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BILBAO BASKET 89-MANRESA 82

En el país de las Miribillas

Séptima victoria consecutiva del Bilbao Basket, que fue fiel a su estilo para doblegar al Manresa, la revelación de la ACB. Último cuarto para recordar durante muchos años.

Piña final con Delgado en el centro
AIOL

El Bilbao Basket suma y sigue. Que pase el siguiente. Es como si el equipo hubiera pedido residencia en el país de las maravillas, o de las Miribillas valga el jueguito de palabras. El Manresa, la revelación de la Liga y uno de los equipos con más ritmo de la competición, también cayó ante este ciclón que apadrina Mumbrú, que lleva siete victorias consecutivas y  se cree el Madrid, por citar al líder. En casa se siente intratable, casi como aquel de los buenos tiempos en Euroliga. Tiene fe en lo que hace y lo lleva hasta el extremo. Como esta noche, cuando el BAXI estaba llevando una velada rutinaria en la oficina. Los ‘hombres de negro’ no dimitieron y se agarraron como lapas al choque. Sus encuentros en casa se hacen muy largos para los visitantes, porque los convierten en combates durísimos. Saben aguantar los momentos malos, tener paciencia, volver y salir con los brazos en alto. Los diez minutos finales serán recordados durante muchos años en la ciudad del Guggenheim. 

Fue un pulso de tú a tú que dominó el conjunto del Bages durante los tres primeros cuartos y en el que remontó en el último un Surne que sumó también su octava victoria seguida en el Bilbao Arena, donde no hinca la rodilla desde el 3 de octubre ante el Barcelona. Gota a gota fue remontando y logró hasta desafiar el ‘average’ de -8 que se traía del Nou Congost. Lo de pensar en el playoff ya no es de locos. El récord histórico del club en ACB está a un triunfo más, será en Burgos el día 16 el intento de batirlo. Está empatado con la zona playoff y a una muesca del quinto.

El Manresa ha logrado a base de resultados y, sobre todo, de esa fiesta que montan cada dos semanas en el Nou Congost, siempre que el COVID lo permite, asustar con su simple presencia en cancha. A la mayoría de sus jugadores no los conocía nadie el pasado verano, pero tienen tan mecanizado su estilo de juego, desbordan tanta confianza, que salen ya con unos cuantos puntos a favor por el efecto amedrentador de su camiseta. Pedro Martínez ha elaborado un conjunto de autor, ha reunido un ramillete de muchachos que no paran de correr y dar saltos. Pero hay algo que enriquece aún más su orquesta. No solo son atletas, esta gente sabe jugar al baloncesto si de eso se trata. Por ejemplo, empezaron abriendo brecha con los tiros a cuatro metros de Sima, completamente solo, y trataron de rematar la faena con los lanzamientos desde el arco del triple, en la segunda parte, tras cerrar un nefasto 0-10. Por medio, el habitual show de Moneke, algún 'alley-oop' en las bombillas y ataques ultrarrápidos. Viendo a esta gente, está bien eso de no tener la camiseta retirada de Salgado en las alturas y sí en un fondo, porque peligraba.

Sima llevaba 10 puntos en el 20-24 del primer acto. Pedro Martínez apostó por el juego uno contra uno de Thomasson sobre Goudelock. El Manresa cogía muy fácil las ventajas en las proximidades del aro, ganaba la línea de fondo sin oposición y empleaba su poderoso físico para anotar con fluidez. Mumbrú intentaba quebrar su ritmo de centellas con dos cuatros y hasta con Inglis de cinco y Reyes de segundo pívot. El francés no miraba al aro como otras veces, estaba más a repartir juego y eso atascaba los ataques de los ‘hombres de negro’. El Manresa obliga muchas veces a forzar cada acción y las pérdidas arruinaban a los vizcaínos. Estos gestionaban muy mal los espacios y su rival encontraba perfectamente el sitio y sacaba jugo a cada ventaja que se encontraba, en lo físico o en desajustes de la defensa local.

