Shaq explota contra los Lakers: "No voy a ir más a verlos"
El analista televisivo y leyenda de la NBA se ceba con su antiguo equipo: "¿Quién quiere ver jugar a esa gente?". Shaq rechaza a los Lakers y alaba a Stephen Curry.
No hay por dónde mirar a estos Lakers. Sea el prisma que sea, cualquiera que utilicemos para analizar con algún tipo de objetividad a esa gente, la realidad manifiesta es que el equipo angelino no levanta cabeza. Y que, cuando parece emerger de entre las sombras y posicionarse dentro de una racha que les permita olvidar lo que han vivido y centrarse en que lo que van a vivir sea diferente, vuelven a caer en el desmayo, el despropósito y la inoperancia. Es una cuestión de actitud más que de juego, casi de pasotismo, de carencia total de ambición y de una inercia que no consigue cambiar a medida que pasan los partidos y superamos ya el primer tercio de temporada. Séptimos, 13-13, pocos atisbos de mejora y, sobre todo, un hundimiento soberano cada vez que parece que son algo semejante a un equipo. Buen partido contra los Celtics, horrendo conra los Grizzlies. Y así, por desgracia, todo el rato.
La derrota fue horrenda, pero también lógica. Lógica porque los Grizzlies son ahora un equipo mejor: 15-11 por el 13-13 de los Lakers, anclados en la mediocridad, en la más absoluta nada. Lógica porque el que no defiende absolutamente y no cuida la bola en ataque suele perder. Incluso contra un rival al que le falta su mejor jugador (Ja Morant), un agitador importante como Dillon Brooks y dos piezas de rotación (Kyle Anderson y Brandon Clarke). Esa lista de bajas, y que los Grizzlies jugaban en back to back después de que los Mavericks acabaran con su buena racha, no hace más que señalar todavía a los Lakers, sospechosos habituales. Que esta noche juegan en Oklahoma City, un partido con morbo porque perdieron, de forma absolutamente resonante, sus dos partidos anteriores contra los Thunder. Hace más de un mes del segundo duelo y sorprende (o no) lo poco que han cambiado las cosas en el equipo angelino.
Todo el mundo se ha dado cuenta. También Shaquille O'Neal, analista de la TNT y una de las voces más autorizadas (o menos, en realidad) para hablar de la mejor Liga del mundo. A sus gags y sus críticas junto a Charles Barkley sobre las generaciones actuales, aparece de vez en cuando una fina línea de luz, un momento de lucidez en el que dice algo con lo que concuerda la inmensa mayoría de la opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Y el antiguo pívot de Magic, Lakers, Heat, Suns, Cavs y Celtics se ha encargado de dejar muy claro lo que piensa de un equipo a la deriva que, más allá de las sensaciones meramente deportivas, carece de hambre de victoria y de ganas de ganar.
En declaraciones realizadas en The Big Podcast With Shaq y recogidas por el medio Lakers Daily, Shaquille dijo que no iba a ir más a un Staples Center que dentro de poco va a cambiar de nombre. Y, en un inicio, argumentó que esa nueva nomenclatura sería el motivo de su ausencia. Sin embargo, Nischelle Turner, que mantenía la conversación con Shaq, le apretó asegurando que volvería a la pista. Ahí explotó una de las mayores leyendas de la historia del baloncesto: "No voy a volver. ¿Quién quiere ir a ver jugar a esa gente?". Además, O'Neal aseguró que apoyaría a otro equipo de California, los Warriors, que van con un récord de 21-4 y son el mejor equipo de la NBA. Con Tephen Curry a la cabeza, claro.
Los Lakers están en una situación delicada, pero las excusas se acaban a pesar de que LeBron solo ha disputado 14 de los 26 partidos posibles del equipo. Y, aunque queda tiempo para enderezar la situación, Shaq opina que se trata de una posibilidad remota y que no se puede celebrar, en el caso de los de púrpura y oro, un séptimo puesto, el que ocupan ahora mismo en una Conferencia Oeste cuyas posiciones fluctúan cada día sin pudor. Y donde hay una igualdad suprema, más por el bajo nivel mostrado por prácticamente la totalidad de los equipos que por otra cosa. Dificultades constantes, lesiones que no se pueden frenar, cuestionamiento de las estrellas y el banquillo, plantilla envejecida... Todo eso es mucho. Pero la actitud es lo que más se les reprocha a los Lakers. Y eso es lo que puede provocar que Shaquille deje de verlos. Shaquille y, claro, muchos más.