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Dennis Schröder: de renunciar a 84 millones a verse sin equipo

Los Lakers ofrecieron mucho dinero a Schröder a inicios de curso, pero el base decidió rechazarlo y esperar. Ahora, y en pleno mercado, está sin equipo.

Dennis Schröder, durante un partido de la NBA con Los Angeles Lakers.
Christian PetersenGetty Images

El mercado siempre fluctúa hacia direcciones inesperadas y deja ganadores y perdedores. También el caché de un jugador, que en una NBA poliédrica puede verse en el techo un día, y en el suelo al siguiente. Puede triunfar desde lugares inhóspitos, o quedarse en el camino. Conseguirlo todo, o absolutamente nada. Y algo del tema sabe Dennis Schröder, que a inicios de año tuvo una oferta de 84 millones en cuatro temporadas, y ahora busca su sitio en una NBA que no espera a nadie y que le ha dado la espalda a un hombre talentoso, pero con esas ínfulas de grandeza que restringen a cualquiera y se vuelven en contra de uno mismo cuando no están justificadas. Así va todo esto en la mejor Liga del mundo: o estás o no estás. O sabes cuándo aceptar una oferta concreta, o aprendes a esperar tu momento. Y discernir que es lo que está bien y lo que está mal, es siempre un trabajo arduo y complicado.

Schröder fue uno de los dos fichajes (el otro fue Harrell) que llegó a los Lakers a inicios del curso pasado, para reforzar una plantilla que había perdido a jugadores cuyo caché había aumentado por el anillo de 2020, el del coronavirus. Las salidas de Howard o Rondo se paliaron con las nuevas llegadas, y también se llamó a gente como Marc Gasol a filas. Y las cosas no salieron bien tras un inicio prometedor en el que los angelinos iban líderes destacados: las lesiones aparecieron y pronto todo se fue al traste, con los Lakers abocados al play-in y con muy poco rodaje y, a la vez, descanso, para una serie a cara de perro en primera ronda ante los Suns, futuros finalistas.

Fue en esa recta final del curso donde se descubrieron todas las carencias: Marc se enfadó tras el fichaje de Drummond, Harrell daba lo que daba (menos de lo que se le atribuía en el pasado), y Schröder era un buen jugador, pero no para cobrar 84 millones en cuatro temporadas. Un hecho para el que se juntan filtraciones como su falta de química con los compañeros o sus discusiones en el vestuario con otros jugadores como Kyle Kuzma. Y hay quién respira en los Lakers, ya que si el base hubiera aceptado, ahora estarían atados de pies y manos. Rob Pelinka, venerado cuando ascendió por la derecha de Magic Johnson y consiguió a Anthony Davis, fue muy cuestionado por hacer dicha oferta, volviendo a potenciar esa sensación convertida en realidad, la que dice que la reputación de hoy no justifica tus errores del mañana.

Ahora, Schröder, que esperaba tener una oferta superior a la que le hicieron los Lakers en la agencia libre, está sin equipo. Nadie le ha hecho semejante oferta y, cuando la tenga, será por menos dinero del que podría haber ganado. El playmaker ha promediado 15,4 puntos y 5,8 asistencias en un curso en el que ha tenido que asumir responsabilidades sin suerte y en el que ha quedado demostrado que no vale como primera espada, y sí como un lugarteniente de lujo que también puede salir desde el banquillo y causar estragos en la retaguardia o como microondas. En otras palabras: que es un jugador bueno, válido, talentoso. Pero que no vale 84 millones de dólares. Y pensar lo contrario le ha penalizado. Ya se sabe: del techo al suelo en unos pocos meses. Cosas de la NBA.