NBA | JAZZ 120 - MAVERICKS 116

No hay milagro navideño sin Doncic

Los Mavericks dan la cara pero pierden en pista de Utah Jazz en el último partido navideño. Porzingis y Brunson lideraron el esfuerzo de los texanos, arrasados por las ausencias.

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No hay milagro navideño sin Doncic
Rob Gray USA TODAY Sports

Al cierre de la Navidad, la jornada del 25-D que tan en cuestión llegó a estar en los últimos días por la explosión de la pandemia en la NBA, le faltaba Luka Doncic. El esloveno era, es una jornada para el gran público y las grandes estrellas, la principal razón de que este partido, Jazz-Mavericks, apareciera en el último turno horario de los partidos navideños. Por muchos que los Jazz sean uno de los mejores equipos, sostenidamente, de los últimos años. Y lo vuelven a ser: ganaron 120-116 (sin ningún brillo) y están 23-9. Han ganado 11 de sus últimos 13 partidos y tienen el mejor net rating de la Liga en ese tramo. Y sin embargo, vuelve a costar creérselos si uno piensa en los playoffs. Será que son lo mismo (también para lo bueno, que es muchísimo) de los últimos años. Pero cualquiera que viera también el anterior Suns-Warriors entenderá que hay una diferencia entre esos dos equipos y Utah Jazz, el tercero en discordia del Oeste. Eso sí, también hay una gran diferencia entre los Jazz y todos los demás en la (inestable) Conferencia.

Uno de los equipos que está en ese todos los demás es Dallas Mavericks, que no termina de ir ni venir y que (ahora 15-17, cuatro derrotas en cinco partidos) al menos da la cara y compite casi todas las noches con jugadores entrando y saliendo, Kristaps Porzingis unos días sí y otros no y la pandemia obligando a plantear una rotación de emergencia, llena de jugadores de reemplazo, recién fichados algunos desde el mismísimo retiro. Los Mavs, además, siguen sin Luka Doncic, que en su temporada más difícil por ahora (la cuarta) enlazó los problemas de puesta a punto con una lesión que le tocó tobillo y rodilla y con, ahora, los protocolos COVID. El esloveno se ha perdido ya 11 partidos cuando su media fue de diez en sus tres primeros años NBA. 30 de 229 en tres temporadas, 11 de 32 por ahora en la cuarta. Sin él, y con Porzingis entrando y saliendo y una rotación totalmente inestable, es difícil saber dónde esta este equipo en un Oeste de nivel muy bajo y todavía, casi en Fin de Año, lleno de incógnitas.

Los Mavs, al menos, volvieron a dar la cara. El partido, como mínimo, estuvo igualado, reñido. No brillaron los ataques, ni siquiera el normalmente sedoso de los Jazz, y el concierto de los árbitros (55 faltas, 72 tiros libres) lo embarró todo. Curiosamente, después de pitar todo lo pitable, no anularon una canasta de Brandon Knight (otro que está de vuelta en la NBA por las cosas de la pandemia) tras coger el balón que se le había escapado a él mismo de las manos intentando tirar un triple. Algo así como la autoasistencia sin tocar el suelo ni el tablero. En fin, los Mavs cayeron por su propio peso, hundidos por la lógica pero, eso sí, después de dejar buena imagen, amasar ventajas de 16 puntos en la primera parte y de siete (77-84) en el tercer cuarto. Llegaron a tener en pista un quinteto con el citado Knight, Theo Pinson, Charlie Brown, George King y Moses Brown. En pista, nada menos, que de los Jazz. Y llegaron vivos al último minuto. No está mal, desde luego.

Jalen Brunson, un excepcional secundario obligado a ejercer de estrella, acabó con 27 puntos y 6 asistencias y promedia 20+7 en los partidos en los que ha jugado como titular. Cobra 1,8 millones y acaba contrato, así que oiremos hablar mucho de él cuando se acerque el verano. Porzingis, de vuelta tras dos partidos fuera, estuvo bien (27+9 rebotes) pero apareció poco en el último cuarto y sufrió mucho en defensa cuando los pequeños de los Jazz le atacaron. Sus virtudes como intimidador en ayudas, llegando al aro, contrastan con sus enormes problemas como defensor en uno contra uno. Pero entre él, Brunson, Ntilikina (17 puntos) y la energía kamikaze del resto, los texanos mantuvieron el partido vivo contra un rival que salió desganado y que tardó en meterse en harina.

Cuando apretaron, los Jazz se escaparon. Pero, en un mal día en el tiro, nunca lograron despegarse del todo. Mike Conley (22 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias) y Bojan Bogdanovic (25 puntos) pusieron percusión para acompañar al partido de los treses de un Donovan Mitchell que necesitó mucha bola y muchos tiros para producir: 33 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 3 pérdidas, 3 faltas personales… Tampoco Rudy Gobert estuvo muy allá (10+12) y los Jazz se limitaron a cubrir el expediente en un duelo con más chicha de la prevista pero que tampoco fue gran cosa. No estuvo mal. Lo que, viendo la situación de los Mavericks, no fue desde luego poco.