Towns silencia el Madison
Un 2+1 de Towns a 29 segundos para la conclusión decide un partido de un final extraño y lleno de fallos. Los Knicks, undécimos del Este, no terminan de arrancar.
Los Knicks son la historia de nunca acabar. El equipo de la Gran Manzana ha vuelto a las andadas tras una temporada, la pasada, en la que volvió a la élite baloncestística e hizo al Madison Square Garden brillar de nuevo. Sin embargo, los fichajes no les han salido como esperaban y ahora luchan de forma incansable por entrar en un play-in que de momento ven de cerca, pero en el que no terminan de entrar: undécimos, por debajo del 50% (22-23) y con equipos que están más o menos como ellos delante, pero que están delante. Por ahí andan Celtics o Raptors, también irregulares, pero con más talento o grandes entrenadores (hablo de Nick Nurse) para reforzarse y aguantar una segunda parte de la temporada que va a ser muy larga par los neoyorquinos, totalmente superados por la situación y en amagos constantes de entrar en una buena racha que se esfuma mucho más rápido de lo que ha llegado.
Los Knicks llevaban 5 victorias en los últimos 7 partidos antes de medirse a los Timberwolves, un equipo por fin en la lucha por los playoffs de la Conferencia Oeste. Pero han naufragado en un partido de un final tosco, feo y con muchos fallos, resuelto gracias a un 2+1 de Karl-Anthony Towns a 29 segundos para la conclusión que ha dado una ventaja que los Wolves, tiros libres mediante (acertados y fallados) pudieron gestionar. Patrick Beverley lanzaba desde la personal, anotaba el segundo y ni Evan Fournier ni Alec Burks concretaban, el primero para forzar la prórroga y el segundo para ganar el partido. Y la balanza, claro, se decantó del lado visitante.
Antes de ese final accidentado, el partido había ido a tirones, un toma y daca constante que había tenido protagonistas dispares. Los dos primeros cuartos fueron para los Wolves, pero los Knicks llegaron a los 40 puntos en el tercer periodo y 5 puntos por encima de sus rivales (91-86) antes del último y definitivo cuarto. Ahí se resolvió un duelo que tuvo 14 cambios de liderato en el marcador, 6 empates, malos porcentajes de tiro y el auge final de un Towns que hizo la jugada del partido con Julius Randle delante. El pívot arregló así una actuación irregular: 20 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en 36 minutos de juego. Promedia, recordemos, 24,6 tantos y más de 9 rebotes esta temporada, en la que es el líder de una franquicia que, con esta victoria, adelanta a los Lakers y se sitúa en el séptimo puesto de la Conferencia Oeste (22-22).
Además de Towns, Anthony Edwards acabó con 21 puntos, D'Angelo Russell con 17, Malik Beasley con 10 y Jaylen Nowell con 14 para los Wolves, que suman su segunda victoria consecutiva. En los Knicks, Fournier, una de esas patas del talento que necesitaban y les ha salido mal a los Knicks (la otra ha sido Kemba Walker), tuvo uno de esos partidos buenos y se fue a 27 puntos con 5 de 10 en triples. Kemba consiguió 19 tantos, Julius Randle un 21+9+9 (con 2 robos y 4 tapones) y RJ Barret 17 puntos. Un poco de todo, pero nada de ello suficiente para sumar una victoria que les siga manteniendo en la lucha por unos playoffs que el año pasado alcanzaron con cierta facilidad, pero que están sudando para conseguir en el presente curso. Una temporada larga, un juego que no convence y un Tom Thibodeau que no tiene a las piezas deseadas para su proyecto particular. Los Knicks tienen tiempo para enderezar la situación. Pero...