Nueva oportunidad para Garuba: regreso a la NBA con los Rockets
Usman Garuba, tras un breve paso por el Rio Grande Valley Vipers de la G League, es llamado a filas por Stephen Silas para una nueva oportunidad con los Rockets.
Usman Garuba tendrá una nueva oportunidad. El pasado 16 de noviembre, el exjugador del Real Madrid fue relegado al Rio Grande Valley Vipers de la G-League, filial de Houston Rockets, para que se rodara ante los escasos minutos que estaba teniendo con el equipo texano. Tras 13 días, Stephen Silas, entrenador del equipo, le recupera para sus planes junto a John Christopher y Daishen Nix, tal y como ha adelantado Jonathan Feigen (periodista especializado en la entidad) en Twitter. Un retorno que puede ser bueno para la autoestima del jugador, que se fue a la NBA con muchas esperanzas pero todavía no ha contado con demasiadas oportunidades, viéndose relegado a una parte muy alejada de la rotación y sin tener muchos minutos. Una mala noticia, ya que sufre la parte más amarga del juego incluso en uno de los equipos con menos aspiraciones de la competición norteamericana.
Justo antes de irse de gira por la Conferencia Este, un tramo iniciado con derrota en el Madison Square Garden de Nueva York, los Rocktes (el peor equipo de la NBA: 3-16 ahora mismo tras un tramo en el que sumaron 14 derrotas seguidas) enviaron a Garuba a la G League. Una Liga de Desarrollo que, recordemos, ha sido muy potenciada por la NBA en las últimas temporadas. Allí se mezclan jóvenes con necesidad de minutos y adaptación con meritorios que buscan oportunidades y hasta jugadores consolidados que cogen ritmo tras lesiones largas. Lo hemos visto recientemente con Serge Ibaka en Agua Caliente Clippers, donde se rodó tras su grave lesión de espalda. Una decisión personal orientada a ayudar a su equipo de la mejor forma posible tras un parón prolongado.
En su debut en la G League, un paso a veces necesario para jugadores llegados de Europa, Garuba se fue a 14 puntos sin fallo, aunque luego pasó del éxtasis a la timidez en los siguientes duelos. El hecho de jugar con el filial puede, en ocasiones, minar la oportunidad de jugadores jóvenes (Garuba tiene 19 años) que buscan triunfar en la mejor Liga del mundo. En la Liga de Desarrollo, Garuba se encontró con un nuevo entrenador, Mahmoud Abdelfattah, y jugadores que también lo intentaron a una NBA a la que no han vuelto: Mfiondu Kabengele, su pareja en el juego interior, fue 27 del draft en 2019 y de los Clippers ha pasado a la G League. Tyler Bey, 36 en 2020, estuvo la pasada temporada en los Mavericks de Luka Doncic. Enfrente, durante su debut, estuvieron los Capitanes de Ciudad de México, en el que encontramos a, por ejemplo, Alfonso McKinnie, un veterano (29 años) que en los últimos años ha jugado en Warriors, Cavaliers y Lakers. Casi nada.
En Houston ya advirtieron antes del inicio de la temporada de que esta sería la ruta más lógica para Garuba. Principalmente, porque en la plantilla no caben todos: los Rockets eligieron a cuatro primeras rondas en el último draft, uno de ellos otro pívot europeo, el turco Asperen Sengun que sí está acumulando muchos minutos de NBA en un buen inicio de carrera. Garuba, que hasta ahora solo ha disputado 45, repartidos en siete partidos (1,7 puntos y 2,6 rebotes de promedio), ha intentado aprovechar su paso los Valley Vipers para no oxidarse, coger ritmo y mecanismos. Hacerse a esta nueva etapa, algo que ha conseguido solo a medias, alternando luces y sombras en la G League. Y estar listo para cuando llegue la llamada de arriba. Algo que ya ha llegado. Porque sí, la NBA no espera a nadie. Pero siempre da oportunidades, al menos una, a todo el mundo. Casi cualquiera puede triunfar en el lugar en el que tener éxito es más difícil que en cualquier otra. Y a eso tendrá que esperar Garuba. A dar la talla cuando llegue el momento de la verdad. La oportunidad. Su oportunidad.