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NBA | TIMBERWOLVES 111 - MAVERICKS 105

El orgullo de los Wolves acaba con unos Mavericks sin Doncic

Doncic se pierde su cuarto partido consecutivo y los Mavericks caen en Minnesota. Los Wolves, con cuatro victorias seguidas, emergen en el Oeste.

Doncic se pierde su cuarto partido consecutivo y los Mavericks caen en Minnesota. Los Wolves, con cuatro victorias seguidas, emergen en el Oeste.
David BerdingAFP

Los Timberwolves son una franquicia tradicionalmente perdedora. Aterrizó en la NBA en la expansión de 1989 y, desde entonces, solo ha tenido una época de relativa luz, con Kevin Garnett como mesías supremo de un proyecto que llegó a las finales de Conferencia en 2004, con 58 victorias, Sam Cassell, Latrell Sprewell y Flip Saunders en el banquillo. Fue la joya de la corona para la ciudad de Minnesota, ese séptimo partido de las semifinales ante los Kings en el que Garnett se fue a 32 puntos y 21 rebotes. Una noche histórica para una entidad realmente pequeña que acababa definitivamente con los intentos de anillo de ese proyecto de Sacramento y hacía explotar a su afición con el fallo de Chris Webber desde el triple para forzar la prórroga. Hasta ahí llegaron los Wolves, que tras ese éxito se vieron sumidos en una vorágine de resultados pésimos y malas decisiones deportivas y estructurales que hundieron a la franquicia, alejaron a Garnett y chocaron contra las propias limitaciones de los mercados pequeños y también, claro, las decisiones horrendas.

Ahora, la ciudad de Minnesota, con escasa base social, una idiosincrasia que nada tiene que ver con el baloncesto y una serie de temporadas catastróficas, intenta emerger en pleno coronavirus. La nueva ola asola a la NBA y deja a muchos equipos plagados de bajas, lo que da opciones a algunos como los Wolves, que de repente pueden ganar casi cuaquier partido. El equipo solo ha disputado unos playoffs desde la salida de Garnett, en 2018, con Tom Thibodeau y todo el sainete originado entre Jimmy Buttler y la cuestionada ética de trabajo y responsabilidad profesional de Karl Anthony-Towns y Andrew Wiggins. Ahora, con Ryan Saunders despedido ante la avalancha de malos resultados, Chris Finch en el banquillo y D'Angelo Russell de pareja de baila de Towns (Wiggins está en los Warriors... y mejor para él), los Wolves están haciendo algo parecido a una buena temporada. Y los resultados, poco a poco, empiezan a llegar a base de cierto orgullo y un encomiable tesón.

Un parcial de 25-17 en un último cuarto de una gran actitud defensiva dio la victoria a los Wolves, que contaron con 24 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias de Towns. 22 de Russell (4 de 7 en triples), 6+10 de Jarred Vanderbilt, 13 tantos de Malik Beasley, 10 de esa persona desgraciadamente convertida en personaje que representa Patrick Beverley, 12 de Jaden McDaniels y 16 de Jaylen Nowell. Juego colectivo, mucha aportación de casi todos y cuarta victoria consecutiva tras Blazers, Nuggets y Lakers, lo que les permite olvidar esa racha de 5 derrotas anterior. Los Wolves ocupan, con 30 partidos disputados, el octavo puesto de la Conferencia Oeste y adelantan precisamente a los Mavericks, que quedan ahora relegados al noveno: 15-15 para los primeros y 14-15 para los texanos. De una forma u otra, buenas noticias para los Timberwolves, que están en plena pelea a pesar de que las bajas, por coronavirus o no, también se han cebado con ellos. Ante Dallas, faltaron Anthony Edwards, Taurean Prince, Josh Okogie, McKinley Wright IV y Nathan Knight. No está mal.

En los Mavericks también hay bajas, pero todo es muy complicado sin la principal, la de Luka Doncic. Cuarto partido consecutivo que se pierde el jugador franquicia de los Mavericks, con dos victorias iniciales ante Thunder y Hornets, pero una lógica impuesta por la derrota de los Lakers y, especialmente, esta ante los Wolves. Al final. 2-6 sin el esloveno, que no tiene fecha de regreso. Y en su ausencia, 28 puntos (4 de 13 en triples), 6 rebotes y 6 asistencias para Tim Hardaway Jr., 18, con 11 asistencias, para Jalen Brunson, 6+14+3 para Maxi Kleber y solo 13 tantos de un muy mal Kristaps Porzingis, que se quedó en 2 de 9 en tiros y se retiró con tan solo 23 minutos disputados por dolor en el pie derecho. Ojo con eso, que puede ser una nueva baja para unos Mavericks que añoran a su estrella y rezan a quién sea que les escuche para no verse envueltos en un brote de coronavirus que está afectando a prácticamente la totalidad de los equipos de una NBA que sigue intentando aguantar para disputar esa jornada de Navidad que tanto dinero da a la competición. Así están las cosas.