Mirotic sella una sufrida victoria en el OAKA

Con nueve puntos de ventaja (72-81) entró el Barça al último minuto de partido y, pese a que nunca estuvo en disposición de perderlo, sí pudo jugar una prórroga. Los nervios se apoderaron de los catalanes, con alguna pérdida muy comprometida, llegando a reducirse la ventaja a un solo punto (82-83). La efectividad desde el tiro libre, sin embargo, dejó sin opciones a los locales que, empujados por su público, dieron un buen susto a los azulgranas (82-85 final).

Uno puede sospechar qué dijo Jasikevicius a los suyos en el descanso ante Panathinaikos, conociendo las exigencias del técnico lituano y los malos números del Barça en la primera parte. 49 puntos encajaron en 20 minutos, demasiado para cualquier equipo y algo inaceptable para Saras. Y, utilizara las palabras que utilizara, la charla del técnico surtió efecto. El Barça aumentó notablemente las prestaciones defensivas, dejó de perder tantos balones y, sobre todo, dominó de forma apabullante el rebote. Sumaron una nueva victoria en Euroliga, la octava consecutiva, en la que Mirotic volvió a brillar.

Sorprendió al inicio Panathinaikos con una defensa en zona que duró exactamente dos ataques. Los dos primeros, que acabaron un triple de Laprovittola demostrando no solo el riesgo de dejar espacios por fuera al Barça, sino que la de ayer podría ser otra gran noche del argentino. 11 puntos en seis minutos, buenas asistencias y, sobre todo, la sensación de que estaba muy cómodo sobre el parqué. Aprovechó también el Barça la calidad de sus tres interiores en ataque (Sanli, Davies y Mirotic) pero sufrió, precisamente por dentro, en defensa.

Las bajas de Abrines, Calathes y Higgins, a la que se unió Sergi Martínez en la previa por un esguince de tobillo y Hayes-Davis pocas horas antes por ser positivo en COVID, dejaron al Barça muy mermado por fuera. Exum fue titular, coincidieron constantemente en pista Laprovittola y Jokubaitis y Kuric estuvo obligado a ser más protagonista. Y es que las bajas eran de jugadores exteriores, pero los problemas para el Barça venían por dentro. Papagiannis fue superior a Davies y la entrada de Perry dio otro aire a Panathinaikos. Más intensos, rápidos y atentos en defensa. Además, Nedovic empezó a anotar y los griegos sumaron un parcial de 15-3 que les puso por delante (34-31)

No es que el Barça se desconectara, evidentemente le faltó algo de fluidez, pero falló muchos tiros de dos. Y muchos liberados o cómodos. Algo que le hizo pagar Panathinaikos con buenos robos y una variedad de opciones en ataque que el Barça no supo parar, ni por dentro ni por fuera. La ventaja al descanso era ya grande a favor de los locales (49-41).

Cinco minutos tardó el Barça en recuperar la ventaja, 56-55, tras el descanso. Mucha energía, otra actitud y sobre todo mucha más fluidez en ataque. La conexión Laprovittola-Mirotic siguió dando sus frutos y el trabajo de Smits, en el tiro y el rebote, fue encomiable. Las dudas, en el tercer cuarto, se trasladaron al conjunto griego que falló mucho y perdió el control del rebote. El Barça estaba cómodo volviendo a su esencia que no es otra que la fortaleza defensiva, apabullando a Panathinaikos desde el rebote ofensivo (64-68).

La dinámica continuó en el acto final, con un dominio absoluto del rebote, la solidez defensiva que les caracteriza y un buen bagaje ofensivo. El Barça mantuvo una distancia en el marcador alrededor de los seis u ocho puntos, alargando algunos ataques y controlando bien el ritmo del partido. Los fallos de Panathinaikos, numerosos y alguno hasta grosero, preveían un final plácido pero nada más lejos de la realidad. En un último minuto apasionante, con dos robos de Panathinaikos y un triplazo de Nedovic, los griegos estuvieron muy cerca de forzar la prórroga.