NBA | ROCKETS 114 - NETS 104

Harden firma un partido de Harden en la emboscada de su ex

En la vuelta real al pabellón donde fue todo Harden firmó un partido de los suyos, con muchas faltas sacadas y muchos tiros arriesgados, y perdió.

Troy TaorminaUSA TODAY SPORTS

Aunque regresó la temporada pasada, la capacidad en las gradas del Toyota Center era limitada por el coronavirus. En esta ocasión había más público. James Harden es una institución de Houston le pese a quien le pese, pero lo que sigue tirando más en la balanza aún es su mala salida del equipo para irse a los Nets con Kevin Durant. Era de esperar una reacción, fuera muy positiva o negativa, de la afición hacia él en esta cita, pero lo que llegó fue un papel protagónico del jugador en un rol que le iba como anillo al dedo. Siendo un jugador superlativo e infravalorado por ciertos sectores de la opinión pública, son las debilidades que generan las dudas en esa gente las que sacó a pasear esta noche: juego al contacto y excesivas faltas señaladas, pérdidas (8), mal porcentaje en los tiros totales, selección mejorable en los triples y un largo etcétera. Sacó lo malo a pasear y condenó a su equipo en una noche en la que Durant, después de promediar 40 minutos por encuentro en los últimos cinco, decidió tomarse un respiro

Honor a estos Rockets, que no quede solapado el detalle. Fueron los Rockets que el traspaso de Harden dejó completamente sin rumbo. De hecho, un apunte estadístico curioso: las siete victorias consecutivas que llevan ahora suponen la racha más larga desde noviembre de 2019, cuando tenían a Harden en 42,1 puntos por partido. Ésta es de mérito máximo, por el rival y la continuidad: 114-104 y sobreviviendo a la remontada que no aguantaron los Mavericks unas horas antes. 

Mención especial se merece Eric Gordon, escudero fiel de Harden cuando estaba allí, que sigue peleando con los más jóvenes por elevar de nuevo el nivel de la franquicia y fue el más acertado en este partido aunque lo terminara expulsado. También destacaron otros exteriores como Josh Christopher o Garrison Matthews, encargados de marcar al barbudo base que tenían enfrente y demostrando que también tienen calidad para sumar puntos. Para Harden fueron un total de 25 los que se apuntó, pero de nuevo haciendo hincapié en los malos hábitos que han formado una opinión tan extrema alrededor de su figura: 25% de acierto en los tiros de campo y nueve errores de doce intentos desde la línea exterior. El estilo no se negocia en el caso de James, sea para llegar al peldaño más alto o para bajar a los infiernos, y aquí tocó lo segundo

A la baja de Durant se sumaba también, obviando la de Irving, la de LaMarcus Aldridge. En el otro lado, Porter, Green y House acompañaban al español Usman Garuba en la enfermería. Salieron hombres como Thomas, Brooks o el apartado Blake Griffin a la palestra. De nada le sirvió a los Nets reservar efectivos porque se pasaron todo el partido por detrás en el marcador. Tras el descanso la brecha era ya de quince puntos, salvable pero peligrosa, y a los Rockets no les pillaron como sí hicieron con los Mavs. Mejor selección de tiro y capacidad de asociación tuvieron los locales, que además añadían el ingrediente de esa buena racha en la que se encuentran inmersos. Cuando el partido se calentó mínimamente tampoco perdieron los estribos. Es de alabar. El cuadro de Nueva York se llegó a poner a cuatro tras un 2+1 de Harden, quién si no, pero no pudo apretar más. Un triple de Christopher y cinco tantos seguidos de Matthews frenaron la reacción y obligaron a los Nets a sacar la bandera de la rendición en los últimos cinco minutos.

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