NBA | BUCKS 105 - SUNS 98 (4-2)
Giannis: "Kobe creía que podía hacerlo... y lo tenía que hacer"
El jugador franquicia de los Bucks habla ante la prensa tras lograr su primer anillo, el segundo de la organización. En sus palabras, muchas emociones.
Milwaukee Bucks es campeón de la NBA. La franquicia de Wisconsin, después de 50 años, vuelve a coronar la mejor liga del mundo. No ha sido un camino fácil. Para nadie. Bajo la batuta de Mike Budenholzer, que llegaba al banquillo en 2018, la franquicia dio un salto cualitativo inmediato, empezó a dominar la temporada regular con puño de hierro y, con Giannis Antetokounmpo a la cabeza, el título era el objetivo, ese que hoy agarran con todas sus fuerzas. Lo hacen, principalmente, porque las caídas anteriores habían sido muy duras. En el primer intento, Toronto Raptors, a la postre campeón, remontaba un 2-0 en las Finales de Conferencia. Un mazazo que supuso un revés tremendo por la cercanía de la gloria. En el segundo, la pasada campaña, el descalabro cobraba dimensiones mayores, con la derrota en segunda ronda frente a Miami Heat. A la tercera, la vencida.
Por muchas razones, tanto deportivas como simbólicas. Incluso, con un especial valor del aquí y el ahora, pero el premio es el que es: el Larry O'Brien. El primero de Antetokounmpo, que, tras el sexto y definitivo partido frente a Phoenix Suns, compareció ante los medios. Emocionado, hasta bromeó con su salida del equipo: "Estoy fuera ahora, quiero un traspaso", ironizó, ante las risas de los periodistas, en referencia a su última renovación. En diciembre, el jugador griego firmaba el mayor contrato de la historia de la NBA, 228,2 millones por 5 años, tras una tensa espera que se hizo eterna en Milwaukee. Pero aceptó la extensión y, como el hoy demuestra, el resto es historia.
Pese a las dudas al inicio de temporada, su objetivo era claro. En 2014, tras su primera temporada en la entidad, hacía una promesa que hoy se ha visto cumplida: "Nunca dejaré el equipo y la ciudad de Milwaukee hasta que construyamos un proyecto que gane el campeonato", publicaba en Twitter. Ha sido fiel a sus palabras, pero también a Kobe Bryant. Hace dos años, el legendario jugador de los Lakers le ponía una misión a Giannis: "Mi chico... Gran MVP. Siguiente nivel: el campeonato". La estrella de los Bucks ha cumplido con todo. Primero, con el premio al jugador más valioso de la competición, conseguido en dos temporadas seguidas; ahora, como campeón. Y, en un sentido recuerdo, también lo ha remarcado en la rueda de prensa: "Kobe Bryant pensaba que podía hacer esto... y tenía que hacerlo".
Su temporada y, en especial, su fase final, ha tenido mucho de mamba mentality, como su vida: desde su infancia en las calles de Grecia, como vendedor ambulante, hasta el olimpo baloncestístico. Milwaukee le abrazó y él abrazó Milwaukee, donde quería que se produjera el día de hoy, el de su primer campeonato: "Podría haber ido a un superequipo y, simplemente, hacer mi parte y ganar, pero esta es la forma más difícil de hacerlo y esta es la forma en que elegimos hacerlo. Y lo hicimos, lo hicimos", ha reiterado. Pocas actuaciones merecen más la etiqueta de legendaria que la suya: 50 puntos, 14 rebotes y 5 tapones. Solamente Bob Pettit, en 1958, había logrado tantos puntos en un partido decisivo de las Finales. Y más leyenda: se ha unido a Michael Jordan y Hakeem Olajuwon como los únicos en ganar los premios de MVP, tanto en temporada regular como en playoffs, y Jugador Defensivo del Año.
A sus 26 años, pone la que, hasta ahora, es la piedra angular de su legado. Uno para el que no se vislumbra el fin, pero para el que, él mismo, tiene en cuenta todas sus raíces: "Mucha gente me ayudó a estar en esta posición. No he hecho esto solo", ha querida agradecer. Al mismo tiempo, ha lanzado un mensaje en consonancia con sus últimos discursos en las conferencias antes de los encuentros, cargadas de reflexiones vitales: "No importa cuando te sientas deprimido y parece que las cosas no vayan a suceder, créelo y sigue intentándolo. No dejes que nadie te diga lo que puedes y no puedes ser. La gente me dijo que no puedo encestar tiros libres... ¡Hice mis tiros libres esta noche y soy un maldito campeón!", ha exclamado, eufórico. La leyenda continuará.