NBA | ROCKETS 108 - WARRIORS 122

Curry dice adiós a su mala racha

Stephen Curry se desquita con 40 puntos y un buen último cuarto ante Houston Rockets. Estaba siendo irregular en los lanzamientos desde hace un mes y medio.

Aquel récord le dejó con la mano tonta. Cuando Stephen Curry se propuso como reto de principio de temporada, en lo que su equipo estaba realizando un magnífico trabajo colectivo, batir la mejor marca de triples encestados en la fase regular de la NBA, una que tenía en poder Ray Allen con 2.973, empezó a poderle la ansiedad a la hora de seleccionar los tiros. El mejor tirador de la historia también pasa por problemas de confianza con los triples y eso es una señal de que el juego está vivo y que él es un humano más, sí, y como tal hay que señalarlo. Y desde entonces, y ha pasado un mes y medio, ha arrastrado esa mala racha aunque parezca mentira. Desde dos partidos antes de batir a Allen, en los que por sus capacidades ya lo habría podido hacer, hasta aquí se encaramó a los 3,9 aciertos en 11,8 intentos de media por partido desde el perímetro, un 33,1% que es sólo malo y no desastroso pero que a él no le hace ninguna justicia. Lo bueno que tienen los jugadores de récord, como él, es que una mala época también se quita con un récord. En este caso, a nivel personal. Nunca había anotado tantos puntos en un último cuarto, 21, como los que le ha endosado esta noche a los Rockets para culminar una tarjeta de 40 puntos. Hace un par de partidos hablábamos de que su conexión con Klay Thompson estaba plenamente recuperada tras las graves lesiones de éste, ahora la confirmación de que su problema está solventado la da él.

Curry metió cuatro de sus siete triples en ese último cuarto e impulsó con tres jugadas casi consecutivas a los Warriors. Los Rockets se quedaron sin respuesta, otra vez, para una exhibición de Steph, es una cantinela que conocen perfectamente en el Toyota Center, y cedieron por un marcador de 108-122

El ímpetu del novato Jalen Green redujo el primer golpe de los visitantes. Durante ese primer cuarto aguantaron unos cuantos más de pequeño tamaño con Christian Wood aprovechando su movilidad y que delante no tenía a Draymond Green. Con ello los Rockets incluso intentaron mantener un rato su liderato en el marcador durante el segundo cuarto. No les fue posible. Curry empezó a dominar todos los ataques por los que pasaba, dejando solos a compañeros o finalizando él el ataque. Klay metió su único triple en esa franja. Aunque, curiosamente, rompieron el marcador por primera vez cuando el base se sentó en el banquillo antes del descanso. Un 0-10 de parcial liderado por Wiggins, autoforzado a jugárselas todas, dio una buena ventaja a los Warriors. No fue, sin embargo, definitiva. Los Rockets le echaron coraje y terminaron quedándose a cuatro puntos de remontar completamente cuando se habían visto en -18 durante el tercer periodo. Un tiro jugando con el cuerpo del defensor y dos triples de los suyos, de los que te dejan boquiabierto, firmados por Steph destrozaron casi definitivamente la ilusión de Houston. 

Fueron otras dos jugadas de Curry, un tiro de dos y un triple recibiendo rápido después de un salto entre dos, las que dejaron para los restos a los locales. Los Rockets volvieron a ver su casa asaltada por un chico de nombre Stephen Wardell, autor de 40+5+9 en la noche, que usó a los texanos una vez más para demostrar, haya buena o mala racha, quién manda.

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