Los Brooklyn Nets jugaron y ganaron anoche (107-101) a los Minnesota Timberwolves en el último partido de preparación para la nueva temporada. Era el último partido amistoso y el primero con Kyrie Irving apartado de la dinámica del equipo. La franquicia lo decidió el martes, en vista de que el jugador no tenía intención de vacunarse y de que se iba a perder más de la mitad de los partidos del curso. Las normas de salud le impiden ahora mismo jugar o entrenar en pabellones de Nueva York (Nets y Knicks) y San Francisco (Warriors) sin la vacuna puesta. Irving trató de explicarse ayer a través de Instagram, diciendo que su decisión no tenía que ver con una cuestión científica, sino social: "Ésta es mi vida. Puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo, pero me estáis diciendo lo que hacer con mi cuerpo. Bueno, eso tiene mucho que ver con lo que está sucediendo en este mundo. Ahora mismo estoy dentro de algo que es más grande que el baloncesto. Me mantengo en lo que creo, tan simple como eso. No se trata de ser antivacunas o de estar de un lado o del otro, se trata de ser realmente fiel a lo que me hace sentir bien. Si me vais a demonizar por tener más preguntas y tomarme más tiempo para decidir sobre mi vida, pues... Nadie va a callar mi voz".

Hace no mucho, cuando todavía había esperanzas en que el base se vacunara, se habló de la influencia de Kevin Durant para convencerle. El alero es uno de sus mejores amigos y la llegada de ambos a los Nets hace dos años fue consensuada por los dos, de manera que si uno no hubiese ido, por la razón que fuese, el otro es probable que tampoco. Han pasado los días y de ser cierto que Durant tuviese alguna oportunidad de hacer cambiar de opinión a Irving, está claro que no ha surtido efecto. Hasta anoche nadie había escuchado opinar al alero sobre el tema, pero después del partido habló con los medios que, evidentemente, le preguntaron por ello. La palabra que puede definir mejor el estado de Durant al respecto de todo esto es resignación. En sus palabras no se desprende ninguna esperanza de que puedan contar con él próximamente y ya tiene la mente puesta en lograr los objetivos de la temporada sin el base. Aunque sepa muy bien que esto les complica bastante las cosas:

"¿Qué voy a hacer, volverme loco? No vas a hacerle cambiar de opinión, así que dejémosle que averigüe qué es lo que necesita hacer y que el equipo averigüe qué es lo que necesita. No he hablado con él desde el martes. Cuando pierdes a alguien como Kyrie es difícil averiguar sobre la marcha de dónde vas a sacar todo lo que él produce. Esta no es la situación ideal para empezar la temporada, pero está fuera de nuestro control. Desearía tener a Kyrie al lado y que nada de esto hubiera pasado nunca, pero esta es la situación en la que estamos metidos. Depende de mí concentrarme para hacer mi trabajo".

Más o menos al mismo tiempo que hablaba Durant, el periodista Shams Charania volvía a asegurar que ahora mismo no hay ninguna señal que indique que Kyrie vaya a cambiar de opinión y recordó el dinero que se está jugando: "Son 16 millones de dólares los que perdería esta temporada, a los que habría que sumar la cifra de 185 millones de su extensión de contrato. Estamos hablando de perder unos 200 millones de dólares". Muy seguro tienes que estar para renunciar a tal cantidad de dinero. "Las consecuencias financieras las sé. ¿Creéis que quiero perder dinero, que realmente quiero renunciar a mi sueño de perseguir el título, que realmente sólo quiero dejar mi puesto de trabajo?", explicaba Kyrie ayer. Una estrella de la NBA a la que, de momento, no vamos a ver jugar en todo la temporada.