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NBA | GRIZZLIES 100 - BLAZERS 105

La victoria más extraña: Lillard conquista Memphis

Por un día, los Blazers parecieron un buen equipo y ganaron al equipo más en forma de la competición. Lillard, con 32 puntos, recupera sensaciones.

Por un día, los Blazers parecieron un buen equipo y ganaron al equipo más en forma de la competición. Lillard, con 32 puntos, recupera sensaciones.
Por un día, los Blazers parecieron un buen equipo y ganaron al equipo más en forma de la competición. Lillard, con 32 puntos, recupera sensaciones.Petre ThomasUSA TODAY Sports

Que los Blazers ganen dos partidos seguidos es, por desgracia, toda una novedad. Lo que hicieron el otro día en casa contra los Hornets lo han repetido en Memphis ante los Grizzlies en un partido en el que incluso, se han asemejado a un buen equipo. Recordemos que, antes de esa pequeña (pequeñísima) racha, el equipo de Oregón venía de perder 7 partidos consecutivos y 10 de sus últimos 11. Algo que no deja de sorprender (aunque ya no nos sorprenda tanto) si tenemos en cuenta que estamos hablando de una franquicia que venía de disputar los playoffs en las últimas ocho temporadas. Ahora, los Blazers se encuentran en una lucha distinta, que tiene que ver más con ellos mismos que con otra cosa. Con una búsqueda constante de identidad perdida, de una base social que conforma la ciudad de Portland que entiende el baloncesto y por eso está harta de su equipo y de una resurrección que, de no darse, lo que hará será romper definitivamente un proyecto que nunca ha estado orientado a ganar, pero sí a formar un equipo que pueda estar muchos años siendo un fijo en la NBA.

La victoria es el fin último de cualquier proyecto, pero ha habido muchos equipos icónicos que no han ganado y que han sido un seguro en los playoffs. Un sino que parece perseguir a unos Blazers que se encontraron con Nate McMillan y Brandon Roy en la misma situación y que especularon con el anillo en el 2000 (la remontada de los Lakers de Kobe y Shaq en el séptimo partido ante Scottie Pippen, Avrydas Sabonis y compañía), lo rozaron con Rick Adelman y Clyde Drexler (derrotas en las Finales de 1990 y 1992) y tocaron la gloria con Bill Walton y Jack Ramsay en 1977, en unos 70 que no son más que una década olvidada de forma injusta, pero en la que hubo ganadores de una dimensión cultural enorme que han sido parte intrínseca de la mejor Liga del mundo. En esas se han movido siempre unos Blazers relativamente jóvenes (nacieron en 1970) y que casi siempre se han basado en proyectos a largo plazo que han tenido referentes importantes y una conexión con el público evidente y envidiable.

Y sí, parece que este proyecto en particular de los Blazers se va al traste, pero seguro que Lillard hace todo lo posible para retrasar al máximo ese momento. 32 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias para él ante los Grizzlies y una mejora sustancial en sus últimos 5 partidos (que sumó después de otros 5 de ausencia), en los que está en 30 tantos y más de 5 rebotes y 6 asistencias de promedio, números que contrastan con los apenas 23 que tiene de media en todo el curso con menos del 40% en tiros de campo. Una magia que ha desaparecido tras estar por encima de los 25 tantos desde la 2015-16, llegar a los 28,8 en la pasada y a los 30 hace dos, cuando también se fue a 8 asistencias por noche y optó legítimamente, durante unas semanas, al MVP de la temporada. Un bajón de nivel muy claro del que está intentando salir con orgullo y pundonor en los últimos encuentros. Y, ante los Grizzlies, su esfuerzo ha sido meteórico.

Los Grizzlies entraron 80-77 al último cuarto. Una buena asistencia de Lillard para Norman Powell dejaba a los Blazers 4 arriba con 30,9 segundos para la conclusión (97-101). Pero los árbitros concedieron a Dillon Brooks tres tiros libres y la cosa se apretaba con apenas 9 segundos y un Instant Replay mediante: 100-101. Hasta ahí llegaron los locales: Desmond Bane no concretaba para forzar la prórroga después de que Powell diera tranquilidad al equipo de Chauncey Billups (cuesionado prácticamente desde su llegada y con mucho ruido a su alrededor). Al final, 105-100 tras dos tiros libres de Nassir Little. Y fin a una racha de 5 victorias de los Grizzlies, que además sumaban 10 victorias de las últimas 11 posibles y se mantienen en el cuarto puesto de la Conferencia Oeste con un récord de 19-12 y más cerca del tercer puesto que ocupan los Jazz (20-9) que de caer al quinto, que ahora tienen en su poder los Clippers (16-14).

Por su parte, los Blazers siguen muy lejos: 11º puesto, con un récord de 13-18 que les deja empatados con los Kings, décimos. Eso sí, están a solo 2,5 partidos del octavo puesto que ocupan los Timberwolves y se han llevado de Memphis una victoria inesperada, tan inopinada como merecida. Sin CJ McCollum, con un equipo que no tenía a Ja Morant, pero que ha construido toda su espectacular racha sin el base. Y con un buen Lillard, 28 puntos de Powell (5 de 8 en triples), un buen trabajo de Nurkic (9+11) y Nance Jr. (2+11) bajo los tableros y un poco de todo de Little (12+9+3+1+2). En los Grizzlies, los 37 espectaculares puntos de un enormérrimo Dillon Brooks fueron lo más destacado, pero insuficiente esta vez para optar a premios mayores y muy mal en el tiro, con apenas 9 aciertos de triple en 34 intentos (un 26,5%). De momento, esto no ensombrece el buen momento de los Grizzlies. Ni tampoco, claro, encumbra a los Blazers. Pero para los de Oregón y su líder, Lillard, puede ser un comienzo. Puede.