Coosur Real Betis
71
Surne Bilbao
88
Finalizado

REAL BETIS 71-BILBAO BASKET 88

El Bilbao Basket no se baja de la ola buena: el Betis, nueva víctima

El equipo de Mumbrú se sobrepuso a una mala primera parte y en cuanto se puso por delante en el marcador, el colista ni rechistó. Soberbio Hakanson y cinco victorias seguidas.

¿Pero qué embrujo ha apresado a este Bilbao Basket que arrancó la temporada con 0-5 y con más cara de LEB que aquel equipo en el que jugaban Larsen, Schreiner, Huertas, Demetrio, Cruz y compañía? ¡Ha pasado a un 8-9! En ese grupo del amanecer de la temporada todo parecía desencajado. Los fichajes y los que ya estaban de antes, los del milagroso año pasado. De repente, un día se rompió un cubo de posesión, se aplazó un partido ante el Breogán y se armó la marimorena. A vuelta del mismo unos días más tarde, se había ganado espacio para que Luz estuviera en condiciones y Withey adquiriese más rodaje. Se venció al Breogán con la afición de Miribilla entregada a la causa tras la agria polémica con Olmos, el técnico de los lucenses y la nave acatarrada empezó a ser un cohete incontrolado.

RESUMEN

Coosur Betis (19+20+14+18): Evans (17), Bertans (20), Almazán (0), Brown (5), Pasecniks (14) -quinteto titular-, Agbelese (0), Torres (0), Cvetkovic (0), Leslie (8), Burjanadze (2), Báez (3) y Pozas
(2).

Surne Bilbao Basket (18+11+33+26): Rafa Luz (7), Hakanson (26), Bigote (12), Masiulis (3), Ángel Delgado (14) -quinteto inicial-, Withey (4), Rousselle (0), Rigo (4), Reyes (8), Walker (0), Galán (0) e Inglis (10).

Árbitros: Calatrava, Oyón y Alcaraz. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la jornada 16 de la Liga Endesa, aplazado el 3 de enero por casos de COVID-19 en el equipo local y disputado en el Palacio de los Deportes de San Pablo, en Sevilla. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del padre del jugador bético Pepe Pozas.

Desde entonces, con un par de piezas nuevas ajustadas, el equipo vuela hacia la estratosfera de la clasificación, hasta la Copa podría jurarse si le dejaran tres partidos más de margen. Cinco triunfos seguidos y dos de ellos a domicilio, los últimos, ante rivales directos como el Obradoiro y Betis, destrozando la moral de ambos. Hace esta tarea una doble función: se dispara el grupo vizcaíno en la clasificación (empata con un equipo tan notable como el Tenerife, aunque este tiene dios partido menos) y supera al Unicaja, y deja cadáveres por el camino. Media permanencia se ha sellado hoy en Sevilla, como medio descenso del Betis. Empieza a ser algo más que una utopía mirar más arriba. La metamorfosis al descanso lo podrían estudiar los estudiosos de los milagros.

El partido que debía haberse disputado el 3 de enero llegó 20 días más tarde y muchas cosas han cambiado desde entonces. Sobre todo en los vascos. El Betis volvía 26 días después de su gran triunfo en Burgos pero no era buen día para dejar de fumar, ante uno de los conjuntos más en forma del campeonato, que hurgó en su herida. Es un equipo depresivo. Si se ve por debajo en el marcador, se cae como un castillo de naipes. Y es lo que ha pasado hoy. Tras un pésimo inicio, el Bilbao Basket ha cogido el ritmo de juego, ha ajustado su defensa y ha conseguido algo que le faltaba por cristalizar esta temporada, bueno, solo lo logró ante el Granca: romper el choque y no dejar con vida al agonizante enemigo.

Goudelock no pudo participar por una rotura músculo semimembranoso derecho. Peno no dio el último negativo y sigue confinado. Al menos, sí viajó Rousselle, vendado en la muñeca que se había lesionado, y se pudo estrenar Walker. Sin el máximo anotador y la rotación en el base muy corta, Hakanson se echó el equipo a la espalda. Pozas, muy tocado anímicamente por la muerte de su padre y el minuto de silencio que le recordó a este, apretó los dientes para ayudar. Abrió el partido Bertans con un triple y cerró la primera parte de la misma manera. Síntoma de que esos 20 minutos fueron béticos. Fue su mayor expresividad, ya que en la segunda parte casi ni apareció. El Betis arrancó como tiene que hacerlo un colista con solo tres victorias: mostrando intensidad, cerrando líneas de pase y con ritmo de ataque, apoyados en Bertans, Evans y Pasecniks. Y sobre todo, con triples: 5 habían lanzado en tres minutos (9-2).

