"Cuando me uní a Wade o Kyrie... ni siquiera bebía vino"

LeBron James afronta su 19ª temporada en la NBA. Casi dos décadas va a cumplir uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, un hombre cuya dimensión social y cultural va más allá del deporte, que ha trascendido por encima de todo y de todos y que ya solo lucha contra sí mismo y su propia leyenda. LeBron puede ganar más anillos de aquí a que se retire mientras, claro, se encarga de batir esa infinidad de récords que pueden incluir, por qué no, el ser el mayor anotador de la historia. Y nada de eso parece preocupar a una persona que afronta con una tranquilidad inusitada un curso lleno de incertidumbre para los Lakers, sus Lakers.

Quizá, su tranquilidad venga dada por la situación y por la evolución que ha tenido como jugador. Desde que abandonó los Cavaliers por primera vez, allá por 2010, ha tenido un crecimiento constante que le ha permitido reconciliarse con una opinión pública que tenía neta y completamente en su contra. Pero también, en todo ese proceso, ha descubierto lo difícil que es ganar y ha gestionado su alrededor para que sean las oportunidades las que lleguen a él. Sin forzarlas, rodeándose de grandes equipos y pasando de Florida a Ohio, el mercado más pequeño, para abandonar el hogar y recalaren el más grande, Los Ángeles. Y triunfar en todos esos sitios, claro.

"Me volví un poco más paciente con el proceso a medida que pasaban los años. Me uní a Wade hace 11 años y a Kyrie hace siete. Todavía estaba descubriendo quién era yo como persona... Ni siquiera bebo vino cuando me uní a D-Wade o Kyrie. O tequila", ha dicho LeBron en la previa de la temporada. El Rey ha hecho así un repaso a su carrera y ha hablado de su momento actual. Y, de momento, sigue sin dar pistas sobre cuándo puede acabar una carrera que sigue sumando nuevos hitos y que no parece que se vaya a acabar a corto plazo. Y el jugador cumplirá, recordemos, 37 años el próximo 30 de diciembre.

Los Lakers afrontan una nueva temporada con LeBron de líder, ya la cuarta con el alero en sus filas. Y lo hacen con la tranquilidad de que el proyecto ya ha conseguido el anillo, en 2020, pero también con la exigencia típica de una franquicia tan grande. Y con una plantilla llena de nombres propios que han sido mucho en la mejor Liga del mundo, esa NBA que no espera a nadie. Pero muy veterana, con muchas carencias y que tendrá que funcionar muy bien para optar a un nuevo título. Uno que catapultaría un poco más al Rey al Olimpo y que seguiría escribiendo las páginas de su increíble historia. Eso sí, Lebron está bastante tranquilo ante el reto. Al menos, eso parece.