Era un milagro casi el 39-40 del descanso vista la diferencia entre ambos conjuntos, pero al Bilbao Basket hay que matarlo seis veces para tumbarlo. Una técnica al banquillo manresano, que ya estaba avisado por protestar, permitió el empate. Pero también abrió una hemorragia de 0-10. El arma del BAXI era en ese instante el tiro exterior. El Bilbao Basket se agarró a la contienda como llevaba haciendo en las seis victorias seguidas anteriores. Pedro Martínez vio un filón en el bloqueo directo y la continuación, su equipo es un maestro en esta jugada. Desde hace tiempo Mumbrú ha decidido cambiar la asignación en todos los bloqueos, porque nota que sus jugadores altos tienen piernas para aguantar a los exteriores rivales y los pequeños pueden anticipar sobre los pívots. Por eso, el grande se quedaba con el pequeño y a partir de ahí, los del Bages trataban de generar. Esta vez el Surne otorgó facilidades y cuando muchos pensaban que iba a cambiar la estrategia, siguió persistiendo en lo mismo. Al final acertó, porque lo ajustó perfectamente

Masiulis, en su mejor partido como ‘hombre de negro’ sostuvo al equipo en pie. Y Hakanson hizo esa labor de hormiga que tanto suma. Restaba el arreón final. El Manresa se quedó en los 7:31 finales sin Sima por faltas, el cinco de referencia y mejor jugador del partido. Pudo ser tachado por una labor de gigantes previa de ir erosionando ataque a ataque a un jugador capital. A partir de ahí, Delgado puso a funcionar su maquinaria en la pintura, con su habitual compañero de fatigas, Inglis y un triángulo diabólico que completaba Luz. Su labor de zapa permitió a Goudelock gozar de margen de maniobra. Los locales se pusieron por delante a -6:18 (70-69) y ya no cedieron el mando. Hasta pensaron en el último suspiro en el ‘average' (-8). Mumbrú, la 'fiera' más ambiciosa de la sabana de Miribilla, se lo recordó cuando estaba la peña de fiesta, pero el BAXI se llevó ese premio de consolación. Delgado estrujó a su entrenador para celebrar el triunfo y por poco lo desmonta. El pabellón está a la mitad por la pandemia, pero disfruta y ruge el doble.

Mumbrú: "Lo de las siete victorias consecutivas es anecdótico"

Mumbrú admitió la importancia del triunfo, pero subrayó que la racha de siete victorias consecutivas encadenadas por su equipo es "algo simbólico" a estas alturas de la Liga Endesa. "Esto es muy largo y lo que hay que hacer es seguir trabajando hasta la última acción, no podemos perdonar. Ahora tenemos que centrarnos en Burgos de aquí a diez días que seguro que nos esperan con ganas porque están muy necesitados", explicó tras el encuentro el técnico de los 'hombres de negro'.

Acerca de la cita frente al Manresa, Mumbrú señaló que, como esperaba, fue un partido "largo y duro" en el que, después de haber "aguantado los malos momentos" por los que han pasado en el segundo y el tercer cuarto, han "madurado" el choque hasta "encontrar el momento" en los últimos diez minutos. "Gracias al trabajo anterior, cargando de faltas a sus interiores, al final hemos encontrado nuestro momento que nos ha permitido jugar más fácil y llegar más tranquilos al final", explicó el entrenador del Surne Bilbao.

Pedro Martínez: "Nos ha faltado consistencia defensiva"

Pedro Martínez consideró que una de las claves de la derrota fue la falta de "temple y de consistencia defensiva" de su equipo "en el último cuarto". "Bilbao tiene jugadores de mucha calidad poniendo el balón en el suelo y penetrando y ahí no lo hemos hecho bien defendiendo el uno contra uno. Han hecho muchos puntos cerca de la canasta sin demasiada contestación defensiva de nuestra parte", lamentó el técnico catalán.

Martínez no consideró que el partido se les hiciera largo porque fueron "rotando para llegar con el físico necesario al final" y añadió que "tener más o menos acierto o defender mejor o peor forma parte del juego" y por ello deben "aceptarlo y felicitar a Bilbao por lo bien que lo han hecho en el último cuarto".

El entrenador del conjunto manresano, por último, admitió que en el último ataque del partido decidieron apurar el tiempo para "defender el average" particular con el Bilbao Basket, si bien confesó que haberlo conservado "no sirve de consuelo" y además ve "difícil que pueda ser importante al final de la liga regular".