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BOSTON CELTICS

¿Empiezan los cambios? Kemba, con pie y medio fuera de Boston

El experimento de los Celtics con Kemba Walker podría estar llegando a su fin. El base y la franquicia trabajan para su salida. Empiezan los cambios.

Kemba Walker, cabizbajo, durante un partido de la NBA con Boston Celtics.
Maddie MeyerAFP

Los Celtics están inmersos en una etapa de cambios. Condenados al rincón de pensar tras la eliminación de los Nets en primera ronda, la franquicia verde vive una crisis pantagruélica, con un solo anillo (2008) en los últimos 35 años después de haber sumado 16 en sus primeros 40. La mala temporada, con un play-in que nadie quería jugar y al que se han visto abocados tras ser favoritos al título a inicios de curso. La mala gestión de Danny Ainge y la desgastada narrativa de Brad Stevens anunciaban cambios, algunos de los cuáles ya se han producido: el entrenador ha rechazado volver a la Universidad de Butler y abandona los banquillos para subir a los despachos, donde sustituirá al propio Ainge. El directivo, por su parte, se retira, quién sabe si de la NBA, tras un legado asombroso y como uno de los personajes baloncestísticos más importantes de la historia de la franquicia.

Stevens llega pues a los despachos con mucho por hacer, entre otras cosas el construir un equipo en torno a Jayson Tatum que vuelva a soñar con el anillo, algo para lo que tienen mimbres después de disputar tres finales de Conferencia en los últimos ocho años. Para eso, deberá acabar con el conservadurismo de Ainge y hacer cambios estructurales (además de buscar un entrenador, claro), que inviten al optimismo. La ristra de intocables se ha hecho muy grande en los últimos tiempos y hay que sacrificar alguna pieza para hacer funcionar a un grupo competitivo que se ha dado de bruces con la realidad en un año marcado por las lesiones y el coronavirus, pero también por la ausencia de un pívot dominante del que carece la plantilla desde la salida de Al Horford, y un alero que pueda defender en posiciones interiores y que tenga buen lanzamiento de tres (el sueño de Aaron Gordon se desvaneció, como tantos otros, en el mercado invernal).

Uno de esos cambios podría pasar por el puesto de base. Kemba Walker ha sido un jugador fundamental en el esquema de Stevens desde que llegara a la franquicia en 2019, pero su juego se ha resentido en Boston. Como estrella de los Hornets, Kemba estaba acostumbrado a llevar la batuta y crearse sus propios tiros, pero en su nueva aventura han sido Tatum y Jaylen Brown los encargados de subir el balón, lo que ha provocado que el base deje de desarrollar sus potentes penetraciones y su buena lectura del pick and roll, y se haya quedado en un hombre que pasaba mucho tiempo detrás de la línea de tres y que tenía que desarrollar un catch and shoot con el que no se encuentra demasiado cómodo. Sus problemas de tiro han sido una constante (un 42% esta última temporada con más de 8 intentos por noche) y sus dificultades en ataque no se traducían en una defensa férrea, que siempre llevaba a otro nivel un Marcus Smart muy querido por los aficionados verdes.

Además, y tal y como ha revelado el periodista Farbod Esnaashari en Bleacher Report, la intención de Ainge fue la de traspasar a Kemba por Jrue Holiday después de la burbuja, algo que no gustó nada al base y que perjudicó a su relación con el directivo. El base, nada cómodo al ser carne de traspaso, ha llegado a un acuerdo con la franquicia y ambas partes buscan una salida amistosa. Con 31 años, Kemba busca una nueva oportunidad para buscar el anillo, mientras que los Celtics se ahorrarían los 36 millones que tiene asegurados el jugador para el próximo curso. De momento, empiezan los rumores en torno al equipo verde, que ha estado siempre como candidato a ser protagonista de muchos traspasos en los últimos años, pero siempre se ha quedado con la miel en los labios. El objetivo de Brad Stevens será cambiar esa dinámica. Y la de la franquicia en su conjunto, claro.