Ben Simmons se niega a reunirse con sus compañeros
El base australiano no quiso que los jugadores de los Sixers viajaran a Los Ángeles para tratar de convencerle de que volviera a la disciplina del equipo.
El media day de las franquicias es este lunes y los campus de entrenamiento, la primera toma de contacto de los equipos, el martes. Y Philadelphia tiene un problema llamado Ben Simmons, que no estará ni en uno ni en otro encuentro. Eso esta claro: el base (25 años y 2,11 metros) se ha rebelado y ha tomado la decisión de no volver a jugar nunca más con los Sixers, su equipo, con el que firmó un contrato en julio de 2019 por 177 millones de dólares hasta 2025 y que comenzó a cobrar la pasada temporada.
Un escenario dañino, para él y para la franquicia, pues ambos actores desean una salida solucionada y con el australiano negándose a jugar, las ofertas pueden o no llegar o no ser los suficientemente atractivas (para que voy a dar mucho, si es un producto en rebajas) para que los Sixers acepten. Por el momento, y según Shams Charania (The Athletic), hay franquicias que ya han mostrado interés… aunque sus operaciones no han llegado a buen puerto.
Rechazo a sus compañeros
El propio periodista estadounidense aseguró que la tensa relación entre organización y jugador se ha trasladado a la plantilla: sus compañeros quisieron viajar a Los Ángeles, donde se encuentra Simmons, para reunirse con él y tratar de convencerle para que volviera al redil. Su respuesta fue que no vinieran, que no quería ningún tipo de encuentro con ellos porque no iba a cambiar de opinión.
¿Quiénes estaban dispuestos a viajar de Philadelphia a la ciudad angelina? Joel Embiid, Tobias Harris y Matisse Thybulle, las primeras espadas, y gran parte del equipo (algunos considerados amigos por Simmons) estaban dispuestos a trasladarse antes de que el aussie les rechazara.
La resistencia le puede costar cara a Simmons, ya que el convenio colectivo y los contratos proporcionan un arma poderosa a los Sixers: los jugadores se comprometen, al firmarlo, a servir exclusivamente a su equipo, por lo que si el jugador lo incumple, puede enfrentarse a sanciones económicas y ver retenido su salario. En resumen, el base se puede enfrentar a multas que van desde 227.000 euros por faltar a cada entrenamiento hasta a un total de 1,3 millones si no se presenta a ninguno y causa baja también en la pretemporada.