en un traspaso a cuatro bandas en el que han participado los angelinos, la entidad de Milwaukee, Pistons y Kings. La mejor parte se la ha llevado el jugador interior, que aterriza en un equipo con aspiraciones reales para conquistar el anillo, algo que ya hizo en 2019, cuando militaba en las filas de Toronto Raptors.

Así ha sido el traspaso

  • Los Kings reciben a Donte DiVincenzo, Trey Lyles y Johs Jackson.
  • Los Bucks se hacen con Serge Ibaka, dos futuras segundas rondas y dinero.
  • Los Clippers adquieren a Rodney Hood y Semi Ojele.
  • Los Pistons, a Marvin Magley III

Gran destino para Ibaka

El nuevo destino es extraordinario para Ibaka, que era carne de traspaso desde que se lesionó de la espalda a finales del curso pasado. Hace unos meses estaba en más de 11 puntos y 6 rebotes en 41 partidos, 39 de ellos de titular, pero el 14 de marzo de 2021 se lesionó ante los Pelicans. Ibaka intentó forzar para llegar a playoffs, pero apenas pudo aportar en la machada del equipo de Tyronn Lue, que se coló en finales de Conferencia por primera vez en la historia de la franquicia con Kawhi Leonard (y compañía) lesionados. El ala-pívot regresó a los Clippers tarde durante esta temporada y previo paso por la G-League. Lo ha hecho tarde y mal, sin la explosividad de antaño, algún que otro problema físico y con dificultades para desarrollar las virtudes que le convirtieron en un jugador extraordinariamente respetado en la Liga. Solo promedia 15,4 minutos de media (el mínimo de su carrera), además de llegar también a sus mínimos en puntos (6,6) y rebotes (4,3). También había sido relegado a un claro segundo plano en el esquema de Tyronn Lue, tenía poco protagonismo en una rotación tocada por el coronavirus y las lesiones y apenas intenta 5,5 tiros por partido. 

Sin embargo, Ibaka ha mejorado en los últimos partidos y en los tres últimos ha disputado 22, 33 y 18 minutos, logrando un doble-doble (14+11) en la derrota de Clippers ante Pacers y endosando 20 tantos a los Lakers. Con 32 años, Ibaka todavía puede aportar, es más sabio que antaño y una buena presencia física que ayuda mucho a nivel defensivo y que además, lanza esta temporada con casi un 39% en tiros de campo, una cifra muy similar a la de su última temporada en Toronto (15,4 puntos y 8,2 rebotes unos meses después del anillo) y un perfil que los Bucks, huérfanos de un Brook Lopez que sigue sin fecha de regreso, necesitan en su esquema.

Ibaka llega pues a unos Bucks que pierden a DiVincenzo, uno de los héroes de la afición e integrante, claro, de la plantilla que conquistó el anillo el año pasado. El poder exterior del equipo (Holiday, Middleton, George Hill, Connaughton...) no queda especialmente dañado, mientras que se añade un especialista interior necesario para el equipo de Mike Budenholzer, que contará además con un buen veterano y una voz dentro del vestuario que ya sabe lo que es ganar un campeonato. Con buenos movimientos en la zona, capaz de anotar desde el triple y la media distancia, buen reboteador y gran defensor, Ibaka tendrá un rol diferente y a la vez muy parecido al que ha tenido en otros momentos de su carrera y reúne el saber estar y la capacidad mental necesaria para aceptar cualquier papel en pos de la victoria de los Bucks. Sería su segundo anillo de campeón, también en la Conferencia Este pero con una camiseta distinta. Desde luego, otra gran estrella en su increíble currículum. Buen (y merecido) destino para un buen jugador.