Wiggins perderá 350.000 dólares por encuentro si no es vacunado
Golden State, preocupada por Andrew Wiggins. En la ciudad no le dejarán jugar si no se vacuna, lo que conllevaría una multa millonaria.
Pese a que la vacunación de coronavirus no es obligatoria en la NBA para los jugadores, que pueden pedir una excepción por varias razones, sí lo es en áreas específicas de Estados Unidos para espectáculos deportivos. Es el caso de San Francisco y del equipo de la ciudad, Golden State Warriors. Y hay un problema: no todos los de la plantilla tiene la pauta en marcha.
El nombre que ha salido a la luz en San Francisco Chronicle es Andrew Wiggins.
La legislación que se ha impuesto en la ciudad para eventos en lugares cerrados, como es el baloncesto, es clara: el personal que dependa de la entidad local, siendo el caso de los jugadores y demás personal de los Warriors, debe estar vacunado. Hay más permisividad con los visitantes, que no están sujetos a esas reglas pero deben permanecer con mascarilla mientras no jueguen, lejos del público y presentar un negativo en el test con dos días de antelación.
Según The Athletic, el 90% de los jugadores de la NBA están vacunados. No es el caso de Wiggins, que el pasado mes de marzo ya advirtió. "No me veo haciéndolo a no ser que sea forzado a ello", explicó en relación al proceso de vacunación. El jugador ha pedido a la NBA una excepción por objeción religiosa, que además la ha rechazado y también ha emitido un comunicado para aclarar la situación de forma pública, pero de todas formas no iba a valer para mucho: la jurisdicción del pabellón de su equipo pertenece al gobierno local, que es el que decide sobre esto.
El equipo ha intentado convencerle llevándole a ver a un doctor especializado, pero la posición es inamovible en este momento. Esto complica la planificación de los Warriors para el futuro, ya que pierden al alero de referencia en un contexto en el que todavía hay que reintroducir a Klay Thompson, escolta, en el ritmo de competición además de otras consideraciones extradeportivas. Los californianos se ven en una encrucijada: deberán sancionar a su jugador si no puede presentarse a los partidos, como sería el caso, y siete de los diez primeros encuentros de la fase regular de la 2021/22 se disputarán en el Chase Center. Por cada uno al que no pueda ir serán 350.000 dólares de sueldo (31,5 millones esta temporada) que se le quitarán.
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Consecuencias económicas, deportivas y reputacionales para un jugador que lleva en la cuerda floja, en las conversaciones para ser de nuevo traspasado, desde que llegó procedente de los Timberwolves. Kerr y el resto de responsables esperan convencerle antes de que dé comienzo la próxima campaña, a menos de un mes.