El Gran Canaria deja tocado el corazón del Valencia Basket
Los de Fisac dominaron un partido en el que los ‘taronja’ se vaciaron, pero vieron como el talento de su rival fue superior. Quinta derrota en casa del Valencia.
El Valencia y el Gran Canaria están llamados a pelear por lo mismo esta temporada: entrar en Copa, una posición en la parte noble de la ACB, tratar de ganar la Eurocup… Y así se pudo apreciar en una cita en la que los locales tiraron de corazón y los visitantes de talento. Un talento que le sirvió al equipo canario para llevarse un duelo en el que cuando tuvieron que recurrir a las acciones individuales, la calidad de Ennis (16+3+5), Brussino (17 puntos) y Shurna (12+4) allanaron el camino. En el Valencia se vio más corazón que juego —al menos en la segunda mitad—, por eso la derrota en casa —la quinta de la temporada—, duele más, pero también marca el camino: el equipo lo dio todo y no fue suficiente, pero también demostró que jugando como lo hizo puede competir ante cualquiera.
El partido arrancó con una merecida ovación a al extaronja John Shurna, aplausos que debieron motivarle ya que se encargó de anotar los cuatro primeros puntos de su equipo. Esos aplausos pronto se transformaron en pitidos, pero no dirigidos hacia el norteamericano sino hacia el propio Valencia que, una tarde más, salió al parquet a verlas venir y sin mostrar un ápice de agresividad defensiva, lo que propició que los de Fisac llegaran a ponerse nueve por delante. Dos tiempos muertos mediantes, Peñarroya logró despertar a los suyos antes de que se les fuera el encuentro: se pusieran solo dos abajo.
Todo el ritmo que tuvo el primer periodo se perdió en el segundo. Por un lado, porque a ambos equipos les dio por defender algo más —pero no demasiado— y por otro porque los árbitros se empeñaron en pitar hasta el mínimo contacto y ralentizar el juego. Brussino, eso sí, siguió a lo suyo castigando desde todas las zonas del perímetro y obligando a la defensa local a cerrarse, dejando así espacios en los costados. Los canarios poco a poco fueron ampliando diferencias y se lanzaron a romper el partido poco antes del descanso: un triple de Slaughter, cinco puntos seguidos de Shurna y un triple sobre la bocina de Brussino noquearon al Valencia dejándole con diez puntos de desventaja.
Los taronja mostraron otra actitud defensiva con el inicio de la segunda parte, pero sus buenas intenciones quedaban en nada ante los triples de Ennis, los puntos de Shurna y el poderío de Pustovyi, que en una acción machacó por encima de Puerto como el que no quiere la cosa. Los locales lo intentaban con más corazón que juego, hasta Claver desde la ubicación de los lesionados pedía a la Fonteta que apretara, pero el talento del equipo de las islas era demasiado y la barrera de los diez puntos no se rompía.
A la épica lo intentaron los taronja en el último cuarto y un arranque esperanzador de 6-0 dio alas a la Fonteta. Los de Fisac mantenían la renta gracias a las acciones individuales de Ennis y algunas canastas al límite de la posesión, pero esta vez sí, la inspiración ofensiva sonreía a los locales. Poco a poco los de Peñarroya de acercaban en el marcador hasta que un triplazo de Prepelic les colocó a un punto con dos segundos por jugarse. Pero una falta de concentración, un fallo defensivo o simplemente un acierto de Fisac en la estrategia propició que los canarios recibieran solo con el tiempo suficiente para que se acabara el partido y que la remontada quedara en nada.
La afición valoró el esfuerzo de los suyos pero se marchó a casa con la impotencia del que ve que su equipo lo ha dado todo pero el rival, que hace unos años era inferior, está hoy por delante. Esa impotencia, en la grada y en los despachos, se vio reflejada al final del encuentro cuando el máximo accionista del Valencia, Juan Roig, tuvo un intenso cruce dialéctico con dos aficionados que le recriminaron la gestión del equipo, que marcha octavo en ACB y con balance negativo en Eurocup.