No ha sido muy benévolo el calendario con los Warriors en esta semana de regreso de Klay Thompson a las pistas tras dos años y medio parado por obligación. Ese impulso ante los Cavaliers, con un mate de ésos en los que se te puede ir la pierna otra vez incluido, ha quedado en cosa del pasado. Los de Kerr, que vuelven a ser un transatlántico en la sinuosa Conferencia Oeste, se han topado con dos derrotas que les harán estar pisando tierra firme por un tiempo. Ante los Grizzlies primero, ante los Bucks después. Frente al campeón el golpe ha sido especialmente doloroso, una actuación impropia del nivel que vienen mostrando. 

Los campeones se impusieron 118-99 y habiendo pasado el partido por una sesión cosmética intensiva en la segunda mitad. La diferencia llegó a ser de 39 justo al descanso (77-38). 

Se les fue muy pronto de las manos la noche a los Warriors, que dieron un mal ejemplo no sólo en ataque sino también en defensa. Sólo Wiggins, en una de esas noches en las que no pasa de la corrección, se pudo salvar, si es que eso es se puede destacar como positivo en una derrota como la del Fiserv Forum. Los Bucks estuvieron muy acertados en los tiros de dos y tres, también en otras categorías como rebotes, asistencias o tapones, y estuvieron mirando a su contrincante por el retrovisor muchos minutos hasta que levantaron el pie del acelerador porque ya ni se les veía. El conjunto que este jueves actuó como local consigue romper su mala racha de cuatro derrotas en cinco encuentros. 

Mientras los Warriors se jugaban las primeras posesiones a un bloqueo que acompañaban de uno contra uno, sin mirar más allá del talento individual y eso que hablamos de quien hablamos, los Bucks pusieron la primera piedra de su castillo con un 10-0 de parcial. La defensa era muy agresiva, muy presionante, por parte de los campeones, a los que también les entraban los tiros. Uno de Middleton (23) hizo que superaran la barrera de los diez de ventaja y dos triples de Portis y la bandeja de Nwora con la que acabó el primer cuarto les dejó a las puertas de los veinte. La primera manga, 37-21; la segunda, 40-17. Como el paso de una ventisca. Los Bucks han encontrado, además, una rotación sin hombre alto tras la salida de Cousins y en la que Portis es titular cubriendo a Lopez con la que hacen daño, mención especial para lo importante que debe ser Donte DiVincenzo cuando haya agarrado todo el ritmo competitivo perdido por la lesión. Giannis Antetokounmpo (30+12+11) apareció tras un pequeño respiro y, antes del descanso, sentenció prácticamente el partido con alternando jugadas de fuerza y rapidez con una dirección como si fuese el base a la que cada vez se aproxima con más acierto. El triple de Portis (20) sobre la bocina con el que Milwaukee ponía el +39, con bailecito incluido, era el punto álgido en el despropósito de los Warriors, con un Curry (4/11 en tiros) muy desacertado en el último mes y un Thompson (3/11 en tiros) que no ha pillado la dinámica por la inactividad como puntos de debate. Lo que llegó tras lo contado fue una segunda parte para tirar a la papelera en la que unos Bucks a medio gas se bastaron para mantener una ventaja consistente y sacar el partido adelante sin problemas.