NBA | WARRIORS 102 - PISTONS 86
Klay ya es el máximo anotador
El escolta anota 21 puntos en 22 minutos y vuelve loco al Chase Center en la vuelta de Curry a la rotación. En los Warriors preocupa la espalda de Draymond.
A expensas de lo que pase con Draymond Green, Klay Thompson sigue haciendo su parte. El escolta mejora noche tras noche y juega cada vez mejor a pesar de que, en los dos últimos años, ha tenido las dos peores lesiones del deporte: el cruzado y el tendón de Aquiles. Gracias a los avances médicos el escolta está de vuelta, y la gestión de minutos de Steve Kerr y el cuerpo sanitario de Golden State le está sentando de maravilla. Ante los Pistons y en el Chase Center fueron 21 puntos en 22 minutos, un aprovechamiento espectacular de su tiempo en pista para una gran producción que le ha permitido, por primera vez desde su regreso, ser el máximo anotador del encuentro. Un premio menor, pero que no deja de demostrar el avance de un jugador históricamente bueno, al que se le ve cada vez más cómodo en los movimientos laterales defensivos y que ha regresado a las pistas de baloncesto como si jamás se hubiese ido de ellas.
En la otra cara de la moneda de los Warriors está Green. El ala-pívot, un jugador absolutamente generacional, no juega desde el 5 de enero ante los Mavericks. Esto si obviamos, claro, los pocos segundos que estuvo en pista en el retorno de Klay Thompson como homenaje. Los Warriors están con un récord de 3-5 desde que Green se lesionó (contando el partido en el que empezó a tener molestias, ante los Mavs) y sí han podido con los Pistons, uno de los peores equipos de la Conferencia Este y de la NBA. Lo han hecho con Stephen Curry, que se tomó un respiro ante los Timberwolves, pero Green sigue sin regresar. Y lo que al principio se trataba de un dolor de pantorrilla ahora, según ha revelado la entidad de San Francisco, es un problema en un disco de la parte baja de la espalda.
Las alarmas han saltado: el hermetismo con el que los Warriors han tratado el tema y la incertidumbre en torno al ala-pívot es un síntoma de que algo no va bien, y da la sensación de que ni siquiera el jugador sabe muy bien qué le está pasando. La consulta a distintos especialistas parece el pan de cada día de la estrella, totalmente esencial en el esquema de Steve Kerr y sin el cual se convierten en una defensa casi a la deriva. Más allá de sus promedios (7,9 puntos, 7,6 rebotes, 7,4 asistencias y más de 1 robo y 1 tapón por encuentro), Green es el alma, el sostén de los Warriors, el líder total y absoluto de la defensa y una de las claves que han permitido a la franquicia ganar tres anillos y disputar cinco Finales de 2015 a 2019. Una auténtica dinastía que quiere volver a emerger, pero que no podrá hacerlo sin el ala-pívot.
Más allá de eso, el partido ante los Pistons no tuvo mucha historia. La poca oposición del equipo visitante, inmerso en una reconstrucción que no acaba de llegar y con muchos rumores que rodean a su máxima figura, Jerami Grant (baja desde el 10 de diciembre), fue la tónica del encuentro. Apenas lanzaron con un 35% en tiros de campo y un 36% en triples, su mejor jugador fue Hamidou Diallo (16+13) y Cade Cunningham no tuvo su noche (8 tantos, pero 3 de 10 en tiros y 5 pérdidas). Los Warriors, que ya habían sentenciado al descanso (66-38), contaron con el ya mencionado Klay (6 de 13 en el lanzamiento y primer partido de 20 o más puntos desde su vuelta) y con buenos minutos de Curry (18 puntos y 8 asistencias), además de con un buen hacer de Jonathan Kuminga (12+10), Andrew Wiggins (19) y Kevon Looney bajo los aros (10 rebotes). Pero todo esto de nada sirve si no cuentan con Draymond Green. Un jugador clave para ganar un nuevo anillo. La base de la dinastía. El puntal del proyecto.