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PORTLAND TRAIL BLAZERS

Lillard elige entrenador para los Blazers: "Quiero a Jason Kidd"

La estrella de los Blazers mostró su descontento en un post de Instagram tras la eliminación. Y, confirmado el adiós de Terry Stotts, le cuenta a Chris Haynes a quién quiere de entrenador.

Damian Lillard, durante el sexto partido de la primera ronda de los playoffs, que enfrentaba a Portland Trail Blazers y Denver Nuggets.
Steph ChambersAFP

La primera parte de la noticia era un secreto a voces tras la eliminación, la quinta en siete años, de Portland Trail Blazers en primera ronda de playoffs: Terry Stotts deja el banquillo de la franquicia de Oregón, en el que era head coach desde 2012. El 7 de agosto de aquel año, los Blazers ficharon a Stotts, especialista ofensivo del organigrama de Rick Carlisle en Dallas. Menos de dos meses antes, el 28 de junio, habían elegido a Damian Lillard con el número 6 del draft. Así que la decisión es importante: Stotts ha sido, hasta ahora, el único entrenador de Lillard en la NBA. Y ha llevado al equipo ocho veces a playoffs en esas nueve temporadas, las ocho últimas de forma consecutiva, pero solo ha superado tres veces la primera ronda. Su techo es la final del Oeste de 2019, en la que los Warriors arrasaron a los Blazers (4-0) pese a no contar con el lesionado Kevin Durant.

Stotts, un buen entrenador que no parecía ya capaz de que los Blazers dieran el último paso competitivo, se va con el segundo peor porcentaje de victorias en playoffs entre los entrenadores con al menos 50 partidos dirigidos en las eliminatorias por el título: 23-44, un 34,3% que solo empeora Mike Fratello: 32,3% (20-42).

En fase regular, es el segundo técnico con más triunfos en los Blazers tras el legendario Jack Ramsay, hall of famer que hizo a los Blazers campeones en 1977. Pero esta era una temporada bisagra tras la eliminación en la burbuja, donde los Lakers arrollaron (4-1) a un equipo liderado por Damian Lillard, cuyas heroicidades no bastaron para ir más allá. El base reconoció que había pedido a sus ejecutivos que fueran a por todas, y los Blazers intentaron arreglar la 27ª defensa de la NBA con la llegada de Derrick Jones y un Robert Covington por el que dieron dos primeras rondas de draft. Pero la defensa ha sido todavía peor (29ª), las lesiones han vuelto a hacer mucho daño, CJ McCollum no ha estado bien en playoffs, la rotación era cortísima… y las heroicidades en ataque de Lillard no han sido suficiente. Otra vez: el destino de Stotts estaba escrito cuando los Nuggets acabaron con los Blazers a pesar de no contar con su backcourt titular, Jamal Murray-Will Barton.

La fase dos de la noticia llegó cuando se filtró que Lillard tendría, derecho de súper estrella, voz y voto en la elección del nuevo entrenador. Lo más sorprendente es que su elección no ha sido filtrada o desvelada por periodistas: el base ha dicho abiertamente que quiere que su nuevo entrenador sea Jason Kidd. Algo sin apenas precedentes y una exclusiva de Chris Haynes, de Yahoo: “La persona que quiere es Jason Kidd”, dice Lillard, literalmente. La conexión es obvia: Kidd se convirtió en uno de los mejores bases de la historia tras criarse en Oakland, como Lillard. Ahora, Kidd forma parte del cuerpo técnico de los Lakers y es uno de los asistentes de Frank Vogel, con el que ganó el título en 2020. Tras dirigir sin mucho éxito a Nets y Bucks, en L.A. están satisfechos con su capacidad para comunicarse con los jugadores, aportar ideas novedosas y motivar al equipo. Eso dice Haynes, que recuerda que ESPN mete en la lista de futuribles de los Blazers a Jeff Van Gundy, Mike D’Antoni, Juwan Howard y Chauncey Billups, otro de los que ve con muy buenos ojos Lillard.

En todo caso, si el jugador franquicia ha hablado es difícil que los Blazers no escuchen. Y más en una situación delicada, toda vez que la paciencia de Lillard está pasando un nuevo examen. Una estrella de vieja escuela, que no ha mostrado interés por cambiar de aires, por irse a un gran mercado ni por reunirse con otras megaestrellas en un súper equipo, es obvio que a Lillard le pesa, ya con 30 años, la incapacidad de su equipo de convertirse en aspirante con galones al anillo.  Después del sexto partido contra los Nuggtes, Lillard dejó claro en un post de Instagram  que la paciencia es finita ("¿Hasta cuándo?"). Lo hizo tras una serie en la que ha promediado 34,3 puntos y 10,2 asistencias por partido, además de ese quinto choque histórico en el que sumó 12 triples para 55 puntos y forzó una prórroga tras otra... hasta perder. Ese encuentro fue, de hecho, una metáfora perfecta del proyecto de Terry Stotts al frente de los Blazers, un equipo con mucho hype, extensos highlights e innumerables exhibiciones que se ha quedado en eso... y nada más.