En medio de la locura, con el Surne perdiendo más balones de la cuenta, trataba de dar un relevo Cvetkovic en la dirección, pero se torció el tobillo y no pudo sumar ni dos segundos de juego. La defensa visitante era blandísima y Mumbrú se hartó de que sus chicos solo quisieran disfrutar metiendo canastas: echó una reprimenda a Delgado y puso a Galán y Rousselle para dar una lección a los primeros espadas. La diferencia se había ido a 34-25 y las alarmas se oían hasta en Marte. Las sensaciones de los vizcaínos eran horribles. Encima, el equipo andaba con una matinal aciaga en los porcentajes: 1/8 en triples (el único acierto lo protagonizó Rigo) y 4/9 en tiros libres. La máxima diferencia verdiblanca se fue a los 11 (36-25, min 19). El mismo número de pérdidas que llevaban los 'hombres de negro' en el descanso.

Y volvió la Luz en la segunda parte. Como metáfora y como realidad. El base, en tinieblas hasta el descanso, encontró la brújula. Withey se erigió como coloso en la pintura y distribuyó la pelota como un base (6 asistencias). Un taponazo a Evans y luego un intento de mate descomunal que acabó en canasta dejándola como pudo hizo ver que la cosa estaba cambiando. El Bilbao Basket protegió mucho más la pelota y aprovechó los bloqueos indirectos, y las piezas encajaban. A falta de 13:13, se pudo por delante con un 2-10 (49-50) y se acabó el partido, porque al Betis se le vinieron encima todos los fantasmas que le espantan este año. Fue pura impotencia ante el vendaval. En cuanto Bertans empezó a fallar, los nervios fueron su compañero de viaje. Un exagerado 10-31 puso el 57-71, con Hakanson desbocado (su tope de valoración en Liga Endesa: 30). De ahí, al paseo final. El Bilbao Basket aún busca su techo. Esto no para.

Casimiro: "Hay que recuperarse y tener una buena mentalidad"

Casimiro afirmó tras la derrota que "hay que recuperarse y tener de nuevo una buena mentalidad". "Es normal estar fastidiados en caliente. En la segunda mitad el partido se nos fue fácil, pero hay que seguir insistiendo; cada partido es una oportunidad", declaró en rueda de prensa el técnico del conjunto sevillano.

El manchego consideró que el Surne Bilbao estuvo "muy acertado en los bloqueos indirectos" y también en el tiro, y en relación con los 26 días que el Coosur Betis ha estado sin jugar, por el aplazamiento de sus encuentros por positivos por covid-19, dejó claro que "el tiempo" que han "estado sin competir no es excusa".

Sobre la lesión en el tobillo sufrida al comienzo del partido por su base serbio Aleksandar Cvetkovic, reconoció que lo han "echado mucho de menos" y explicó que "en la segunda parte no podía, aunque lo intentó", si bien tuvieron que "prescindir" de su participación.

Mumbrú: "Nos llevamos una victoria importante para Bilbao"

Mumbrú, destacó el valor del quinto triunfo seguido  y dijo que se llevan "una victoria importante" "Somos un club humilde, que trata de hacer las cosas bien y de competir cada partido. Era un partido importante. Ellos (el Betis) bajaron y subieron (a la Liga Endesa) con nosotros. Era bonito vivir el partido de hoy tras lo vivido por ambos en la LEB Oro", dijo en rueda de prensa Mumbrú.

Sobre el hecho de que su rival haya estado 26 días sin jugar por el aplazamiento de sus encuentros por positivos por COVID, admitió que, "sin competir, los partidos se hacen largos", aunque indicó que el Coosur Betis comenzó "bien" el choque en una primera mitad en la que Bilbao Basket cometió "muchos errores" y no les "daba tiempo a defender". "En la segunda mitad hemos ajustado cosas y defendido mejor. Comenzamos a encontrar nuestro baloncesto, y ahí ha llegado la diferencia", recalcó el técnico del Surne Bilbao.

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