NBA | HORNETS 110 - CAVALIERS 113
Los Cavaliers sacan sus armas y luego resisten a las del rival
Magnífica disposición de los Cavs en el primer cuarto. Luego supieron mantener la ventaja obtenida. Ricky, mal en el tiro pero bien en la dirección.
Otra victoria más a cargo de los Cavaliers. Y para igualar su ya de por sí llamativo balance clasificatorio, tanto el de los partidos fuera de su casa como el global. 4-4 en el Este. Lo consiguieron ante otro de los rivales de la conferencia, los Hornets, en un partido en el que pudieron gustarse, incluso, y sólo temblaron en los minutos finales, cuando los locales apretaron tanto que estuvieron a punto de cargarse toda su alegría. No hubo remontada pese al intento y el marcador se quedó en 110-113 a favor del equipo de J.B. Bickerstaff, en el que no paran de surgir nuevos planes para hacer algo bonito en una temporada que todavía se preveía de árida transición.
El reventón de un primer cuarto estelar, de los que son para coger un vino y paladearlo mientras miras el televisor, fue la losa con la que tuvo que contar Charlotte, que ni podía frenar el ataque de su rival ni poner en marcha el suyo. El goteo fue cayendo poco a poco y les costó muchísimo, tanto que no pudieron con todo, ir recuperándose en los tres parciales siguientes. Una mayor efectividad en los tiros de campo y el volumen de lanzamientos desde la personal, más del doble con 15 para unos y 38 para otros, hicieron las diferencias principales para los de Cleveland, que llegaban con dos derrotas seguidas y retoman algo de aire.
El botín conseguido por los Cavs en el inicio no fue sólo numérico, también de sensaciones. Es difícil cogerlas en un equipo con jugadores nuevos en puestos clave y que disputan tantos minutos, añadiendo que la habitual dupla de grandes aquí es un trío. Se han adaptado muy bien y el primer cuarto de este partido es una buena muestra de que el esquema funciona y que, además, no da sólo para ganar sino también para hacer un juego vivaz y brillante. Los jugadores se movían con mucho ritmo y se notaba la distensión. Allen, por ejemplo, colocó un par de mates volcándola hacia atrás, como jugando con el aro, dado que el trabajo estaba hecho antes de llegar a plantear la finalización. Cambios de lado en el ataque para ir a por el emparejamiento más favorable, rapidez para pillar desprevenido a los Hornets, espectáculo por encima de la canasta... Abrieron el manual y fueron sacando jugadas. El novato Mobley, que fue el que más tiempo estuvo en cancha, se aprovechó de verse ante un equipo que no destaca en un juego interior y fue partícipe de una ventaja que se disparó para no volver.
Charlotte no había llegado a los dobles dígitos cuando Cleveland ya estaba en el promedio de cien en el primer cuarto. Al final del mismo, con el 21-40, fue el punto en el que se dio la mayor diferencia entre ambos, 19. No llegó a bajar de verdad hasta después del descanso. Fue demasiado.
La rotación corta de Bickerstaff, con sólo ocho, dejó cosas interesantes y que ya van siendo tendencia durante la temporada. Osman siendo recambio interior pero para jugar pequeño, sin Okoro tampoco se mete Valentine... Ricky Rubio sufrió un poco más esta vez pese a que el ritmo, endiablado, también fue culpa suya y la campaña la ha comenzado en positivo. El base catalán puso semillas en el primer cuarto para tomar decisiones correctas dentro del pequeño caos en el que se metió el partido y acabó con un +23 en pista, haciendo valer sus dotes de mando, aunque falló a la hora de acabar jugadas: 1/7 en tiros, sólo metió un triple. Los Hornets tenían uno de esos partidos en los que no salen las cosas y, para colmo, te botas el balón en el pie, pero lo cierto es que tuvieron la igualada en sus manos: después de ir remontando poco a poco Garland metió tres de cuatro tiros libres en dos tandas, ya en el último minuto, y los Hornets estaban a tres. Bridges tuvo un último tiro con un segundo en el reloj para forzar la prórroga, pero no entró.