NBA

Nuevos protocolos: los no vacunados, en el punto de mira

La NBA arranca la temporada con nuevos protocolos y más libertad, pero fuertes restricciones para los jugadores que no se vacunen.

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La NBA arranca la temporada con nuevos protocolos y más libertad, pero fuertes restricciones para los jugadores que no se vacunen.
Russell Isabella USA TODAY Sports

El coronavirus ha marcado la agenda mundial durante los dos últimos años. También la deportiva. Y, claro, de una NBA que no se ha librado de la drástica influencia que la pandemia ha tenido sobre la vida cotidiana, las relaciones sociales o el entretenimiento. Adam Silver, un hombre con un discurso magnético y una mente superdotada, ha conseguido esquivar el parón total y ha permitido que todo siga su curso, primero con la burbuja de Orlando y después con una temporada en la que ha sorteado las peticiones de la Asociación de Jugadores en torno al calendario y la libertad de movimientos, y ha conseguido que la competición siga su curso a nivel deportivo y económico, lucrándose de la acumulación de partidos y de unas pérdidas que no han sido tan grandes gracias a que no ha habido ningún año en blanco. Ni, claro, sin ganador.

El pasado curso baloncestístico tuvo dos partes bien diferenciadas, ya que la parte final, con una gran parte de la población vacunada, fue similar a esa normalidad que todo el mundo anhela. El público, sin estar al 100%, se notó en unas Finales vibrantes y que recordaron más a las de antes que a las de la burbuja, y todo siguió su curso con una temporada marcada por las lesiones, pero con un ganador, los Bucks, que fue el de la resiliencia, la épica y la contracultura. Y ahora, a las puertas de una nueva campaña que ya está en marcha a nivel mediático, se siguen negociando nuevos protocolos que van a incluir, eso sí, solo a los jugadores vacunados.

Es la medida que se va a tomar para luchar contra todo el meollo que se ha formado en torno a los antivacunas, protagonistas en el Media Day (al que no han podido acudir al no tener la pauta completa) y en los días previos a esas entrevistas que ponen a los jugadores a la vista de todo el mundo. Allí no ha acudido Kyrie Irving, una vez más protagonista por cosas ajenas a lo deportivo y uno de los líderes de esa corriente contraria a las vacunas que la NBA no ha podido controlar ni ha sabido manejar. En los últimos días, la competición norteamericana ha dado demasiada voz a una peligrosa idea, la que se opone a la vacunación, que ha causado estragos. Y todo, en un mundo con millones de aficionados y una enorme influencia a nivel nacional e internacional. Una situación confusa que los jugadores vacunados han intentado enmendar posicionándose, claro, a favor dela vacunación.

Protocolos distintos

Algunos de los periodistas que cubren la NBA han dado informaciones diversas acerca de cómo van a ser los nuevos protocolos. Tim Bontemps, en un extenso artículo de la ESPN, ha revelado que los jugadores con la pauta de vacunación completa lo tendrán todo más fácil: no deberán someterse a pruebas diarias, solo pasarán por ellas si presentan síntomas o tienen contactos estrechos, disfrutarán de una mayor libertad de movimientos y, en definitiva, harán vida normal. Algo que cada vez es más común en Estados Unidos, que contará en el deporte con aforos casi completos y una sensación de normalidad creciente, que va desde los jugadores, a los entrenadores y personal de campo. Además, a no ser que se den circunstancias excepcionales, no habrá cuarentenas para los contactos estrechos.

Eso sí, los no vacunados tendrán prácticamente las mismas restricciones que cuando la vacuna no existía. Permanecerán en sus residencias en los partidos de casa hasta la hora del encuentro y en el hotel en los de fuera, no podrán cenar en recintos cerrados con jugadores vacunados, no podrán ir a clubes ni a eventos, a grandes reuniones o a lugares de entretenimiento. Es decir, las mismas condiciones que el curso pasado había para todos, este año las habrá exclusivamente para los no vacunados. Una medida que la NBA toma para forzar a la vacunación total (la inmensa mayoría cuenta con la pauta completa) y acallar las minoritarias, pero ruidosas voces, que se posicionan en contra de la misma. De momento, se saben los protocolos. Que sirvan o no para provocar una reacción en los antivacunas, ya lo veremos.