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NBA | RAPTORS 101 - CAVALIERS 102

Los Cavs resuelven en cuatro únicos segundos de agonía

Otra victoria de valía para Cleveland, esta vez en casa de otro de los que sorprende de inicio: Toronto. Sólo les bastaron cuatro segundos para liderar y ganar.

Los Cavs resuelven en cuatro únicos segundos de agonía
Nick TurchiaroUSA TODAY SPORTS

Se aventuraba Nick Nurse en la previa de este encuentro a decir que sabía de las virtudes de estos nuevos Cavaliers, que están jugando muy bien pese a que su mercado no sea amplio y la cobertura pueda ser menor que la de otros equipos, y el partido se le terminó torciendo al final después de llevarlo por la buena línea. El entrenador, al terminar, se felicitó del rendimiento de su equipo, pero lo cierto es que fallaron a la hora de rematar la faena. 47 minutos y 55 segundos es el tiempo total en el que los Cavaliers vieron una desventaja y en 4,8 y con sudor y pavor aguantaron por encima en el marcador para terminar robando, en el sentido positivo de la palabra, la victoria del país vecino. Sólo esa pequeña franja final es en la que los de Bickerstaff lideraron el partido: y les valió. 

Unos tiros libres de Darius Garland coronaron una pequeña remontada en el último minuto y medio que sorprendió a los Raptors, que también habían tomado medidas para distanciarse en el final del partido. Pero la última jugada, con diseño de Anunoby e improvisación de Barnes, no salió bien y el 101-102 se quedó en el electrónico del ScotiaBank Arena para no cambiar más. Fue un choque frontal para Toronto, que llevaba cinco victorias seguidas, y para Cleveland, que sorprende en terreno ajeno y suma tres consecutivas para igualar el récord de ambos conjuntos. Estos dos son de los equipos que más están sorprendiendo en el comienzo de la temporada y dieron un valioso espectáculo para corroborar lo dicho: hay que estar atentos a lo que hacen en este curso. 

Desde la primera jugada se fueron hacia arriba los Raptors y no dejaron el puesto de líder hasta esas dos últimas acciones. A pesar de que suene con fuerza la frase, el partido fue bastante igualado y en pocos momentos se rompió el equilibrio entre ambos conjuntos.

En el segundo cuarto sí hubo un pequeño empujón de los de Toronto, ayudado por un par de tiros y un pase de descarga de Scottie Barnes. Fueron diez de distancia, 40-30. Este jugador es de lo más fresco del panorama, está entrando como rompedor a un equipo en el que el jugador mejor pagado, Pascal Siakam, no está pudiendo jugar por lesión, pero en esta jornada, quitando esas tres acciones de valía y alguna otra, tuvo la noche más atragantada. Suyo fue el palmeo que no entró en la última acción, suya fue la cara larga que captaron las cámaras de televisión para contextualizar el partido que acababa de perder, tras mucho esfuerzo, el equipo local. 

Los Cavs están sin Love, fuera por el protocolo contra el coronavirus, y Bickerstaff está haciendo poco cambio en la rotación corta a utilizar: más para Dean Wade y algo para Stevens y Windler. Y ya está. Se está manteniendo férreo el técnico en estas convicciones y tiene sus razones. Le está saliendo bien, están compitiendo y no se van de los partidos. El ejemplo ante los Raptors también es válido. 

Ricky sigue como suplente, superando aquí la decena de puntos, pero participando en momentos de tensión. En el loco final sólo fue sustituido para la jugada de ataque final de su equipo, la que le dio la victoria. Sí se había estirado el chicle después del descanso, fue el peor momento para los Raptors: estuvieron quince abajo en el 65-50. A partir de ese casi único desenganche el partido entró en una nueva dimensión, con Toronto mirando constantemente por el retrovisor pese a la experiencia que ya atesora Fred VanVleet y con Cleveland pidiendo paso en combinaciones para Allen y Mobley o tiros lejanos de Garland y Osman. Al final del tercero la horquilla ya estaba cercana a los cinco puntos de distancia y venían las curvas. Anunoby, el máximo encestador del encuentro, distanció a los suyos con un triple frontal ya en los últimos dos minutos y les puso cinco arriba. Dos buenos movimientos sin balón de Allen redujeron la distancia, hubo hasta un salto entre dos en el último minuto y Garland salió de él con el balón en las manos para penetrar y sacar falta. La sangre fría del joven base valió otros dos tantos en la cuenta de Cleveland y la remontada. La jugada final fue para un O.G. que pasó de aprovechar la ventaja en velocidad ante Allen a ejecutar un tiro echándose hacia atrás, le dio miedo, fallando y dejando el balón suelto para el rebote, desprotegido por los Cavs. Barnes erró, le faltó un poco de fuerza para empujar el balón, se quedó en el enganche entre el aro y el tablero, Toronto perdió.