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LOS ANGELES LAKERS

El 'Kobe Paleto': Reaves oposita a nuevo Alex Caruso en los Lakers

No drafteado y de aspecto nada glamuroso, Austin Reaves ha enamorado a la afición de los Lakers... y a LeBron James: "Hay algo de perro en él, encaja muy bien con nuestro equipo".

El 'Kobe Paleto': Reaves oposita a nuevo Alex Caruso en los Lakers
Christian PetersenAFP

Entre un espanto de lesiones, la falta de armazón lógica en un proyecto absolutamente renovado y una sucesión inacabable de derrotas (seis en seis partidos), la pretemporada de los Lakers ha tenido pocas buenas noticias, a falta de que empiece el baile de verdad y con los pesos pesados (LeBron James, Anthony Davis y Russell Westbrook, el recién llegado) pidiendo paciencia. Desde luego, Frank Vogel tiene que recomponer del todo una rotación en la que hay muchas bajas, algunas sustanciales en lo deportivo… y en lo social. Quizá ninguna tan dolorosa como la de Alex Caruso, un favorito de la afición laker y un jugador que acabó demostrando que era mucho más que un fenómeno viral en redes y una especie de mascota de los fans. Todo lo contrario: Caruso, un jugador con un excepcional motor defensivo, fue importante en el título ganado en 2020 y siguió siendo una pieza absolutamente fiable, sólida como una roca, la temporada pasada.

Pero no llegó a ningún acuerdo con los Lakers cuando le tocó salir al mercado después de años de contrato muy accesible en el equipo que había apostado por él: no drafteado en 2016, se curtió en la G League y aprovechó la oportunidad cuando llegó. Todas las que fueron llegando. Este verano, con 27 años y con debates públicos sobre si los Lakers hicieron todo lo posible por retenerlo, Caruso firmó con Chicago Bulls el contrato de su vida: cuatro años, 37 millones de dólares.

La afición de los Lakers perdió a uno de sus favoritos, uno de los suyos. Pero curiosamente, esa pretemporada de disgustos, dudas y lesiones, ha dado a la laker nation un nuevo preferido, otro underdog al que mimar y, convengamos, con el que dar la turra en las redes sociales: Austin Reaves.

Reaves, como Caruso, es blanco. Es la antítesis de nada parecido a una imagen glamurosa y es un no drafteado que destaca por su inteligencia, su capacidad para hacer muchas cosas bien y muy pocas más en pista. Eso sí, mientras que Caruso se hizo hueco como bulldog defensivo con un juego en ataque tosco pero en constante progresión, Reaves no tiene la fuerza del ya ex. Y aunque es pegajoso en defensa, no tiene todavía el nivel de elite que sí tenía Caruso. En cambio, llega a la NBA con mucho más instinto ofensivo, un mejor tiro exterior y más capacidad de hacer que pasen cosas a partir de su dribbling.

Si Caruso era la Mamba Calva, Reaves lleva el apodo asociado a Kobe Bryant de serie: Hillbilly Kobe, el Kobe paleto, el de los páramos rurales. Creció en una granja perdida de Arkansas, y cuando llegó a la Universidad de Oklahoma, tras pasar dos años en Wichita State, un técnico asistente le dijo que tenía sobrenombre para él: HBK, Hillbilly Kobe. La cosa le iba como un guante: ya sentía adoración por el legendario 24 (antes 8) de los Lakers por una razón poco convencional: su abuela era fanática del escolta y se pasaba el día viendo partidos con ella. Amantes del deporte, especialmente del baloncesto, todavía le manda mensajes antes de cada partidos, y Reaves asegura que están llenos de buenos consejos porque ella, su abuela, tiene una mente privilegiada para el baloncesto.

Él también. Después de arrasar en los institutos de su área (no frente a una competencia luminosa) se fue a Wichita State, pasó un infierno por lesiones en los dos hombros y tras una buena segunda temporada pidió el transfer a Oklahoma y se pasó un año en blanco (normas de la NCAA) y potenciando su todavía muy frágil musculatura: ganó casi 10 kilos. En Oklahoma hizo ruido, 18,3 puntos, 5,5 rebotes, 4,6 asistencias en su última temporada para un combo guard (base/escolta) de 1,96. Con buen tiro, buen manejo, inteligencia, esfuerzo en defensa, excelente instinto reboteador… condenado a la cola de la segunda ronda del draft, optó por no ser elegido para tener las manos libres a la hora de manejar su futuro. Y acertó: los Lakers le dieron un contrato de tipo two-way. En las Ligas de Verano jugó bien y en el campus que LeBron organizó en Las Vegas, para poner en marcha a los Lakers 2021-22, impresionó a todos y logró que los angelinos convirtieran su contrato en uno estándar de NBA. Para esta temporada y con una team option de 1,4 millones para la próxima.

En pretemporada se ha encontrado con minutos por la plaga de lesiones en la rotación de escoltas/aleros de los Lakers (Nunn, Monk, Ellington, Arizona…). Y ha cumplido con nota altísima: 7,5 puntos, casi un 35% en triples y sobre todo IQ, capacidad de aportar en muchas pequeñas cosas, excelente lectura, pocos errores. La mejor forma de convencer a LeBron James, que ya lo ha acogido como uno de los suyos: “Vi muchos vídeos suyos cuando firmó con nosotros y ya vi que podía ser un jugador de la NBA desde el principio. Tiene el tamaño, el juego en pick and roll, el tiro, el pase, la IQ… hay mucho de perro en él, encaja muy bien con nosotros”. Frank Vogel dice que ha jugado “excepcionalmente bien”, Anthony Davis reconoció estar “impresionado” y Rajon Rondo no se separa de él. “Le pregunto cosas cada cinco minutos”, dice Reaves. Y el veterano, encantado: “Es como una esponja, juega como hay que jugar. Se ha llevado ya muchos golpes pero no tiene miedo”.

Reaves se ha visto, de pronto, en quintetos con LeBron, Davis, Westbrook y Carmelo. Y ha respondido, con menos nervios y más instinto de lo que se podía esperar de un jugador de, eso sí, ya 23 años. Uno que puede sorprender a muchos y ganarse ya minutos en la rotación de los Lakers. Incluso cundo regresen los lesionados. El equipo necesitaba buenas noticias, la afición necesitaba un nuevo Caruso. Y Reaves es lo primero, sin duda, y tiene algo de lo segundo, es imposible negarlo. Aunque es menos determinante en defensa y algo más fino en ataque. Hillbilly Kobe.